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El presidente Fernández en caída libre y lejos del pueblo

El gobierno nacional le robó su fiesta a los salteños y se encuentra golpeado cada día más fuerte por la sociedad y las encuestas

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Descacharreo

Alberto Fernández creyó que el papel que hizo las veces de ayuda memoria con el que se lo vio en Salta le impediría incurrir en uno de sus tantos yerros de las últimas semanas. Y tuvo razón. Por que en definitiva, no fue un error el que cometió en la provincia norteña. Sino que se trató de un verdadero escándalo que hizo que Salta trascendiera, no por el bicentenario del fallecimiento de Güemes, sino por el hecho de que el Gobierno de Salta quedó envuelto en una crisis.

Sí, Alberto Fernández volvió a hacer de las suyas. Lo dicho, el presidente no tiene que experimentar el temor de ser un pato rengo, término que se aplica a los mandatarios que se enfrentan a sus dos últimos años en el poder. Más bien, se trataría de un verdadero pato criollo, porque a cada paso, una cagad… Y es que no solo le robó su fiesta a los salteños, sino que provocó ayer jueves la primera renuncia de la administración local conducida por Gustavo Sáenz.

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Y es que el gobierno de Salta terminó en medio de una verdadera crisis política por la visita de Alberto Fernández y los desplantes y protestas en los actos conmemorativos por el bicentenario de la muerte de Güemes. Quien renunció a su cargo, fue Francisco Aguilar, quien se alejó de la presidencia del Comité Operativo de Emergencia, nada menos que con fuertes críticas al Gobierno nacional.

Movilidad Urbana

Cabe mencionar que Aguilar, que lideraba el organismo encargado de la gestión de la pandemia del coronavirus, le presentó este jueves la renuncia al gobernador por medio de un escrito en el que dejó duros cuestionamientos a la presencia del Presidente en Salta y a la irrupción de militantes kirchneristas en los actos de Martín Miguel de Güemes. Y de yapa, también hizo su descargo contra las medidas de la Casa Rosada contra la pandemia del COVID-19.

En ese sentido, expresó su “preocupación por los hechos acaecidos con motivo de la Conmemoración del Bicentenario del fallecimiento de nuestro héroe gaucho, el General Martín Miguel de Güemes”. Se refirió así al ingreso repentino de militantes del Movimiento Evita y la Corriente Clasista y Combativa que, luego de irrumpir en el acto del miércoles por la noche, buscaron llegar al hotel donde se hospedó Fernández para saludarlo.

De esa manera, no hicieron más que sumar caos y tensión en el operativo. “Debido a motivaciones políticas que no comparto y desconocía, se autorizó el ingreso de simpatizantes del Sr. Presidente de la Nación en una actitud que constituyó una afrenta a los salteños y al esfuerzo que la sociedad viene realizando para combatir esta pandemia”, manifestó sobre los incidentes que dejaron en el centro de la polémica al albertismo.

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Además, se dio el lujo de criticar con fuertes términos los manejos del Gobierno nacional. “La errática y contradictoria política sanitaria del gobierno nacional puede afectar seriamente la situación de la pandemia, por transmitir a la comunidad la sensación de que no se valoran los esfuerzos individuales y colectivos realizados en aras de proteger la salud pública”, afirmó Francisco Aguilar.

Los desbandes del miércoles a la noche ya parecían dejar signado el resto de la gira presidencial de Alberto Fernández por Salta. Y es que grupos de gauchos se retiraron de la vigilia ante la irrupción de las organizaciones K en un espacio que les había sido limitado por prevención epidemiológica. Cabe aclarar que esto se debe a que, a causa de la pandemia, las autoridades salteñas impusieron restricciones a las habituales actividades para conmemorar a Güemes.

Justo en el bicentenario de su Paso a la Inmortalidad, se limitó a cien el número de asistentes a la Vigilia bajo las estrellas, al pie del monumento al prócer. Además, se postergó para noviembre el tradicional desfile por las calles salteñas. Las restricciones, sumadas al malestar por la situación económica, impulsaron a cientos de salteños a salir a las calles a protestar contra la presencia de Alberto Fernández.

En ese contexto de malhumor social, el Presidente participó de la vigilia en medio de un férreo operativo de seguridad para evitar que los manifestantes se acercaran a él. Allí, militantes kirchneristas evadieron los controles y, con bombos y banderas, se dirigieron al hotel donde se hospedó Alberto Fernández, a metros del monumento. Los representantes gauchos, en señal de protesta, entonaron el Himno Nacional, el Himno a Güemes y abandonaron el lugar.

“Me retiré diciéndoles al Sr. Presidente y al Sr. Gobernador que lo hacía porque me sentía ofendido, como lo estoy y como lo están muchos gauchos”, lamentó Francisco Aráoz, presidente de la Agrupación Tradicionalista Salta Gauchos de Güemes, en una carta pública a Alberto Fernández. Dijo que en el acto hubo “colectivos con gente que vino con banderas y pancartas desde Buenos Aires”. Y denunció que se les permitió “entrar en tropel al pie del monumento”.

“Por eso me retiré, porque solo así podía evitar que mis palabras o actitudes pudieran no representar a todos los gauchos y gauchas y fueran signos de división o discordias”, escribió Aráoz, quien tenía a su cargo la coordinación de la guardia gaucha. Además, contó su tenso diálogo con Alberto Fernández durante la vigilia del miércoles a la noche en diálogo con un canal de televisión local.

“Me acerqué al Presidente, me saqué el sombrero y le dije: ‘Señor Presidente, soy Francisco Aráoz, presidente de Gauchos de Güemes. Usted vino a nuestra casa y nos está faltando el respeto, nos están atropellando. Esto es un circo, nosotros no podemos permanecer aquí, nos vamos a retirar”, recordó. “Entonces él me contestó: ‘Yo no tengo nada que ver con esta organización, depende de tu gobierno'”.

Fue allí que Aráoz le dijo: “‘Yo lo sé, y nos faltaron el respeto, nos escupieron en la cara, nos vamos’. Luego él me dijo ‘claramente te explicó el gobernador que no se puede desfilar’ y le respondí ‘sí, y no desfilar lo aceptamos a pesar de no estar de acuerdo, pero el circo no; no pertenecemos a esto”. Aráoz contó que después de estas palabras saludó al mandatario con su puño.

Y cuando se estaba yendo Alberto Fernández le lanzó: “Una lástima, son los 200 años de Güemes”. “Me di vuelta y le dije ‘sí, lo esperé toda mi vida, como todos los gauchos de Salta, y nos robaron el bicentenario de Güemes’. Nos estafaron. Hicieron ese circo que no tiene nombre, gastaron millones de pesos para hacer un mapping en el monumento y sacaron a los gauchos. Todo el gauchaje está dolido”, remarcó el dirigente tradicionalista.

Y concluyó con pesar, “Es la primera vez en la historia que en el aniversario de la muerte de Güemes no ha habido gauchos en Salta”. Así, el prócer no contó con la guardia de su gente. Antes, algunos de sus representantes cruzaron algunas palabras con Fernández. Las agrupaciones tradicionalistas expresaron su descontento al día siguiente, al tiempo que denunciaron que fue una maniobra de “revanchismo del Gobierno” luego de las protestas.

Y hasta le dedicaron una carta pública al mandatario. A pesar de la postergación del desfile, rápidamente en las redes sociales circuló una convocatoria para honrar ayer jueves a las 17 a Güemes. De esa manera, cientos de salteños se acercaron al monumento para una “Ponchazo”. Allí recordaron a Güemes y también siguieron descargando su enojo con el Presidente por lo que consideraron una “afrenta”. Sí, Alberto “pato criollo” Fernández lo hizo de nuevo.

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