“Cada vez somos menos por aquí. La gente se va y la tristeza comienza a instalarse en la zona. Por todos lados hay casas vacías, abandonadas al haberse hecho muy penoso vivir porque el camino del cual disponemos es una desgracia. En el verano a veces quedamos atrapados semanas entre los ríos San Francisco al este y La Posta, que atraviesa al oeste El Palancho”. Es lo que dice resignada doña Gladis Díaz, vecina del paraje de Puesto Los Pérez ubicado en el km 21 de la ruta 334 que se extiende a lo largo de 40 kilómetros desde La Cocha hasta Taco Ralo.
Se trata de una carretera que cuando hace 50 años fue habilitada auguraba progreso y un futuro inmejorable para la región. Pero con el tiempo conspiraron contra esa promesa la falta de mantenimiento, la acción destructiva de la naturaleza y el hombre que operó desmontes descontrolados. Es lo que sostienen los lugareños abrumados por la realidad que soportan. Hoy la vía se mantiene pavimentada 12 kilómetros, mientras que otros 28 km se hizo de tierra a raíz de que la capa asfáltica fue destruida por la acción devastadoras de las aguas que desbordan de acequias y bajan de fincas linderas.
Hace poco Vialidad de la Provincia acondicionó con ripio unos seis kilómetros a partir de El Palancho, en donde desaparece el pavimento. Los vecinos esperan que los trabajos se extiendan hasta el final de la vía. Las labores recientes del ente vial comprendieron también la repavimentación de otro tramo de cinco kilómetros que se extiende desde el lado oeste de La Cocha hasta Los Pizarro en donde nace la carretera.
ESPERA. El badén cruza los 100 metros de ancho del cauce del San Francisco. Los vecinos aguardan el puente prometido.
HUELLAS. La vía se mantiene pavimentada en una extensión de 12 kilómetros.
“Ni los autos piratas”
“Ojalá avancen con esta obra de enripiado que por lo menos hace menos difícil circular”, rogó el docente Germán Moreta, quien de lunes a viernes va en ómnibus desde Taco Ralo a dictar clases en la escuela 184 de El Palancho. “Este tramo enripiado es una maravilla en comparación con el otro sin acondicionar. El colectivo deja de venir cuando llueve. Sale a las 6 de Taco Ralo y regresa a las 12 de La Cocha. Lo hace solo de lunes a viernes” apunta. Los docentes y estudiantes son los que más padecen los estragos del camino. Además de la 184, en la zona funcionan la Leopoldo Pérez de Puesto Los Pérez y la de La Esperanza. Catriel Trejo va a estudiar en motocicleta a la escuela de El Palancho y dice que cuando llueve ni en ese vehículo puede llegar a clase.
“Ya casi estamos acostumbrados a estos dramas” advierte. Díaz observó que al lugar solo ingresa un único colectivo de línea. Taxis y transportes rurales dejaron de brindar servicio. “Los fines de semana el que no tiene vehículo propio y se enferma, tiene que esperar el lunes para poder ir al médico” se quejó la mujer.
PROBLEMAS. Los jóvenes que recorren la ruta 334 se arriesgan a la rotura de sus vehículos, debido al mal estado del camino.
EFECTO. La educación se ve afectada, debido a inconvenientes en el traslado.
“No le creemos a nadie”
En 2017 la zona sufrió la peor inundación. Los puentes sobre el río San Francisco y de El Palancho desaparecieron arrasados por las furiosas correntadas que descendieron desde Catamarca. El primer cauce, que antes tenía un ancho de unos 10 metros, se ensanchó más de 150 metros y quedó con una profundidad de 15 metros. En ambos acueductos se construyeron pasos provisorios que desaparecen con las crecientes del verano. La zona, recuerda Gladis, permaneció aislada nada menos que tres meses hasta que se habilitaron los badenes. “Aquí nos cansamos de cortar la ruta para reclamar una solución a este problema de la 334 que cuando llueve no nos deja salir. Ahora no lo hacemos porque ya no pasa nadie, solo algunos camiones cuando hay cosecha”, dijo Rita Báez, de La Esperanza. “Vinieron en algunos cortes autoridades de la provincia y todas nos prometieron una pronta respuesta. Pero esta no llegó nunca. Por eso ahora ya no le creemos a nadie” sostuvo.
ESCUELA. Los chicos de la zona concurren a un establecimiento educativo.
DEPLORABLE. La escasa cinta asfáltica presenta incontables pozos y roturas.
¿Sin remedio?
A lo largo de la 334 hay campos en los que se producen trigo, soja, maíz y sorgo. El año pasado la Asociación de Productores del Norte (Apronor) alzó su voz contra las pésimas condiciones de la carretera que perjudica y pone en riesgo la salida de las cosechas de varios cultivadores. Reclamó, al igual que los vecinos, soluciones de fondo al problema que aqueja a ese sector de la provincia. El ex titular de Vialidad de la provincia Ricardo Abad explicó después que “para atender la problemática de la ruta 334 y a partir de las inundaciones del 2017, cuando se desbordó el San Francisco, la Legislatura conformó una comisión de estudio”. Del análisis realizado surgió que “hay que hacer muchas obras, pero que se tiene que empezar desde Catamarca, en donde está la raíz del problema. Desde Ahí y atravesando el sector tucumano, antes se extendían bañados, Se desmontó y se plantó soja. Entonces hubo un cambio de toda la corriente hídrica que hay que atender”, añadió. Por eso consideró que “tenemos que encarar un gran plan integral de arreglos porque de lo contrario la 334 no tiene remedio. Los bañados se tienen que recuperar. Mientras no paremos el agua viene desde Catamarca no se puede hacer nada”, remató.
SERVICIO. El transporte público también padece el pésimo estado de la ruta.
IRRESPIRABLE. EL tránsito vehicular deja una permanente nube de polvo.