Luego de que se conociera que la inflación de noviembre fue del 3,2%, las consultoras privadas ya estiman que en el último mes del año, el indicador seguirá en alza y se ubicará cerca del 4%. De esta manera, el 2020 cerraría con un porcentaje de entre el 36% y el 37%. Pero lo peor de todo es el hecho de que, la aceleración de los últimos meses, deja una base alta para el próximo año, cuando impactarán varios descongelamientos de precios ya previstos.
Esto se da la mano de subas ya anunciadas en algunos servicios y principalmente en alimentos y el tipo de cambio oficial está comenzando a moverse más rápido y la inflación mayorista del último mes comenzará a trasladarse a los precios minoristas. También juega la flexibilización de la cuarentena, el mayor consumo propio de fin de año, varios gremios que ya están cerrando paritarias y la suba anunciada de jubilaciones recalentarán la inflación de diciembre.
Pero además del hecho de que el último mes del año cierre con una inflación acumulada de entre el 36% y el 37%, cabe agregar con una economía que caerá por encima de los 10 puntos porcentuales, tarifas de servicios públicos congeladas, precios de alimentos regulados y salarios reales en caída. Es por ello que los economistas advierten que las mayores presiones vendrán en el primer trimestre de 2021.
Y es que para entonces está previsto que se empiecen a descongelar las tarifas de los servicios públicos, la economía recupere un poco más de dinamismo y el dólar se mueva más en línea con los precios. Pero en lo que respecta a las dos semanas que le quedan al año, lo que presiona a la inflación es el valor de la carne, prepagas, la suba de naftas que ya se hizo oficial en los últimos días y la suba de productos estacionales.
Pero, además, durante el transcurso del verano tendría lugar una inflación también en torno al 4% por aumentos en servicios bancarios, peajes, ajustes en combustibles y también transporte en febrero o marzo. Luego, a partir de abril, se daría el descongelamiento de tarifas de servicios públicos, algo que será muy duro para el bolsillo de los argentinos. También hay que recordar el peso de los nuevos precios en sectores que reactivan como, por ejemplo, el turismo.
Pero, además, en el último tiempo, se fueron confirmando para el año 2021 aumentos en las tarifas de servicios públicos como transporte, electricidad y gas, y también en prepagas y colegios privados. Además, se acercan las fechas de descongelamiento para los precios de los alquileres y los productos incluidos en el programa de Precios Máximos, que fue prorrogado sólo hasta el próximo 31 de enero.
En cuanto a las proyecciones para el próximo año, si bien se estima un piso del 40% para la inflación, cabe la posibilidad de que pueda superar el 50% si se produce un salto cambiario. Y es que, aunque el frente cambiario está algo tranquilo, hasta que el BCRA no empiece a acumular reservas y la brecha no perfore el 50%, la situación sigue siendo muy inestable, lo que significa que no se puede descartar un salto cambiario que acelere la inflación en los meses sucesivos.
