Lautaro Diego Emanuel Alvaredo (19) había ido el fin de semana pasado a bailar con sus amigos a un boliche de la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza. Era la “tercera o cuarta vez” que lo hacía, según contó su padre. Pero la que debía ser una noche de diversión terminó de forma sumamente violenta a la salida de la discoteca: el joven fue atacado a golpes y recibió una fuerte patada en la cabeza que le provocó la muerte cerebral.
El salvaje episodio ocurrió en la madrugada de este lunes. Comenzó con una discusión en el interior del local bailable “Cyrux”, ubicado en Luro al 5700, en el cruce con Pedro Obligado. Uno de los amigos de Lautaro tuvo un altercado con otro joven que escaló a tal punto que el personal de seguridad tuvo que intervenir y los expulsó del lugar. Parecía que todo finalizaría allí.
Sin embargo, la disputa continuó a las afueras del establecimiento, donde ambos grupos se enfrentaron en una pelea.
Una cámara de seguridad registró parte de lo ocurrido. En las imágenes se observa a tres jóvenes lanzándose trompadas y patadas. Segundos después se suman otros más a la gresca. Hubo corridas, forcejeos y más golpes. Y en el medio, quedó Lautaro, enfrentado con dos personas. En ese contexto, la víctima fue agredida y cayó al suelo, momento en el que le propinaron una patada en la cabeza, de manera similar a lo que le sucedió a Fernando Báez Sosa aquel 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
El joven fue primero llevado al Hospital Germani, en Laferrere. Posteriormente lo trasladaron a la Clínica Mariano Moreno, en el partido de Moreno, donde permanece actualmente internado con muerte cerebral.
El médico Alejandro Cilento contó que el joven llegó derivado en ambulancia y en el traslado “presentó varios episodios convulsivos que fueron tratados”, aunque “ingresó con un deterioro de la conciencia profundo”.
“Pasamos a hacerle las imágenes, tomografías de tórax y de cerebro, donde se observaron múltiples contusiones a nivel toráxico, con una contusión pulmonar derecha muy grave y una contusión cerebral grave”, continuó el galeno y explicó que ahora “se está tratando de mantener la función de los órganos vitales”.
Mientras tanto, avanza la investigación del caso, a cargo del fiscal Matías Folino, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática Homicidios Dolosos del Departamento Judicial La Matanza.
Fuentes con acceso al expediente aseguraron a Infobae que todo se desencadenó a partir de un altercado en el interior del boliche: “En principio habría sido una discusión o un problema típico de boliche lo que derivó en una pelea entre uno de los agresores y un amigo de la víctima, al cual le rompieron los lentes. Producto de eso, los sacaron”. La gresca siguió en la Plaza Ejército de los Andes, donde golpearon a Lautaro.
Los investigadores identificaron a un presunto agresor, que, al igual que la víctima, tiene 19 años. La Policía fue hasta la vivienda del sospechoso. Sin embargo, no pudieron localizarlo y hacia esta tarde seguía siendo buscado.
“Me lo mataron. Creo que era la tercera o la cuarta vez que Lautaro salía a bailar. Yo le pedí que, por favor, me avisara que estaba bien, esa era la condición para que no tuviese problemas, pero me lo mataron igual. La ambulancia no venía y un patrullero no lo quería llevar”, contó Diego Alvaredo, papá de la víctima, en comunicación con C5N.
“Estuvo 14 horas esperando que venga la ambulancia de UTA, todo porque faltaba un papel, que no habíamos hecho la denuncia y que faltaba esto y aquello. Hoy tendría que estar vivo”, agregó.
La última comunicación de Diego y Lautaro Alvaredo
En medio de la conmoción por la muerte de su hijo, Alvaredo compartió la última comunicación que mantuvo con Lautaro a través de Whatsapp. “Hola pa, te venía a decir que acá está todo bien”, le había avisado el joven antes de las 2 del lunes, previo al brutal episodio.
“Cuidate y alejate de los problemas”, le había recomendado su padre.
“El culpable es el que le pegó y el segundo culpable es toda la burocracia que hay para mandar una ambulancia de un lado al otro, no se quieren hacer cargo. Me dejaron a mi hijo muerto”, concluyó el hombre.