El “plan platita” se mantiene firme, aunque ahora, leyes electorales mediante, que impiden nuevos anuncios antes del 14 de noviembre, en modo silencioso. Sin titulares rimbombantes, el gasto avanza concentrado en programas específicos: la ejecución de algunas obras puntuales mostró un significativo ritmo de avance mientras que la tarjeta Alimentar y el programa Potenciar Trabajo avanzan de manera sostenida.
Otros programas también aumentan de manera significativa, como las asignaciones familiares, Pre-viaje, becas progresar, evidenciando el devenir lógico de los anuncios realizados luego de la PASO. Dentro de este conjunto de “gastos silenciosos” se destaca el envío de fondos a las provincias, que se multiplicaron por 10 en relación al promedio mensual enero-mayo, cuya distribución se caracteriza discrecionalidad.
El objetivo parece claro para el kirchnerismo: blindar con recursos a los propios y evitar perder el quorum en el Senado y la pérdida de votos en Diputados, para lo cual necesita revertir la derrota en Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y Chubut. Si bien la ayuda a las provincias es generalizada, estos distritos recibieron entre julio y octubre cuantiosas sumas como aportes no reembolsables.
A saber: la Provincia de Buenos Aires recibió $29.000 M; Santa Fe $1.120 M; La Pampa $367 M y Chubut $332 M. Como en 2020, la PBA es la provincia “mimada”. Así, en lo que va de 2021 la Nación ya realizó transferencias nacionales no automáticas a provincias 29% superiores en términos reales a las de todo 2019. La PBA recibió entre enero y octubre más de $138.000 M que representan el 36% del total de los fondos enviados por esta vía.
Es decir, algo por encima de la proporción del 2019 (34%) y muy superior al magro porcentaje que le corresponde por coparticipación (22,5%). Contrariamente, con $0 M de asistencia financiera y de ATNs, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ve crecientemente perjudicada en esta distribución por lo que cae su participación en las transferencias no automáticas enviadas por Nación.
En síntesis, además de los anuncios post PASO se evidencia un “plan platita” silencioso a través de transferencias a las provincias, principalmente destinado a la Provincia de Buenos Aires. El domingo 14 de noviembre podrá verse si el paquete electoral tuvo impacto en las urnas, pero en el plano económico su financiamiento monetario no será inocuo en un contexto de inercia inflacionaria del 50% anual y de brecha cambiaria superior al 100%.
En definitiva, está claro que el kirchnerismo no ahorró dinero alguno con tal de salirse con la suya y apuntar a conservar la mayor cantidad de poder posible. Mientras tanto, la emisión monetaria significa una bomba de tiempo que difícilmente podrá ser detonada, sobre todo, teniendo en cuenta que, luego del 14 de noviembre, el Gobierno nacional se enfrascará en hacer lo que sea con tal de retener el poder en el 2023.
