El Frente de Todos por Tucumán (FdT), que lidera el gobernador Juan Manzur, le arrebató la capital provincial al alfarismo después de ocho años de gestión paupérrima del PJS, ese aparato que sucumbió en San Miguel de Tucumán. Sin embargo, su líder, Germán Alfaro, todavía continúa sangrando por la herida debido a que no consigue aceptar su estrepitosa derrota ante Rossana Chahla. No acepta que en la capital se vio un tremendo corte de boleta.
Es que hubo 9.972 personas que votaron al candidato Roberto Sánchez como gobernador de JxC que cortaron boleta (el 6,14% de sus votantes) y la mitad de ellos votaron a Chahla, del FdT, como candidata a intendenta de San Miguel de Tucumán. Los resultados en la capital provincial fueron de 158.564 votos para Chahla (41,96% del total) y 152.359 (40,32%) que obtuvo Beatriz Ávila, según anunció la Junta Electoral Provincial.
En ese marco, cabe mencionar que no son pocas las voces de Juntos por el Cambio que admiten que “tenemos que reconocer que hubo una fuerte desaprobación a la gestión municipal de Germán Alfaro, que además puso a su esposa para que lo suceda, mientras él iba de candidato a vicegobernador”. Lo más extraño fue que ese corte de boleta lo hizo el votante de Juntos por el Cambio, en beneficio del Frente de Todos.
Ya que el resto de las fuerzas políticas mantuvo casi sin variantes sus mismos porcentajes en ambos cargos. Lo cual además estuvo potenciado por el hecho de que la candidata fue la propia esposa del intendente, una postulante a todas luces “tránsfuga” como sólo podía serlo la senadora Beatriz Ávila, quien cuando fue diputada se distanció de JxC, en 2019, y tuvo cruces muy duros con el entonces presidente Mauricio Macri.
Quien llegó a calificar su actitud de “traición a los votantes” y le pidió que devuelva la banca. Por eso, buscó hasta último momento que ahora hubiera otro candidato a intendente en la capital provincial. La derrota impactó de lleno en Juntos por el Cambio, donde comenzaron a pasarse facturas. “Ella siempre perteneció al partido de su esposo, el Partido por la Justicia Social”, aseguró otro dirigente importante de JxC.
Quien también recordó que Ávila fue muy cuestionada por Mauricio Macri, cuando era presidente de la Nación. Ávila era diputada nacional de JxC, pero a fines de 2019 abandonó el interbloque opositor, para irse con un bloque aliado al Frente de Todos, que manejaba José Luis Ramón, donde tampoco duró demasiado tiempo. Los votantes de Juntos por el Cambio no le perdonaron esa “traición” a Beatriz Ávila.
Que luego se benefició con la renuncia de su esposo como senador “testimonial”, donde ella era su suplente y asumió como senadora nacional. Además, cabe señalar que, más allá del corte de boleta de la coalición de Juntos por el Cambio, en beneficio del Frente de Todos, también varió la cantidad de los votos en blanco, que subieron de 12.019 en el cargo de gobernador, a 17.723 en el de intendente.
Pero el resto de las fuerzas minoritarias mantuvieron prácticamente sin cambios sus mismos resultados en ambos cargos, según los datos del escrutinio definitivo que terminó esta semana. Por eso, el análisis compartido fue que de los 10.000 votos que votaron a gobernador a Juntos por el Cambio y cortaron boleta, hubo 5.000 que fueron al voto en blanco para intendente, mientras que los otros 5.000 fueron para Rossana Chahla, del Frente de Todos.
Lo que está claro es que a un electorado independiente como el de la capital tucumana no le gusta el nepotismo y los tránsfugas… Y Alfaro y Ávila lograron juntar esos dos cables para electrocutarse, ya que Alfaro era un peronista que se sumó en la gestión de Alperovich y luego mudó a Juntos por el Cambio, mientras que Ávila es su esposa, que había asumido como diputada en Juntos por el Cambio y a fines de 2019 se fue del bloque, cuando Macri salió a cuestionarla y la acusó de traición.
En definitiva, el intendente no para de dar lástima en los medios de comunicación, resultan preocupantes las declaraciones de Germán Alfaro al descalificar las elecciones, tras saberse perdedor. Todos los que participan de una contienda electoral saben que se gana o se pierde, son las reglas del juego, en este caso él perdió y como siempre recurre a deslegitimar el proceso electoral y la voluntad popular.
Lo más grave de sus dichos es cuando dice que la gente vendió su voto, reduce a toda una población como que no está capacitada a votar, es inadmisible que un político hable así de la gente, instala el voto calificado, sus dichos son lamentables e inadmisibles. La ex ministra de Salud ganó los comicios del pasado 11 de junio porque la gente confía en su capacidad de gestión y se hartó de la pésima gestión de Alfaro.
Alfaro no pudo ni tapar los baches de la Capital, debería hacerse cargo de eso. El FdT ha ganado las elecciones como se debe, en las urnas, es momento de que Alfaro lo acepte. Lo cierto es que el derrotado intendente Germán Alfaro, representa la mezcla de resentimiento y cobardía política. Alfaro no sólo fue la piedra en el zapato de su propia coalición, sino que también mancha y cuestiona la voluntad popular que apoyó al peronismo de manera contundente.
Desesperado, ataca a los electores subestimándolos y agraviando la democracia. La hidalguía, la gestión sería y con solidez política por fin llegarán a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán con la intendenta Rossana Chahla y un gran equipo, y quedará atrás una gestión mediocre y sin transparencia, la cual fue debidamente castigada por el votante a pesar de lo que exprese Germán Alfaro.
