El precio de la carne vacuna está despertando de una “siesta” y aumentó alrededor del 30% en los últimos días, cuyo traslado a los mostradores se hará sentir de manera paulatina.
Mientras la inflación de 2022 fue de 94,8%, el precio de la carne tuvo un aumento del 42,4% respecto al año anterior.
La diferencia con respecto al 95% del incremento promedio en Alimentos, se debió a que en el segundo semestre hubo un exceso de oferta de hacienda por la sequía, ya que los productores comenzaron a vender los animales por el aumento de costos para su alimentación.
Esta sobreoferta terminó en enero y está ocurriendo el proceso contrario, con menos cantidad de hacienda, lo cual genera aumento de precios.
“Desde la semana pasada el precio de la carne comenzó a acomodarse. Era algo previsible, porque estamos abajo del precio la hacienda con respecto a la inflación. Se va a trasladar despacio a los mostradores, pero se tendrá que hacer”, afirmó Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA)”.
Pedace señaló que los aumentos llegan hasta el 30% ya que hasta la semana pasada se estaba pagando $ 320 el kilo vivo de novillo y hoy se ubica entre $ 420 y $ 450.
Para empatarle a la inflación anual, el precio debería ubicarse en $ 500.
“La falta de hacienda por la sequía está haciendo subir los precios y estamos esperando ver cuál es el techo. Si sube $ 150 el kilo vivo, aumenta $ 300 la media res y $ 600 al mostrador. Es decir que el corte que se pagaba $ 1.500 llegará a $ 2.100 por kilo cuando se termine trasladar”, indicó el vicepresidente de CAMYA.
El precio planchado de la carne
En abril de 2022, el precio de carne comenzó a atrasarse con respecto a la inflación.
En el cuarto mes del año pasado, el kilo vivo se ubicaba en $530 de poder adquisitivo de hoy, según Miguel Gorelik en Valor Carne.
“En seis meses perdió $220 y desde noviembre estaba resistiendo en el eje de $ 310. Los $ 70 ganados en esta semana constituyen una tercera parte de la depreciación anterior”, indicó.
“El mercado de hacienda suele atravesar períodos de depreciación real, especialmente en épocas de alta inflación, y observa, inesperadamente, una recuperación fuerte, sin que haya habido demasiados indicios de lo que iba a suceder”, sostuvo Gorelik.