Según lo que informó la Justicia, el hombre y principal sospechoso, Walter Mateo Córdoba, contó que él se encontraba realizando tareas en su hogar y habría lanzado un ladrillo que accidentalmente golpeó a Luján en la cabeza, según su versión.
Ante el temor de ser acusado de asesinato, el sospechoso, quien es tío de la niña, habría decidido tomar la drástica medida de quemar el cuerpo y luego descuartizarlo para intentar ocultar el crimen.
“Este hombre se habría quebrado y confesado buscando una excusa exculpatoria”, detallaron los investigadores.
Los detalles de esta confesión salieron a la luz luego de que la Policía intensificara la investigación en la casa del sospechoso. Se supo que la niña había ido a visitarlo porque él vivía con dos hijas menores de edad, quienes eran amigas de Luján.
Sin embargo, la versión del sospechoso presenta inconsistencias, ya que se ha comprobado que él estaba solo en su casa en el momento en que se produjo el supuesto accidente.
La justicia ahora centra su investigación en esta declaración, que aunque fue realizada fuera de un marco legal formal, podría ser utilizada como parte de la investigación si se citan a testigos que escucharon la confesión.
Este procedimiento tiene precedentes en otros casos similares, como el famoso crimen de Ana Dominé, donde una confesión informal fue clave para cerrar la investigación.
Por otro lado, se informó que durante la noche del domingo, el acusado podría haber intentado dispersar los restos de Luján en diferentes partes de Río Seco, según publica La Gaceta. Este hecho llevó a la policía a intensificar los rastrillajes en la zona, especialmente en un sitio baldío que colinda con la vivienda del sospechoso.
El perfil del acusado, según vecinos, era el de un hombre trabajador y aparentemente normal, lo que ha dejado a la comunidad sorprendida. Sin embargo, la separación de su pareja, tía de Luján, y el hecho de que quedó a cargo de tres hijos, abrió la posibilidad de que la justicia también investigue un posible maltrato hacia sus hijas.