Sin dudas el día de ayer no fue uno más en Tucumán, teniendo en cuenta que finalmente midieron fuerzas el gobernador, Juan Manzur, y el titular de la Legislatura, Osvaldo Jaldo. Por un lado, en la Cámara legislativa tuvo lugar el hecho histórico de que luego de 15 años, un ministro fuera interpelado. Por otro lado, la llegada de 4 funcionarios nacionales a la provincia tampoco pasó desapercibido ni fue un hecho casual.
Y es que el de ayer era el día señalado para que los legisladores que responden a Osvaldo Jaldo acribillaran con preguntas y cuestionamientos al titular de la cartera de Educación, Juan Pablo Lichtmajer. De hecho, fue así y durante varias y largas horas junto con legisladores de la oposición que apuntaron contra el ministro. Pero, sobre todo, las críticas estaban dirigidas indirectamente hacia la gestión gubernamental de Juan Manzur.
En un momento, era difícil distinguir entre legisladores jaldistas y los de la oposición. Y es que los representantes del pueblo que apoyan al titular de la Cámara cuestionaban de la misma manera que los legisladores de Fuerza Republicana, de la Unión Cívica Radical y del alfarismo. Pero, más allá de algunos momentos de chispazos entre los presentes, todo concluyó de manera civilizada dentro de lo que cabe.
Mientras tanto, fuera del recinto el gobernador Manzur recibió la visita del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Los funcionarios nacionales no sólo respaldaron al gobernador provincial, sino que también dejaron en claro dos cuestiones a las que Jaldo deberá prestar atención.
Por un lado, el jefe de Gabinete dijo que tanto la provincia como el peronismo local tienen un solo conductor y ese es Juan Manzur. Pero, por otro lado, “Wado” de Pedro dejó en claro que Cristina Kirchner estaría a favor del gobernador en su interna contra Osvaldo Jaldo, a pesar de las desavenencias pasadas entre el gobernador y la actual vicepresidenta. Esto último representa una mala noticia para el vicegobernador.
Y es que Osvaldo Jaldo aspiraba a contar con la bendición del Instituto Patria hace unas semanas cuando viajó exclusivamente a Buenos Aires sólo con la intención de conseguir una foto junto con Cristina Kirchner. Su intención era la de demostrar que también cuenta con apoyo nacional a la hora de dirimir el liderazgo del peronismo tucumano. Sin embargo, el día de ayer esta posibilidad parece haber sido enterrada hasta nuevo aviso.
En principio, se podría concluir que la jornada de ayer tuvo un claro ganador, al menos en lo que hace a la materia política. Y es que Juan Manzur logró que su ministro resultará airoso de su interpelación en la Legislatura, al tiempo que recibió un fuerte y explícito apoyo de funcionarios nacionales, entre ellos, la mano derecha del mismísimo presidente Alberto Fernández, encarnada en la figura del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
En esta línea, también se podía dilucidar que salió derrotado Osvaldo Jaldo ya que no sólo a nivel nacional no contaría con la banca que necesita para poder pelear por el liderazgo del peronismo local. Sino que, además, enfrenta la posibilidad de que de aquí en más comience a perder el apoyo de algunos legisladores y otros funcionarios, algo que podría verse profundizado sobre toda a medida que se acerquen las elecciones de este año.
Sin embargo, la realidad es que en una guerra en la cual lo único que importa es la lucha por el poder, quien pierde es la sociedad tucumana en su conjunto. Y es que, mientras Manzur y Jaldo se enfrentan entre ellos por un lugar en la conducción del peronismo, el pueblo atraviesa una situación social y económica cada vez más dramática, en la cual al coronavirus se deben sumar el impacto de las pandemias de la inseguridad y de la inflación.
Tanto el titular del Poder Ejecutivo como el presidente de la Legislatura provinciales se han enfrascado en una lucha sin cuartel en la que, además, sus propios funcionarios han sido llamados a combatir por cada uno de sus líderes. Esto significa que Tucumán y sus ciudadanos quedaron librados al azar y no pueden contar con representantes que se encarguen de solucionar la cantidad de problemas que azotan a la provincia.
En ese sentido, la interpelación del ministro de Educación no obedece a una genuina preocupación por la cuestión escolar de parte del jaldismo, sino que apunta a dañar a la gestión de Juan Manzur. Pero, también, la venida de cuatro ministros nacionales no apuntó a la evolución de nuestra provincia, sino que fue un apoyo a ellos mismos. Esto se debe a que apuntan a que el peronismo salga victorioso en las elecciones, es decir, es pura conveniencia del oficialismo nacional.
Mientras tanto, esta guerra de egos y de poder seguirá escribiendo páginas y capítulos en los próximos días, semanas y meses. Durante ese tiempo, se discutirá a nivel político quién de los dos irá ganando o perdiendo la batalla entre ambos. Sin embargo, lo que se tiene que saber en concreto es que los únicos derrotados de todo esto son los ciudadanos de a pie, que son quienes padecen el egoísmo de los máximos referentes del poder político local.
