La decana y apoderada de la lista Reencuentro Universitario de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Adela Segui, denunció que, en medio de una reunión para tratar la composición de la Junta Electoral de dicha casa de altos estudios, cambiaron gran parte de las autoridades con la supuesta finalidad de “entregar los derechos de la Universidad” a los intereses de las corporaciones mineras, lo que generó un gran escándalo con sospechas de todo tipo y la indignación de la comunidad académica.
Tras la renuncia del Presidente de la Junta Electoral, profesor Rubén Taboada, que habría ocurrido mediante presiones incompatibles con el respeto por la autonomía personal y la libertad de las personas en los procesos electorales, comenzaron las irregularidades. El rector de la UNT, José García, citó a una reunión extraordinaria con motivo de conformar la Junta Electoral y sin convocar al reemplazante designado segundo en la lista de Taboada, el Decano de la Facultad de Agronomía, Ingeniero Corbella.
Sumado a estos actos irregulares, el Rector García decidió no permitir que asumieran dos consejeros titulares de licencia que apoyaban el espacio Reencuentro Universitario. Lo impidió con arbitrariedad manifiesta echando a la escribana que había sido convocada por los consejeros y alegando que se trataba de “una sesión extraordinaria y no se podía incluir otro tema”, siendo que ambos habían sido excluidos de la reunión de manera deliberada y habiendo presentado previamente los planteos correspondientes.
“Vedarles la incorporación por una cuestión administrativa era impedirles el ejercicio de un derecho que se ha considerado que el titular puede retomar en cualquier momento con tan sólo apersonarse“, aseguró la Decana Segui.
Segui apuntó contra Mercedes Leal, Decana de la Facultad de Filosofía y Letras, el Rector José García y otros consejeros por interrumpirla constantemente. “Leal le pedía al Rector que me callara gritando que no me quería escuchar, dando muestras de su proverbial autoritarismo”, afirmó y agregó: “Tuve que ponerme de pie y levantar la voz para concluir mi intervención. Posteriormente pedí disculpas al Cuerpo por haber levantado la voz y expliqué lo que la consejera Leal gritaba ya que quizás al fondo del salón no se entendía”
En esa misma sesión, la estudiantil Gimena Lagoria denunció que funcionarios del rectorado la amenazaban constantemente por teléfono e incluso se comunicaban con su mamá para que pedirle que “vote bien”.
“He expresado mi desagrado por lo ocurrido en el grupo de Decanos. Allí aludo a cuestiones que quizás no entenderán. Pero les anticipo que les voy a explicar en unos días. Me refiero a los hechos del ejecutivo universitario de entrega de los derechos de la Universidad a los intereses de las corporaciones mineras más importantes del mundo a un precio vil”, finaliza Segui.