El aumento de la pobreza al 32% al segundo semestre de 2018, debido a la aceleración de la inflación y las peores condiciones laborales, se refleja en el deterioro en la distribución del ingreso al cuarto trimestre del año pasado, pese a que cayó el ingreso en todos los estratos sociales.
Al cuarto trimestre de 2018 el decil más rico tenía ingresos 20 veces más altos que el decil más pobre de la población.
Esa brecha entre se amplió 3 puntos respecto del cuarto trimestre de 2017, según el promedio de ingresos per cápita del decil 10 (de $36.261), sobre el 1 ($1.815), que publicó el Indec.
Al considerar los ingresos per cápita entre los hogares más ricos ($43.783) y los hogares más pobres ($2.371), la brecha se amplió de 15,8 a 18,5 veces retornando a los niveles de 2012-2013. Las consecuencias de esa brecha se agravan al considerar que en los hogares más pobres viven, en promedio, 4,6 personas (un 15% de la población total) y en lo más ricos solo 1,9 (el 6% de la población), según un informe de la consultora LCG.
Así el coeficiente de Gini, que se acerca a 1 para mostrar la mayor desigualdad, se amplió a 0,434 a fines de 2018 (por encima del 0,417 de fines de 2017).
“Muestra que empeoró la distribución del ingreso en un contexto de aceleración de la inflación por el traslado de la devaluación a los precios. Los deciles de más bajos ingresos son los más desprotegidos, porque no tienen cómo cubrirse. En términos reales, los ingresos de los más pobres habían caído 22% contra 9% anual de los hogares más ricos, porque estos se pueden cubrir de la aceleración de la inflación con activos financieros o dolarizarse“, dijo Melisa Sala, economista de LCG.
LCG resaltó que el ingreso per cápita promedio por hogar, de $11.273 mensuales al cuarto trimestre de 2018, resultó 13% más bajo que un año atrás en términos reales, pero esconde que para el 40% de los hogares más pobres la caída de sus ingresos duplicó la caída real de los ingresos del decil 10 (18% real anual vs 9% real anual).
Leopoldo Tornarolli, investigador del Cedlas, de la Universidad de la Plata coincidió en un tuit en que el año pasado hubo un “deterioro progresivo de los ingresos familiares”, ya que pasaron de crecer para todos los hogares en el primer trimestre, a mantenerse casi constantes en el segundo trimestre, a caer parejo para todos en el tercer trimestre, a caer en forma fuerte y desigualadora en el cuarto trimestre.
Y agregó que entre el cuarto trimestre de 2016 y el cuarto de 2017 crecieron los ingresos promedio de todos los deciles y “en forma igualadora”. Pero entre el último cuarto de 2017 y el de 2018, “cayeron para todos los deciles y en forma desigualadora”.
Para Tornarolli, esta evolución del ingreso per cápita familiar “explica gran parte de la diferencia entre los buenos resultados de pobreza de 03/2018 y los malos resultados publicados de 03/2019”.
El Indec informó que la pobreza saltó más de 6 puntos anuales, a 32% de las personas, en el segundo semestre de 2018. Y ahora LCG estimó que en el cuarto trimestre del año pasado, cuando se agudizó la crisis, la pobreza pudo superar el 40%, al considerar los hogares de los tres primeros deciles.
“Refleja el impacto que ha tenido la crisis macroeconómica que estamos viviendo desde diciembre de 2017, cuando se corrieron las metas de inflación, con impacto en la salida de capitales y devaluación acumulada de más de 112% en la desigualdad de la distribución“, dijo Ariel Coremberg, director del Centro de Estudios de la Productividad de la UBA. Entiende que todavía falta conocer el impacto de la reciente devaluación en los ingresos: “Va a profundizar la tendencia”, agregó.
Este año, la canasta básica total (que marca el nivel de pobreza) aumentó 8,14% en el primer bimestre, a $27.570,43 para un hogar en febrero. Y la canasta básica alimentaria (que marca al indigencia) subió 9%, a 11.117,11 pesos.
Según LCG, a fines del año pasado, los hogares del decil más pobre sólo cubrieron el 73% de la canasta básica alimentaria. Y los hogares del decil 2 cubrieron la mitad de la canasta básica total, cuando un año antes cubrían el 70%. “Es decir, se volvieron ahora más pobres que antes”, explicó. Los deciles 3 y 4 cubrieron el 75 y 95%, respectivamente, cuando un año antes tenían ingresos 20% superiores.
Por género, el 70% del decil más pobre son mujeres y el 62% del más rico son hombres. Por relación de dependencia, los hogares más pobres muestran la mayor proporción de no ocupados y de no perceptores de ingresos.