Las negociaciones son contrarreloj y hay optimismo. Pero nadie quiere jugarse hoy y hablar de culminación positiva de las negociaciones sobre el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea: muchas veces antes, en los 20 años de discusiones, se estuvo “a punto de firmar” y luego no se firmó.
Otra vez hay optimismo y según adelantó Infobae el presidente Mauricio Macri espera poder anunciar el “acuerdo político” en Osaka, Japón, ciudad a la que viajó para participar en el plenario del G20. Además, hoy se supo que el Canciller Jorge Faurie suspendió su viaje a ese país y se quedará en Bélgica, donde se intentará cerrar las negociaciones entre los dos bloques.
Allí, en Bruselas, además de Faurie, están el ministro Dante Sica, de Producción y Trabajo, y Horacio Reyser, subsecretario de Relaciones Económica Internaciones de la Cancillería. De las reuniones participan sus pares de Brasil, Paraguay y Uruguay, la comisaria europea Cecilia Malmström y otros funcionarios continentales.
“Son días de negociaciones fuertes, pero no hay nada cerrado. Se están definiendo los últimos aspectos del acuerdo”, aseguran en off the record desde Casa Rosada.
Qué dice el Gobierno sobre el acuerdo
Si bien los detalles técnicos quedarán para luego del apretón de mano de los presidentes, y podría demorar un tiempo más (y su concreta implementación más aún), estos son los puntos que en la previa el gobierno local destaca del eventual pacto.
– “De cerrarse el acuerdo, éste tendrá un impacto positivo para ambos bloques y será un paso histórico que culminaría con un proceso negociador de más de 20 años”.
– “Hay dos enfoques muy importantes que tenemos que destacar del acuerdo de Mercosur-UE: el comercial y el institucional. Desde el punto de vista comercial, el acuerdo se reflejará en un incremento de las exportaciones, permitiendo que ambos bloques incrementen su comercio. La Unión Europea es un socio estratégico, tanto desde el punto de vista histórico, cultural, geopolítico, como comercial. Al día de hoy es nuestro segundo destino de exportaciones, y creemos que, con este acuerdo, la relación bilateral seguirá creciendo, ya sea por la baja de aranceles y por las mejoras en cuestiones regulatorias -como por ejemplo en el acceso de bienes y servicios-“.
– “De cerrarse el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea las empresas argentinas tendrían acceso a uno de los mayores mercados del mundo: 500 millones de habitantes que representan el 20% de la economía global y un tercio de las importaciones globales”.
– “El acuerdo Mercosur-UE aborda distintas temáticas. Además de analizar la oferta de bienes y servicios, también trabaja sobre otras disciplinas que permiten estandarizar procedimientos y lograr una convergencia regulatoria en muchos aspectos dentro del Mercosur. Además, impacta de forma muy positiva en la relación MCS-UE, porque se establecen mecanismos más ágiles y simplificados entre ambos bloques”.
– “En el capítulo de medidas sanitarias fitosanitarias nos proponemos estandarizar la producción y establecer políticas en común, al igual que en el capítulo centrado en reglas de origen para nuestros bienes industriales, donde nos proponemos establecer las condiciones de forma clara”.
– “En el capítulo de compras públicas, se establece que ambos bloques vamos a poder participar de compras del Estado, permitiendo ampliar nuestras exportaciones -ya sean de bienes terminados o insumos para la producción-“.
– “Desde el punto de vista institucional, el acuerdo implica avanzar en un proceso que nos lleve a ser reconocidos como un país de credibilidad internacional, instituciones transparentes, modernas y eficientes. Es un camino muy relevante para que nuestros productos y servicios alcancen normas y estándares internacionales”.
– “Este acuerdo brinda un mensaje claro y de apoyo al comercio multilateral y a la integración económica, y que posiblemente tendrá un fuerte impacto político en el plano internacional”.
Si se llegara a cerrar la parte política, luego se continuará con cuestiones técnicas y burocráticas, como traducir a todos los idiomas el acuerdo y aprobarlo en todos los parlamentos.
“Este proceso puede tardar dos años por lo menos. Una vez en marcha entrará en vigencia una canasta de desgravación paulatina de hasta 15 años para algunos productos. El objetivo es mantener a sectores estratégicos protegidos, aunque la UE pide menos tiempo para varios segmentos”, detallaron a Infobae fuentes del gobierno meses atrás, en otra de las reuniones en la que se estuvo a punto de firmar.