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El “oportunista” Alfaro ahora niega su pasado kirchnerista y alperovichista

El intendente sabe que en Juntos por el Cambio él es la oveja negra de la coalición y que la opinión pública le daría la espalda si finalmente se postula a la gobernación el año que viene por JxC.

foto german alfaro
Germán Alfaro
Descacharreo

Quienes lo conocen lo vieron más nervioso que de costumbre. Hasta que la razón salió a la luz entre los más cercanos al intendente de la capital. Y es que Germán Alfaro comenzó a evidenciar ese temor tan propio de todo político que sabe que sólo llegó hasta donde lo hizo haciendo uso y abuso de espurios artilugios propios de un camaleón, para engañar al electorado que lo eligió.

Pero como tiene un límite, el mandatario municipal sabe que las elecciones del año que viene serán a matar o morir (políticamente hablando) y que todo parece indicar que en Juntos por el Cambio la suerte estaría echada en el sentido de que la coalición opositora que integran él y su esposa, la senadora Beatriz Ávila, decantarían por el diputado Roberto Sánchez para la postulación a gobernador en 2023.

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Preso de la rabia y el odio, los cercanos a Germán Alfaro lo vieron desenfocado y a destiempo luego de que la lista única acordada con el líder del movimiento de los Boina Blanca, Ariel García, entronizara al ex intendente de Concepción como el flamante presidente de la UCR Tucumán. Y es que el peronista Germán Alfaro ve negro su futuro político, por lo que intentó hacer una jugada desesperada porque se siente entre la espada y la pared.

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Todo porque el intendente sabe que en Juntos por el Cambio él es la oveja negra de la coalición y que la opinión pública le daría la espalda si finalmente se postula a la gobernación el año que viene por JxC. Y es que su pasado lo persigue y está al tanto de que la sociedad sabe perfectamente que él fue un fiel soldado del kirchnerismo y del alperovichismo en el momento de mayor auge de Cristina Kirchner y de José Alperovich.

Entonces dio rienda suelta a su malévolo plan de tratar de engañar una vez más a la población y, para ello, anoche brindó una entrevista a un medio local y trató de ocultar su pasado político que lo condena. Para ello, realizó un repaso de su trayectoria, en el que mintió que padeció su paso por el Congreso durante lo que fue la votación de la 125 en contra del campo, cuando, en realidad, fue un soldado de la causa.

“Participé de una cámara de diputados y lo sufrí. Una cámara kirchnerista, donde te valoraban por tu historia, si habías participado en los 70… Sentí que me hacían bullying político porque fui al Colegio Militar, al Liceo. No me sentía cómodo. Llegué a plantear que tenía ganas de renunciar… Beatriz me dijo: “estás loco vos, te han elegido, tenés una responsabilidad, bancátela”, dijo.

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De esta forma, intentó hacerle creer a la gente que él no fue más que una especie de víctima y no victimario político culpable de haber formado parte del gobierno más corrupto como fue el de Cristina Kirchner, justo en el momento en el que debutaba la grieta en medio de la guerra contra el campo desatada por ella y su marido, Néstor Kirchner durante la primera mitad del año 2008.

Pero como Germán Alfaro no tiene vergüenza, la cosa no terminó allí, sino que, por el contrario, redobló la apuesta y fue por más. En ese sentido, intentó de forma descarada que la gente creyera que el no formó parte tampoco del gobierno provincial manejado a voluntad por parte de José Alperovich. Alfaro sostuvo que fue el primero que le dijo “no” a José Alperovich. Además, afirmó que el entonces gobernador lo respetó por eso.

“No entiendo a los compañeros cuando agachan la cabeza y no manifiestan lo que piensan. El sistema democrático es lo mejor que nos puede suceder. Permite que nos respetemos”, dijo tratando de engañar a electorado acerca de que él no fue lo que siempre fue con Alperovich, es decir, un fiel lacayo. También contó que una pelea con Alperovich se dio cuando él le dijo al entonces gobernador que la política no era para hacer negocios personales.

Se negó a brindar a la Justicia la información requerida acerca de dónde está el dinero que el macrismo le mandó entre el 2016 y el 2019, pero Germán Alfaro quiere hacerle creer a la opinión pública que él es distinto, cuando todo el mundo sabe que no es así. Además, quiso engañar también cuando hizo mención a que él trabaja de forma denodada por la ciudad cuando su gestión es la menos eficiente de la historia de la Capital.

“Yo no soy goloso, no me desespero por tener una Ferrari, ni miles de hectáreas o negocios inmobiliarios… yo me desespero por hacer bien lo que me tocó en la vida, en este momento por ser un buen intendente… ser intendente es un cargo muy difícil, soy intendente las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 30 días del mes, los doce meses del año”, expresó sin que se le mueva un músculo de la cara cuando mentía de esta forma.

Sin embargo, la verdad siempre sale a la luz y cuando fue interrogado acerca del pésimo estado de las calles de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro se hizo el desentendido y, una vez más, no sólo no se hizo cargo, sino que, además de lavarse las manos como siempre, esta vez le echó la culpa a José Alperovich. Y es que dijo que, sobre el problema con los baches, Alperovich armó una arquitectura para condicionar a los intendentes.

“Tengo el 90% del parque automotor y no lo cobro; pero yo tengo que dar ese tipo de respuesta. Eso hizo Alperovich para condicionar a los municipios”, expresó. ¿Llegará el día en el que se haga cargo de algo Germán Alfaro? Al menos, la entrevista brindada ayer sirve para poner blanco sobre negro y que la opinión pública no compre el pescado podrido que vende el intendente que quiere vender gato por liebre al tratar de ocultar su pasado kirchnerista y alperovichista.

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