Más de 140 vecinos participaron de la visita guiada nocturna denominada “Guardianes de la eternidad: Los ángeles del Cementerio del Oeste”, que se realizó este miércoles por la noche, en la histórica necrópolis ubicada en Asunción 150.
La novedosa actividad, que tuvo entrada gratuita, fue organizada por la Dirección de Cementerios de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán con la colaboración de docentes de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán.
La directora de Cementerios del Municipio, Silvia Llave, explicó que “la idea era hacer conocer el valor histórico, artístico y cultural de esculturas de ángeles que ornamentan siete mausoleos emblemáticos sobre la avenida principal del cementerio”.
Durante la visita los guías explicaron la historia, características y simbolismo de las siguientes esculturas: “Ángel caído” en el sepulcro de Raúl Colombres; “Ángel de la enunciación” que ornamenta el mausoleo de Federico Helguera; “Ángel de ofrenda” en el panteón de la familia Riva; el “Ángel de ofrenda” del mausoleo donde descansan los restos de Wenceslao Posse; el “Ángel del juicio final” en el panteón de la familia Salvigni; los ángeles en adoración de la tumba del Dr. Vicente García; y el “Ángel doliente” en el mausoleo donde descansa la gran Dolores Candelaria Mora Vega, más conocida como Lola Mora.
Difundir este tipo de conocimiento es importante “para valorar y preservar el patrimonio con que contamos los tucumanos en el Cementerio del Oeste”, destacó Llave.
El testimonio de los vecinos
“Me ha parecido un evento muy innovador y a la altura de las grandes ciudades porque este tipo de eventos yo también lo pude observar, por ejemplo, en el Cementerio de la Recoleta”, expresó Estrella.
Noemí es de Lomas de Tafí y ponderó el valor histórico del Cementerio. “El evento es muy instructivo, muy rico por la historia y por lo que uno puede aprender. Teniendo en cuenta que el cementerio Oeste está considerado como un museo a cielo abierto, es de interés histórico, y a veces desconocemos lo que hay dentro. Hicieron partícipes a todos y cada parada iba explicada, muy bien narrado y con un lenguaje que pueden entender todos”, comentó la vecina taficeña.
“Aprendí un poco más de historia, con información adecuada, precisa. Visitar el cementerio de noche es una sensación diferente. En conjunto con el juego de iluminación lo vivís de otra forma”, opinó Facundo.