A pesar de la pandemia y las dificultades que trajo, el servicio de Diabetes y Endocrinología del Hospital Avellaneda se adaptó y continúo con las consultas y talleres, para mejorar la calidad de vida de la población.
“Es darle continuidad a lo que veníamos haciendo de forma presencial desde hace muchos años en nuestro hospital. En lo que respecta a la atención de pacientes con diabetes y obesidad, se caracteriza no sólo por darle la asistencia médica y el tratamiento farmacológico, sino también el tratamiento no farmacológico; es decir, promover la actividad física y la alimentación saludable”, cuenta la médica generalista especialista en Diabetes, Fernanda Rodríguez.
Debido a la cuarentena, explica, todo este trabajo se fue perdiendo, ya que el equipo tenía encuentros semanales en el establecimiento. Sin embargo, decidieron adaptarse a la nueva realidad y comenzaron reforzando el grupo de Whatsapp que tenían con los pacientes.
“Además empezamos a usar las plataformas virtuales para continuar y replicar de alguna manera los talleres vía Meet. Nuestros pacientes están muy agradecidos porque en ningún momento se los dejó solos. Tengamos en cuenta que el personal estuvo abocado a los pacientes con coronavirus, y a pesar de eso no perdimos el contacto. Las personas que vienen a los talleres tienen un promedio de más de 50 años, totalmente adaptadas a la tecnología, y es impresionante ver como en cada taller se van sumando cada vez. Ponen todo de su parte con tal de tener este acompañamiento y asesoramiento”, sostiene.
Respecto a cómo abordan estas temáticas, aclara que siempre la asistencia y la educación en obesidad, se plantea desde los ejes médico, psicológico, nutricional y la actividad física. Para ello, el equipo interdisciplinario está formado además de la doctora Rodríguez, por: la licenciada en Nutrición, Laura Galindez; los licenciados en Enfermería, Mariela Villoldo y César Cabrera; el licenciado en Psicología, Franco Vargas; y el profesor de Educación Física, Gustavo Toledo.
Asimismo, advierte que este programa siempre estuvo abierto a la comunidad. De hecho, no concurren personas con diabetes sino también sus familiares. Todos los que quieren adquirir hábitos saludables, encuentran un espacio ideal para aprender en el servicio.