El joven reveló cómo son sus días en la cárcel junto al resto de sus amigos, en un penal de Melchor Romero.
Máximo Thomsen habló en el quinto aniversario del asesinato de Fernando Baéz Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell. Desde el pabellón 3 de la Alcaldía N.º 3 de Melchor Romero, en La Plata, donde cumple prisión perpetua, el joven insiste: “No soy un asesino”.
Thomsen fue identificado por los testigos del juicio como el líder de la banda de jóvenes que mató brutalmente a Báez Sosa en la madrugada de Villa Gesell, luego de una pelea que comenzó adentro de Le Brique.
La suela de su zapatilla quedó marcada en el rostro de Báez Sosa, quien quedó tendido en la vereda del boliche y nunca más se levantó.
El Tribunal Oral en lo Criminal N.º 1 de Dolores condenó a Thomsen el 6 de febrero de 2023, pero no fue el único. Los jueces también le impusieron la pena máxima a Matías Benicelli, Enzo Comelli, Luciano Pertossi y Ciro Pertossi . Además, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi recibieron 15 años de prisión por ser “partícipes secundarios”.
Actualmente, los ocho jóvenes mantienen una convivencia normal, igual que el resto de los detenidos. Todos viven en el mismo pabellón, donde realizan actividad física con un profesor, reciben la visita de sus familiares el día permitido, y participan en talleres de lectura y alfabetización jurídica.
El mensaje de Máximo Thomsen a cinco años del crimen de Fernando Báez Sosa
A cinco años del aniversario del crimen de Báez Sosa, Thomsen fue contactado por el medio Clarín y envió un mensaje vía WhatsApp a través de su abogado, Francisco Oneto.
“Hola, sinceramente en estos días es difícil estar bien, siendo que van a ser cinco años de aquella noche trágica para todos, más que nada levantándose todos los días viendo cómo en los diarios siguen saliendo noticias de peleas afuera de los boliches sin importar todo lo que ha pasado”, explicó Thomsen.
“Es como que uno reflexiona y piensa que, al fin y al cabo, creo que lo que intentaron hacer con nosotros, como una condena ejemplar para que deje de haber violencia en los jóvenes y en la sociedad, no sirvió en lo más mínimo, porque sigue sucediendo y con más frecuencia y es algo que a uno lo lastima más, porque no se encuentra con ninguna solución a este problema social”, continuó.
“En cuanto a cómo vivo acá dentro, es como siempre, convivimos en un mismo pabellón con el resto de los detenidos compartiendo el patio y las visitas, con seguimiento psicológico una vez por semana”. Por último, el joven aclaró: “Tengo el acompañamiento de mi familia y mis amigos, en pareja no estoy, pero sigo en contacto por el afecto que nos tenemos”.
