El nuevo acuerdo de apoyo financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha encendido una polémica de grandes proporciones en el ambiente económico y político del país. Mientras el Gobierno, encabezado por el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, sostiene que la medida permitirá sanear el balance del Banco Central y allanar el camino hacia un esquema cambiario más libre, expertos y sectores críticos advierten sobre serios riesgos económicos y denuncian la inconstitucionalidad del uso de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para aprobar el acuerdo.
En ese marco, el legislador provincial Gerónimo Vargas Aignasse, opinó que esta decisión gubernamental “es, en el mejor de los casos, una medida de corto plazo que no ataca los problemas estructurales de la economía argentina y, en el peor, una jugada que puede comprometer aún más la sostenibilidad financiera del país”. Asimismo, agregó que el presidente “justifica este endeudamiento argumentando que servirá para cancelar pasivos internos entre el Tesoro y el Banco Central, con la intención de reforzar la política antiinflacionaria”.
En ese sentido, esgrimió una serie de razones por las cuales considera que este argumento es falaz. En primer lugar, señaló que “el hecho de reemplazar una deuda intraestatal (que es, en última instancia, un pasivo manejable dentro del mismo sector público) por una deuda en dólares con un organismo internacional no resuelve el problema de fondo: la escasez de divisas y la debilidad del aparato productivo”.
En lo que hace al “Impacto del Endeudamiento en la Sostenibilidad Fiscal”, el legislador indicó que “el nivel de deuda pública ha crecido drásticamente en los últimos años”, ya que “en 2015, representaba el 52% del PBI, mientras que en 2024 alcanza el 91%”. Por lo tanto, “este crecimiento acelerado es resultado de una combinación de déficits fiscales recurrentes, endeudamiento externo y ciclos de crisis que han forzado reestructuraciones constantes”. Razón por la cual “la estrategia de pagar pasivos internos con nueva deuda externa en dólares genera un riesgo adicional: el costo del financiamiento en moneda extranjera es más elevado y sujeto a la volatilidad del tipo de cambio”.
Es por ello que alertó que “una economía que depende del endeudamiento externo para cubrir déficits internos se vuelve cada vez más vulnerable a shocks externos. Si las condiciones globales se endurecen (por ejemplo, un aumento en las tasas de interés de la Reserva Federal de EE.UU.), el peso de la deuda en dólares se vuelve insostenible y el ajuste puede traducirse en más recesión y menor capacidad de pago”.
En cuanto a las “Reservas Internacionales y Capacidad de Pago”, opinó que “otro problema clave es la escasez de reservas netas en el Banco Central”. Esto se debe a que “en 2017, Argentina tenía más de 32.000 millones de dólares en reservas netas, pero en 2024 esa cifra se ha reducido a solo 16.000 millones”, lo cual “ha ocurrido por diversos factores: pagos de deuda, intervención en el mercado cambiario y caída de exportaciones”.
Acerca de ello, Vargas Aignasse señaló que “las reservas netas no solo son un indicador de estabilidad macroeconómica, sino también un reflejo de la capacidad del país de enfrentar shocks externos. Un nivel bajo de reservas limita la posibilidad de intervenir en el mercado de cambios, aumentando la volatilidad del dólar y el riesgo de una crisis cambiaria”. Por lo cual, alertó que “si el gobierno no logra generar dólares genuinos mediante exportaciones o inversión extranjera, la única salida será seguir endeudándose o aplicar controles cambiarios más estrictos, lo que históricamente ha generado más distorsiones”.
En cuanto al “Déficit en la Generación de Divisas”, el legislador opinó que “uno de los problemas estructurales de la economía argentina es su dependencia de exportaciones primarias, principalmente del agro y la energía”. En ese sentido, expresó que “a pesar de que el ajuste fiscal ha reducido las importaciones, la caída de la actividad económica también afecta la producción destinada a la exportación”. Por lo que advirtió que “sin políticas que fomenten la industrialización, la inserción en mercados internacionales y la inversión en sectores estratégicos, Argentina seguirá dependiendo del endeudamiento externo para sostenerse.
En lo que se refiere al “Efecto del Ajuste Fiscal en la Actividad Económica”, Vargas Aignasse expresó que “el gobierno de Milei ha basado su estrategia en un fuerte ajuste fiscal para reducir el déficit primario!, y que, aunque “esto puede mejorar la posición fiscal en el corto plazo, el impacto en la actividad económica es significativo”. Y es que, “cuando el Estado reduce el gasto en inversión pública, obra pública y subsidios, se genera una caída en la demanda agregada, lo que profundiza la recesión y el desempleo”.
En ese sentido, mencionó que “la evidencia empírica muestra que los ajustes fiscales severos en economías en desarrollo tienden a generar contracciones prolongadas si no están acompañados de políticas de crecimiento. En este contexto, Argentina enfrenta un dilema: sin crecimiento, el ajuste solo prolonga la recesión y hace más difícil el repago de la deuda”.
Para finalizar, el legislador trazó una “Comparación con Crisis Anteriores”. En ese sentido, señaló que “Argentina ya ha atravesado crisis de deuda similares en el pasado”. Y recordó que “en 2001, el país tenía una deuda pública superior al 50%del PBI y reservas exiguas, lo que llevó al default. En 2018, el préstamo del FMI tampoco logró estabilizar la economía, ya que la fuga de capitales y la inestabilidad cambiaria consumieron rápidamente los desembolsos del organismo”.
Asimismo, recordó que, en la actualidad, “la situación tiene similitudes con esos episodios”, y que “la diferencia es que, a pesar del ajuste fiscal, el gobierno no ha logrado generar un marco de crecimiento sostenible ni recuperar la confianza en el mercado financiero”. Por lo que “sin inversión y sin generación de divisas, la estrategia de recurrir al FMI se convierte en un círculo vicioso de deuda sin solución estructural”.
En conclusión, Vargas Aignasse señaló que “mientras no exista una política que promueva la generación de dólares a través de exportaciones con valor agregado, inversiones reales y un fortalecimiento del aparato productivo, cualquier préstamo externo será solo un paliativo temporal que agrava el problema de fondo”. Es por ello que indicó que “el gobierno de Milei debería concentrarse en implementar medidas que impulsen la competitividad y la inserción de Argentina en los mercados internacionales de manera sostenible”, ya que, en definitiva, “endeudarse para tapar agujeros internos no es una solución real. Es repetir los errores del pasado con la ilusión de que esta vez los resultados serán distintos”.