El Papa Francisco pidió este domingo el fin de la violencia en Perú, donde casi 50 personas han muerto en las últimas semanas durante bloqueos de rutas, piquetes y graves choques con la policía en la peor ola de disturbios que vive el país andino en dos décadas.
“Me uno a los obispos peruanos al decir No a la violencia, venga de donde venga, no más muertes”, dijo el Papa en español en su sermón semanal ante miles de personas en la Plaza de San Pedro, desviándose brevemente del resto de los comentarios del Angelus, que fueron en italiano.
Las protestas estallaron en Perú después de que el expresidente Pedro Castillo fue destituido en diciembre tras intentar disolver ilegalmente el Congreso para evitar una votación de juicio político por un escándalo de corrupción.
“La violencia apaga la esperanza de una justa solución de los problemas”, sostuvo el pontífice argentino.
“Animo a todas las partes implicadas a tomar la vía del diálogo entre hermanos en la misma nación en el pleno respeto de derechos humanos y del Estado de Derecho”.
Las crisis en Perú
Decenas de personas resultaron heridas en la más reciente ola de disturbios en Perú el viernes, cuando las fuerzas de seguridad en la capital, Lima, utilizaron gases lacrimógenos para repeler a los manifestantes que arrojaban botellas de vidrio y piedras.
Los disturbios, que hasta esta semana se habían concentrado en el sur de Perú, llevaron al Gobierno de la presidenta Dina Boluarte a extender el estado de emergencia a seis regiones, restringiendo algunos derechos civiles.
Francisco también pidió paz y perdón mutuo en Myanmar, donde al menos siete civiles murieron esta semana cuando las fuerzas armadas lanzaron ataques aéreos contra una aldea en la región central de Sagaing.
Myanmar se ha visto golpeada por los combates desde que el Ejército derrocó a un Gobierno electo en febrero de 2021. Han surgido movimientos de resistencia, algunos armados, en todo el país, que los militares tratan de sofocar usando una fuerza letal.