Elvio Quiroga se despertó con un llamada. Las mozas del bar que está a pocos metros de su local lo despertaron para decirle que desconocidos habían ingresado a su lavadero de ropa, en avenida Sarmiento casi Monteagudo, en la capital. “Llegué al local y descubrí que habían roto la puerta de entrada y adentro estaba todo revuelto. Se llevaron ropa y algo de dinero que estaba en la caja. ¡Reventaron una puerta de blindex para entrar! Es increíble”, se quejó el comerciante en la entrevista con LA GACETA.
Habían pasado más de 14 horas del robo y Quiroga aún se seguía lamentando. “Es la segunda vez que sufro un robo de estas características. El primero fue hace como dos años. En esa oportunidad, ingresaron rompiendo una ventanita. Le puse una reja y pensé que no sucedería más. Ahora, rompieron la puerta que es más difícil de cubrir. Es más, no la puedo conseguir aún, por lo que tendré que poner una madera y estar muy atento”, agregó.
El propietario de la lavandería quedó muy preocupado. “Todavía no podemos identificar a todos los dueños de las prendas que nos robaron para contarles lo sucedido. Vinieron clientes a retirarlas y ahí les contamos lo que ocurrió. Afortunadamente, nos entienden y no nos dicen nada, se solidarizan con nosotros”, dijo.
El comerciante se quejó porque esa zona se volvió muy insegura. “Es como si se hubiera transformado en un lugar de paso de los ladrones. A cada rato hay un hecho de inseguridad. Evidentemente, no alcanza con los policías que están dando vueltas”, concluyó.
Los vecinos del lavadero coincidieron con el propietario. “A la siesta y a la nochecita, es imposible caminar por aquí. Los motochorros se adueñan de la avenida Sarmiento. Primero dejé de salir con cartera, ahora no llevo ni celular. Policías hay, pero estos delincuentes están viendo dónde y qué robar”, explicó Lucrecia de Aráoz.
Mariana Ramírez es empleada doméstica y dice que en los últimos tiempos fueron varios los comerciantes de la zona que sufrieron robos. “En todos los casos son más o menos los mismos. Por lo que cuentan, son chicos jóvenes que se bajan de motos, los amenazan con armas de fuego, le sacan dinero y se van. Dicen que son chicos que van a comprar drogas a Villa 9 de Julio con lo que les sacan a los negocios. No sé, pero parece mentira que esta zona sea tan peligrosa”, explicó.
En la Secretaría de Seguridad informaron que, pese a que se trata de una zona que cuenta con mucha presencia policial, intensificarán los controles en la zona y que reforzarán las paradas.
