Ayer martes, a nivel nacional, se registraron 35.543 casos y 745 muertos. Las cifras son récord en nueve provincias, muchas de las cuales ya anunciaron nuevas medidas restrictivas adelantándose a lo que se decidirá a nivel nacional el próximo viernes. Y es que, ante el incremento exponencial de los contagios por coronavirus y la crítica ocupación de camas del sistema sanitario, autoridades provinciales aplicaron nuevas restricciones.
En ese marco, algunas medidas implicaron la suspensión de clases presenciales entre otras, para reducir la circulación de personas, a la vez que analizan día a día la evolución epidemiológica. En ese sentido, Tucumán no es la excepción que también decidió imponer nuevos cierres mientras que los gobernadores mantenían reuniones con funcionarios de salud e intendentes para evaluar la situación en cada distrito.
“Esto no da para más”, le dijo Santiago Cafiero a los presentes, en relación a la preocupante situación epidemiológica del AMBA. La Casa Rosada está presionando para que las jurisdicciones tomen más medidas de control y de restricción de la circulación. En ese sentido, en la Ciudad no se descarta la suspensión de las clases presenciales y la prohibición de las actividades deportivas al aire libre, entre otras medidas.
Ahora bien, en este contexto es que cabe preguntarse: ¿Cuál es el propósito de endurecer las restricciones si no se cuenta con vacunas? Y es que estas medidas de cierre serían efectivas solo si se encierra a todos y durante esos 15 días se vacuna durante las 24 horas de cada jornada a la mayor cantidad de gente. De lo contrario, lo único que se lograr es encapsular el virus, dejarlo encerrado en el closet para que luego vuelva a la calle.
Todo parte del hecho de que un Gobierno nacional irresponsable en materia de prevención es el que se encargó de la estrategia pandémica fracasada que ha puesto al país atravesando el peor día desde el inicio de la pandemia hace más de un año. Pero, además, se trata de una administración que no se guía por datos científicos o estadísticas concretas, sino que lo hace casi que por superstición.
El Gobierno nacional pareciera creer que por cerrar todo, dejar sin educación a los chicos, lograr que el comercio esté quebrado, etc, va lograr que los argentinos generen anticuerpos sólo por el hecho de quedarse encerrados en sus propias casas. Lo que pareciera todavía no poder entender es que lo único capaz de lograrlo es la vacuna, tal y como lo hicieron muchos países en el mundo.
Sin embargo, a causa de malas políticas, el país no cuenta con las vacunas necesarias y, por lo tanto, desde el Gobierno nacional quieren recurrir a recetas que ya fracasaron el año pasado y que, lejos de traer salud a los argentinos, no hizo más que dejar en la ruina a millones de personas que se quedaron sin trabajo. Albert Einstein decía que locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. De esto debería tomar nota el oficialismo de una vez.
