Luego de que el Gobierno nacional determinara que se cierren las fronteras para el turismo extranjero de los países limítrofes, el turismo ha quedado al borde del abismo. Y es que la conocida como industria sin chimeneas es en Argentina y en el mundo uno de los sectores más golpeados por la pandemia de coronavirus. Claramente, el cierre de fronteras y las limitaciones de circulación conspiraron contra el turismo.
Desde este medio en reiteradas oportunidades hicimos hincapié en que el turismo local se vio seriamente afectado también a raíz de la mala política sanitaria implementada por el Gobierno nacional y el provincial. Ahora, se le debe sumar una pérdida de ingresos que además era más valioso teniendo en cuenta que se tratan de dólares que dejará de percibir el sector a causa del cierre de fronteras que tendrá lugar desde ahora.
Y es que encima nada garantiza que estas restricciones culminen, como está previsto, a principios de enero. De hecho, lo más seguro es que continúen durante el resto del verano. Y es que el gobierno no quiere pasar sobresaltos en lo que hace a la posibilidad de adelantar la llegada de la famosa segunda ola de coronavirus, debido a que necesitan ganar tiempo para que comience a aplicarse la dudosa vacuna que viene de Rusia.
Además, hay que tener en cuenta que exista la posibilidad de que la famosa nueva cepa de covid-19 que surgió en Gran Bretaña pueda estar circulando por Brasil. Si bien los especialistas aseguran que no es más letal, sí advierten que se trata de una versión en un 70% más contagiosa que la actual. A esto, se le debe agregar que el Gobierno nacional apuesta de forma marketinera a una especie de épica sanitaria de cara a las elecciones legislativas del 2021.
Cabe mencionar, también, que desde hace tiempo los empresarios ligados al turismo venían advirtiendo que con el turismo interno no alcanzaría para levantar a un sector que fue muy golpeado durante este año. Es por esta razón que habían puesto sus esperanzas en la posibilidad de contar con la llegada de turistas extranjeros para intentar recuperar algo de lo que fue un 2020 que no hizo más que dar puras perdidas.
Asimismo, cabe mencionar que los golpeados bolsillos de la enorme mayoría de los ciudadanos no les permitirá vacacionar como en otros momentos. Justamente, eso es lo que alertaba a los empresarios cuando solicitaban la apertura del turismo interno desde hace mucho tiempo y recalcaban que era necesario acostumbrarse a convivir con el covid-19 porque de lo contrario muchos puestos laborales corren el riesgo de perderse para siempre.
El turismo es un sector para el cual las vacaciones de la sociedad constituyen su fuente de trabajo y saben que durante el verano argentino le será difícil llegar a recuperarse. Sobre todo, teniendo en cuenta que las familias tendrán que realizar gastos escolares ya en el segundo mes del año. Además, este sector duda cerca de la eficiencia del gobierno a la hora de poder buscarles una alternativa que les evite terminar de caer al fondo del abismo.
