En medio del enorme predio ubicado en avenida América y Francisco de Aguirre, una cruz marca el lugar en el que fue asesinada y enterrada Abigail Riquel.
Pero el entorno dista mucho del respeto reverencial que impone en los vecinos la trágica historia que evoca.
La usurpación del terreno comenzó el día miércoles , donde sucedieron discusiones, peleas, denuncias y versiones sobre pequeños negocios fraudulentos con la venta de parcelas, vinculados con la aparición en el lugar de transas, los temidos comerciantes de la muerte.
Todo comenzó con la demarcación del suelo. Usando estacas y cuerdas improvisadas, habitantes de la misma barriada trazaron rectángulos en los que, días después, comenzaron a instalar precarias chozas hechas con ramas y plásticos.
El clima es de mucha tensión y las versiones de la presencia de vendedores de droga en el lugar no ayudan, pero igual, sin dar sus nombres, varios protagonistas de la ocupación original se atrevieron a contar lo que pasa en el predio, propiedad de un fideicomiso que integra el empresario Oscar Hugo Mejail.
Aseguran que transas que llegaron y se fueron en camioneta, pagaron hasta $ 50 mil para asegurarse alguna parcela.