Según denunciaron las cámaras, los supermercados más pequeños y los autoservicios reciben de sus proveedores aumentos de precios no autorizados por las autoridades nacionales y cambios en las condiciones de venta. Por ejemplo, a través de la eliminación de bonificaciones o descuentos o de la aplicación de cargos adicionales por costos logísticos, que antes estaban contemplados en el precio final de los productos.
Además, la situación en cuanto a la suba de precios se agudizó con la inestabilidad del dólar y la suba del costo de los combustibles. En Tucumán, el empresario Guillermo Saccomani habló del complicado panorama.
“Los productos vienen aumentando en los últimos meses y nos han informado que vamos a recibir una lista de precios nuevos tras los movimientos del dólar. Hay empresas que han suspendido la venta, otras han cupificado. Lamentablemente hay productos que van atado al dólar y el precio se verá sentido por el consumidor final. También aumentó el combustible y eso afectará al precio de los productos. Podríamos tener una inflación de entre 30% y 35% hasta fin de año”.