“Es un tema de alto Estado y se trabaja en un clima de absoluta concentración”. Así resumió ante La Nación una fuente del Ejecutivo lo que sucede durante esta jornada intensa en el Gobierno entorno de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se tratan de momentos decisivos para las negociaciones con el organismo, en vistas a que mañana Argentina tiene un vencimiento de deuda por más de 718 millones de dólares. Fuentes al tanto del tema hicieron hincapié en que el país cuenta con las reservas necesarias para hacer frente a ese pago y optaron por mostrarse abiertos a la posibilidad de que finalmente se concrete. Punto sobre el que se generaron dudas, en especial luego de que ayer se diera como un hecho, dentro del propio Gobierno, que probablemente no se concretaría.
Por estas horas las comunicaciones y reuniones son permanentes tanto en el quinto piso del Ministerio de Economía, donde está el despacho del ministro Martín Guzmán, como en el primer nivel de Casa Rosada, en el que está ubicado el del presidente, Alberto Fernández, y entre ambas dependencias. El propio ministro cruzó a Rosada donde pasadas las 17:40 llegó el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Fernández no tiene agenda pública y todas sus actividades se encuentran orientadas al tema de la deuda y la necesidad de un acuerdo con el Fondo. Se percibe un clima de incertidumbre y de negociaciones frenéticas, lo que alentó a algunas fuentes oficiales a abonar la hipótesis de que podría encarrillarse la negociación con el pago de mañana. De las reuniones no participan representantes del kirchnerismo duro, quien siempre se mostró más duro y reacio a un posible acuerdo. La propia Cristina Kirchner se encuentra de viaje en Honduras e incluso ayer lanzó críticas al Fondo, aunque sin mencionarlo.
Los contactos también son permanente con Washington D.C donde está la sede del organismo de crédito. “Es a nivel ministro incluso con la propia Kristalina Georgieva (directora del FMI) y con Julie Kozack y Luis Cubeddu, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y jefe de misión para Argentina”, detallaron las fuentes consultadas.
Por estas horas, Guzmán trabaja más “codo a codo” que nunca con Sergio Chodos, representante argentino ante el FMI. El ministro, que visitó a la vicepresidenta Cristina Kirchner antes de que viajara a Honduras -en una información que no fue desmentida por las fuentes al tanto del tema- inicia desde hace días sus jornadas a primerísima hora de la mañana. Lo hace en soledad en su departamento porteño, en el barrio de Belgrano y alrededor de las 9 ya está en el Ministerio. En su despacho del quinto piso, con vista a la calle Irigoyen y a la propia Casa Rosada, se reúne con sus personas de extrema confianza y de acuerdo a las necesidades de lo que va surgiendo convoca a los responsables de las áreas alcanzadas. Todo se da en un grupo reducido y marcado por un fuerte hermetismo.
Es entonces cuando vuelven a usar la frase “cuestión de alto Estado” para explicar que, por la sensibilidad del tema, buscan evitarse cualquier tipo de filtraciones. “Las distintas versiones que se conocieron en los últimos días no ayudan. Es un tema muy sensible y solo unas pocas personas conocen realmente qué es lo que está sucediendo”, insistieron fuentes gubernamentales.
Argentina enfrenta la renegociación de la deuda de 44 mil millones de dólares que Argentina mantiene con el organismo internacional y que fue tomada en el año 2019, durante la gestión de Mauricio Macri. En medio de las idas y vueltas, el FMI le exige al Gobierno un programa “sólido y creíble”.
En ese sentido, en los últimos días, Gita Gopinath, la número dos del FMI, dijo que estaban trabajando estrechamente con el Gobierno con un enfoque “pragmático y flexible” y resaltó que esperaban ”lograr más avances en los próximos días”, afirmó.