Después del fracaso de la sesión anterior, en la que el oficialismo no pudo reelegir a Cecilia Moreau como presidenta de la Cámara de Diputados, el Frente de Todos se tomó revancha y, con el apoyo de un sector del interbloque Federal y de la izquierda, lograron agónicamente alcanzar el quorum en el recinto para debatir la creación de nueve universidades nacionales. Sin embargo, y tras un escándalo que incluyó gritos, forcejeos y acusaciones, la sesión se cayó y la discusión fracasó, en lo que significó un doble revés para la bancada oficialista.
En medio de los gritos de los diputados de Juntos por el Cambio, el oficialismo festejó como un triunfo el quorum conseguido en el recinto. Sorpresivamente hizo acto de presencia el ministro de Economía, Sergio Massa quien, en un gesto de apoyo a su bancada y a Moreau, ocupó un lugar en la bandeja ubicada al costado de la presidencia. A su lado se ubicó Malena Galmarini, su esposa y titular de AySA.
Previo al arranque de la sesión, tal vez intuyendo lo que se venía, los diputados Cristian Ritondo y Silvia Lospennato advirtieron que la sesión, de alcanzar quorum, iba a ser inválida porque el oficialismo había postergado en dos oportunidades el inicio del debate sin respetar el reglamento del cuerpo.
Mientras tanto en el recinto todo era incertidumbre. En medio del clima enrarecido que había dejado el fracaso de la sesión preparatoria, el Frente de Todos sabía que debía ajustar sus contactos con las terceras fuerzas para tener su revancha en el recinto y, por esa razón, demoraba la sesión. En Juntos por el Cambio primó la decisión de no bajar al recinto; Evolución Radical, que en un primer momento pugnaba por dar el debate sobre la creación de las universidades -había firmado los dictámenes pese al rechazo del resto del interbloque-, debió amoldarse a la decisión de la mayoría.
Cuando tuvo el guiño de la izquierda y del interbloque Federal y el tablero marcó el quorum, Moreau dio por iniciado el debate y Juntos por el Cambio ingresó a los gritos en el recinto.
“¡Pedimos la palabra!”, vociferaron los diputados Ritondo, y Juan López, de la Coalición Cívica. Moreau los ignoró. Karina Banfi, del radicalismo, junto a Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, empezaron a golpear las bancas.
De repente, Ferraro, junto a Waldo Wolff y Fernando Iglesias, de Pro, corrieron hacia la presidencia del cuerpo, donde Moreau presidía la sesión. Al instante, una tromba de diputados oficialistas salieron en su defensa. El escándalo era mayúsculo: el recinto quedó dominado por los gritos y los abucheos.
Como si nada, la presidenta de la Comisión de Educación, la oficialista Blanca Osuna, comenzó su discurso para defender el dictamen de creación de las universidades. Los gritos opositores no amainaban. Los diputados del interbloque Federal se retiraron.
Moreau hacía intentos por mostrarse tranquila en su sitial de presidenta y mantenerse indiferente a la bronca de los diputados de Juntos por el Cambio. “Está muy colorado señor diputado, le va a hacer mal a la salud”, le advirtió, en tono de chicana, al diputado Ritondo, fuera de sí. “Diputado Negri, yo no sé cómo trata a su mujer, a mí no“, le advirtió al diputado cordobés. Negri pidió la palabra. Fue en vano.
“Vos ya perdiste toda autoridad”, le advirtió. A coro, los diputados de Juntos por el Cambio gritaban: ¡Ilegal! mientras colgaban carteles en las bancas con la frase “impunidad o justicia”.
A esa altura, la Cámara de Diputados se había convertido en un virtual circo romano. En medio de la batahola, Negri y la diputada Lospennato se acercaron a la banca del diputado Alejandro “Topo” Rodríguez, quien había retornado al recinto. La estrategia era aprovechar que el quorum flaqueaba por la retirada del interbloque Federal y pedir que se suspenda la sesión.
Dicho y hecho: en medio del griterío, el diputado Ferraro pidió una moción de orden y reclamó que se levante la sesión. Moreau debió admitir que no había quorum en el recinto. Visiblemente alterado, Germán Martínez, jefe del bloque del Frente de Todos, pidió la palabra.
“Me apena esta actitud de un sector de la oposición por la responsabilidad que tenemos como diputados nacionales y representantes del pueblo. No vamos a permitir que ciertas corporaciones y medios de comunicación impidan el funcionamiento del Congreso argentino”, sostuvo el oficialista, quien respaldó enfáticamente a Moreau. “Recibió agravios desmedidos que no pueden tolerarse”, dijo.
El desplante opositor
Unas horas antes, en un escenario de conflicto inédito en la Cámara de Diputados, la mayoría de los bloques opositores decidió no dar quorum a la sesión preparatoria convocada para este mediodía por el oficialismo para reelegir a las autoridades del cuerpo, entre ellas la presidenta Moreau. Las bancadas de Juntos por el Cambio, el Interbloque Federal, los libertarios y el Frente de Izquierda resolvieron no concurrir a la sesión luego de que Moreau dispusiera ayer frenar la designación de los cuatro representantes de la Cámara ante el Consejo de la Magistratura.
El oficialismo, en minoría, no alcanzó el quorum en el recinto: llegó a reunir solo 123 legisladores con el apoyo de sus aliados del interbloque Provincias Unidas. Cecilia Moreau, sentada en una banca en el recinto, esperaba en vano. La secretaria parlamentaria, Paula Penacca, se movía nerviosamente por el recinto. La tensión era palpable.
Nunca en la historia parlamentaria reciente se registró un hecho de esta naturaleza en una sesión preparatoria. Ante la ausencia de la oposición y la indefinición, Moreau no logró ser reelegida aunque, en virtud del artículo 37 del reglamento de la Cámara, continuará en el desempeño de sus funciones hasta que se convoque a una nueva sesión preparatoria. Lo mismo les cabe a las restantes autoridades del cuerpo que tampoco pudieron ser reelectos: José Luis Gioja (Frente de Todos) como vicepresidente primero; Omar De Marchi (Pro) como vicepresidente segundo y Julio Cobos (UCR) como vicepresidente tercero.
El desplante opositor se explica por la decisión de Moreau de suspender, sin plazo, la designación de los diputados Rodolfo Tailhade y Vanesa Siley, del Frente de Todos, de Alvaro González, de Pro, y de la radical Roxana Reyes como representantes ante el Consejo de la Magistratura. La presidenta del cuerpo, que cuenta con el respaldo del Frente de Todos, alegó que tomó su decisión en virtud del fallo del juez Martín Cormick quien, el lunes último, objetó la designación de Reyes ante el organismo encargado de seleccionar a los jueces.
Juntos por el Cambio reaccionó indignado y acusó a Moreau de “abuso de poder” al tiempo que tildó de “ilegal” su decisión. No solo no la apoyará como presidenta del cuerpo sino que amenaza con ir más allá.
“Si el oficialismo decide seguir las órdenes de Cristina Kirchner para obstaculizar el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, nosotros no vamos a dar quorum en las reuniones de comisión ni en el recinto de la Cámara de Diputados”, advierten en el principal bloque opositor.
En conferencia de prensa, los jefes de bloque de Juntos por el Cambio embistieron contra Moreau. “La presidenta de la Cámara tomó una resolución contraria a Derecho, que fue retrotraer la designación de los miembros de Diputados en el Consejo de la Magistratura. Este es un hecho de extrema gravedad. La presidenta de la Cámara decidió dejar de defender los intereses de todos los diputados para sumarse a la estrategia de Cristina Kirchner de paralizar el Consejo de la Magistratura y atropellar la Justicia”, enfatizó el radical Mario Negri.
Por su parte, el jefe del bloque de Pro, Cristian Ritondo, le reclamó al oficialismo que retire la resolución por la que se suspende la designación de los consejeros por la Cámara baja. “El oficialismo debe reflexionar, esperamos que saque la resolucion para seguir la vida institucional normal”, enfatizó.
Desde la Coalición Cívica, Juan López fue terminante. “Ante una posible condena la semana próxima, Cristina Kirchner quiere que las minorías no integren el Consejo de la Magistratura para paralizar el Poder Judicial. Nosotros no vamos a permitir este atropello”, sostuvo.
En conferencia de prensa, el interbloque Federal, en la voz de su titular Alejandro “Topo” Rodríguez marcó distancia del conflicto entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. “Instamos a que los dos grandes bloques dejen sus riñas y se aboquen al tratamiento de las leyes que necesita la sociedad. “Siempre hemos planteado límites a las arbitrariedades institucionales, como cuando fue el intento de expropiación de Vicentin. Tampoco vamos a avalar iniciativas que procuren toquetear la composición de la Corte Suprema”, enfatizó Rodríguez, quien admitió sentirse “harto” de que los dos frentes mayoritarios “sigan judicializando la política”.
Reacción oficialista
El malestar del Frente de Todos, una vez caída la sesión, era indisimulable. “Acá hubo una clara maniobra por entorpecer e impedir el funcionamiento de la Cámara de Diputados -reprochó el jefe de la bancada, Germán Martínez-. Queremos expresar nuestro repudio absoluto a la actitud tomada por Juntos por el Cambio y otros bloques al impedir que hoy se pueda constituir el quorum necesario para dar continuidad al actual esquema de autoridades. Esto es de una gravedad institucional enorme, inédita”.
Por su parte Moreau reivindicó su decisión de dejar en suspenso las designaciones de los consejeros. “Mi rol como presidenta de la Cámara es, fue y será garantizar la presencia de los cuatro consejeros de la Magistratura en el ámbito que corresponde. Tomé esa decisión y apelé el fallo (del juez Cormick). No hay fallos buenos y malos según la conveniencia del momento. Vamos a seguir trabajando por la autonomía de esta cámara para que no sea vulnerada por nada ni por nadie. Las instituciones deben funcionar.”