En lo que va de la presidencia de Alberto Fernández, el dólar blue avanzó 200%: pasó de $ 66 a $ 199. En ese mismo período, la inflación acumulada fue del 99,6%, según un relevamiento de la Fundación Libertad y Progreso.
Con estos números, la inflación en los primeros 23 meses de la gestión del Frente de Todos supera al registro del mismo período de Cambiemos -con el 72,6%– y de la segunda gestión de Cristina Kirchner, cuando el índice sumó 54%.
En el caso del dólar blue, en el arranque de la Presidencia de Mauricio Macri valía $ 15 y a 23 meses después llegó a $ 18, un salto de 20%.
Con Cristina, en el comienzo de su segundo mandato, el informal se ubicaba en $ 4,70 y en octubre de 2013 en $ 9,90, un incremento de 110%.
En cuanto al manejo del tipo de cambio, las tres gestiones tienen en común la implementación de distintos cepos.
Tras ganar su reelección en octubre de 2011, Cristina Kirchner diseñó una primera versión del cepo, en la que había que gestionar una autorización de la AFIP para comprar dólares. Meses después y para desalentar la salida de divisas, se fijó un recargo del 15% sobre el dólar turista, que se tomaría como anticipo de Ganancias. En diciembre de 2013 ese recargo trepó al 35%.
Además, en junio de 2012 se eliminó la posibilidad de comprar dólar ahorro y solo se autorizaron las compras para los turistas que viajaran al exterior. En enero de 2014, casi a la par de la devaluación que hizo subir el dólar oficial 24% en un día, se volvió a permitir la compra de dólar ahorro con un límite de hasta 20% del salario.
En el caso de Macri, su gestión arrancó con el levantamiento del cepo existente y ahí el dólar oficial saltó de $ 9 a $ 14 y casi empardó al dólar blue.
En agosto del 2019, tras el salto del dólar oficial del $ 45 al $ 60 al día siguiente del triunfo del Frente de Todos en las PASO, Cambiemos reinstauró el cepo, con un limite de compra de hasta US$ 10.000 por persona. Y tras las confirmación de la derrota de Macri en octubre, se llevó ese límite a US$ 200.
A pocos días de asumir en 2019, Alberto Fernández instauró el impuesto PAIS, que fijó un recargo del 30% para el dólar ahorro y lo llevó de $ 66 a $ 85. Y en septiembre de 2020 le añadió el recargo a cuenta de Ganancias del 35%. Además aplicó restricciones que dejaron fuera del mercado a uno de cada cinco compradores. Así la cantidad de personas que accedían al dólar ahorro bajó de 5 millones a menos de 1 millón.
En el medio, el Banco Central fue fijando nuevas restricciones para operar con los dólares financieros -el MEP y el contado con liqui- las variantes legales que habían encontrado los inversores para sortear el tope de compra de US$ 200 al mes.
Presión sobre los precios
Los distintos cepos lograron encauzar el tipo de cambio oficial y trasmitir la presión al segmento informal, lo que a su vez se hizo sentir sobre los precios.
Sobre esta bases, cada período de inflación tuvo un sesgo particular. Con Cristina creció de la mano del aumento de la emisión monetaria, pero contenida por el congelamiento tarifario. Con Macri, la disparada del dólar oficial al comienzo de su gestión junto con un fuerte ajuste de tarifas fueron los condimentos que atizaron el índice de Precios. Y con Alberto nuevamente cobró protagonismo la emisión monetaria, que tuvo más fuerza que el efecto de ancla que se buscó lograr con las tarifas quietas y el dólar retrasado.
AQ