Ello lo he hecho extensivo a cualquier persona que logre enseñarme una foto de su graduación.
Hasta el día de hoy nadie ha logrado ganar el jugoso botín que ofrezco. Y me consta que muchos se han tomado el duro trabajo de intentarlo. Algún día contaré detalles sobre esto último.
Para que no decaiga el interés, he agregado dos chances más al desafío: un escrito judicial firmado por Cristina o una persona que revele haber sido patrocinada por ella como letrada. Cualquiera de esos elementos, bastarán para que alguien se quede con mi cheque.
Pero ello no ocurrirá, sencillamente porque la expresidenta no es abogada. Los testimonios que lo acreditan son vastos y variados. Pero también lo es su desconocimiento del derecho.
Por eso, el fallecido fiscal Julio César Strassera jamás dudaba a la hora de cuestionar a la exjefa de Estado. “Cristina no pudo haber firmado un hábeas corpus como abogada porque no es abogada. Esta es la realidad”, dijo hace unos años.
Lo mismo sostuvo el constitucionalista Daniel Sabsay, quien dijo de manera tajante: “Cristina Kichner no es abogada”.
Se insiste, no se trata solo de los testimonios y los documentos que lo prueban, sino además de su desconocimiento de las cuestiones básicas del derecho.
En el siguiente video, del año 2010, puede verse cómo confunde la palabra “sindicación”, con “sindicalización”. No una vez, sino muchas veces. Se trata de un tópico que los alumnos de derecho aprenden en primer año de la universidad.
La catarata de pifies ocurrió al presentar el explosivo informe sobre Papel Prensa, trámite que terminó gravitando entre el papelón y el escándalo.
Allí puede verse la confusión de Cristina en varias oportunidades, entre otras en los minutos 22:20, 23:12 y 23:23.
Como dicen los abogados —los que realmente lo son—, “a confesión de partes, relevo de pruebas”.