Un incidente entre dos aviones privados que casi colisionan en el aire de Buenos Aires provocó el fuerte enojo de uno de los pilotos, quien no dudó en recriminarle su accionar a una controladora aérea del Aeroparque Jorge Newbery y llamarla “inútil”.
El hecho ocurrió el domingo, cuando una de las aeronaves, que minutos antes había despegado de Aeroparque en dirección al aeropuerto metropolitano de San Fernando, se cruzó a muy corta distancia con otro avión que llegaba procedente de Resistencia, capital de la provincia de Chaco.
La peligrosa situación fue denunciada por uno de los pilotos, que se contactó con la torre de control para hacer su reclamo. “Estuvimos a 500 pies (son 152 metros), por momentos 300 pies de diferencia (91 metros) con el tránsito que nos sobrepasó de derecha a izquierda”, recriminó.
“Sí, correcto, señor, la verdad tiene razón, si lo tiene que hacer por escrito, hágalo”, le respondió una de las controladoras a cargo. “Es la saturación que tenemos en este sector y en este trabajo en este momento“, completó.
“La verdad es que son unos inútiles, ese es el problema”, arremetió el piloto, no conforme con la explicación. “¿Sí? Venga a decírmelo personalmente, por favor. Idiota“, cerró el agresivo intercambio la controladora.
Por el incidente, la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) abrió un sumario que, según informó a Clarín su titular, Gabriel Giannotti, está en curso y por eso “no podemos emitir una conclusión sobre lo que pasó”. Sin embargo, concedió que los audios revelan “una fraseología que no es la estandarizada para un intercambio aeronáutico” y que hubo al respecto “algún desatino de parte de todos los participantes de esa situación”.
Carlos Rinzelli, piloto contactado por el canal Todo Noticias, explicó qué fue lo que generó el enojo de su colega. “La distribución del espacio aéreo tiene que ver con que los aviones pueden sobrevolar zonas con una diferencia que no debe ser menor a 1.000 pies (304 metros), esa es la tarea del controlador del espacio aéreo, que tiene la potestad de separar aeronaves para lograr que todos volemos con seguridad”, detalló.
“El piloto le hizo ver a la controladora del centro de control del área que lo separó de otro tránsito con una altitud muy pequeña que pudo haber traído un riesgo“, continuó el comandante, quien más allá del posible error humano de alguno de los controladores, hizo foco en el duro intercambio posterior. “El hecho de tener templanza para resolver situaciones es la garantía de que los vuelos se hacen con total seguridad. Esto no es moneda corriente, es un caso aislado“, dijo y advirtió que “la aviación argentina está atrasada unos 30 o 40 años. La falta de equipos de navegación y radares de última generación se suple con la capacitación y el sentido común de todos los actores, pero si seguimos poniendo en el medio una mayor cantidad de aviones y saturando el tráfico, esta situación se puede volver a repetir“, afirmó.
Giannotti descartó que el tráfico aéreo esté saturado. Explicó que en la empresa existe un área denominada FMU, por las siglas en inglés de Flow Management Unit (unidad de gestión de tráfico), que se dedica específicamente “al análisis de predicciones de demanda. Vamos a saber en qué horario vamos a tener la mayor demanda de ingreso para dotarla con personal y si en algún momento se excede, los aviones quedan fuera de la región hasta que puedan ingresar”. Ese flujo se divide en tres categorías (“arco verde”, “practicable” y “máxima”) y garantizó que en la terminal Baires siempre se oscila entre la primera y la segunda.
Del mismo modo, el funcionario aseguró que los controladores nunca trabajan más allá de las recomendaciones máximas de cantidad de aviones por persona, que “hoy es de ocho aeronaves y en algún pico puede llegar a diez”, y respecto del nivel salarial dijo que hoy los controladores están “bastante mejor que mientras trabajaban en Fuerza Aérea y ANAC, y además hoy hay un plan de carrea”.
Giannotti sí admitió obsolescencia de los equipos ya que “en los últimos 20 años prácticamente no hubo inversión en el sector aeronáutico”, pero aseguró que en los poco más de dos años de gestión de la EANA se avanzó con una fuerte renovación del parque de infraestructura tecnológico, con un presupuesto de 120 millones de dólares. Entre otras inversiones, detalló, se compraron 14 nuevos equipos VOR y ocho ILS para la navegación y aproximación a los aeropuertos y un nuevo radar secundario para la terminal aérea de Paraná, que se están actualizando 22 radares junto con el INVAP y también se está incorporando tecnología con una empresa italiana para el rediseño de rutas de todo el espacio aéreo.