Casi cinco meses llevan ya las obras de restauración de El Rulo, en la ruta que lleva a San Javier, donde -por razones de seguridad- se reemplazó el viejo puente por una nueva estructura. La flamante obra de arte fue colocada días atrás, por lo que solo restan detalles para que pueda habilitarse el tránsito en la zona, aseguró Ricardo Abad, administrador de la Dirección Provincial de Vialidad.
“Estamos cerca, vamos a dar paso, creo que en unos días más”, afirmó Abad. Al haber colocado ya la nueva estructura, son restan menores para poder liberar el lugar, asegró. “Lo más importante es que está la calzada y que haya seguridad, que esté la baranda”, detalló. Pero aclaró que “faltan terminar terraplenes, algunos gaviones, y detalles de revoque”. “Cosas menores”, remarcó.
Hay otro aspecto de la obra que debe realizarse antes de permitir el tránsito vehicular en la zona, pero aún no está definido: el asfaltado. Según Abad, es un tramo de 500 metros que debe ser pavimentado, aunque no está claro cuándo procederán a llevarlo a cabo.
“Vamos a ver si podemos hacer un asfalto o no encima. Si lo hacemos después, lo mismo vamos a tener que cortar el tránsito un día por lo menos. Entonces, vamos a intentar hacerlo antes, pero vamos a decidir allí, de acuerdo a cómo esté la situación”, aseguró el funcionario.
Una vez definidas estas cuestiones, ya sí, se permitirá nuevamente la circulación de los vehículos por la zona. “Hay cosas que se deben terminar después de habilitar el paso”, agregó Abad.
Los trabajos en la zona se iniciaron en los primeros días de noviembre del año pasado, derivando desde entonces un corte total del tránsito en la ruta 338. Por lo que para llegar a San Javier, hay dos opciones: por Tapia, mediante las rutas 341 y 340, o por Villa Nougués.
En ambos casos, el viaje es bastante más extenso que utilizando la ruta 338, sobre todo si se elige la opción de subir por Tapia, la única que soporta los colectivos de línea, por las características de la ruta a Villa Nougués.
En un principio, se anticipó que la obra estaría terminada a fines de enero; sin embargo, algunas complicaciones provocaron retrasos en los trabajos, y la liberación del tránsito en la zona se fue postergando, primero para febrero, y luego para el mes de marzo, sin una fecha exacta.
Las demoras trajeron reacciones negativas por parte de los habitantes de San Javier, que deben realizar viajes muy largos para poder llegar a la Capital o a Yerba Buena, por lo que su vida cotidiana se ve afectada.
También varios vendedores de la zona contaron que el movimiento turístico fue bastante menor a temporadas anteriores, algo que también aducen al corte de ruta.
