“Ya no estoy en la época de callarme cosas”, sentenció Juan Alberto Cerisola. El ex Rector de la Universidad Nacional de Tucumán rompió el silencio tras diez años –según él mismo afirmó- horas después de la suspensión del juicio por la malversación de fondos de Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD) que por Ley 14.771 debían destinarse a la construcción de la Ciudad Universitaria de San Javier, que estaba previsto que comience el lunes.
“Nadie toma las decisiones solo”, afirmó, y remarcó que los directores por la UNT ante YMAD “son independientes de la Universidad”, en alusión al rol de Mario Marigliano y Rodolfo Martín Campero, vocales por la UNT al momento de firmarse el acta Nº498 el 27 de diciembre de 2007 y el acta del 2 de enero de 2008 que firmó Cerisola con YMAD y declaró “terminada” la Ciudad Universitaria.
En la entrevista que le brindó al periodista Germán Valdez en América, Cerisola reprochó que el Rector Sergio Pagani “ya sabía lo que a nosotros nos comunicaron ayer” sobre la suspensión del juicio, luego de que éste le confirmó a eltucumano el martes que el juicio iba a suspenderse en el marco de Marcha Universitaria, lo que fue confirmado el miércoles por el fiscal federal Pablo Camuña en las redes sociales.
Sobre las acusaciones en su contra, el exRector aseguró que es “absolutamente inocente” y ratificó que la Ciudad Universitaria “ya estaba hecha” en las sedes y dependencias universitarias en la Capital tucumana. Respecto de las obras realizadas en su gestión, subrayó que “vi la plata y la utilizamos”, atribuyó las acusaciones a “una interna universitaria” y disparó una dura amenaza: “La vida es un elástico, que vuelve fuerte y pega“.
Cerisola está imputado por delitos de defraudación contra la administración pública, defraudación por administración fraudulenta, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público.
Las declaraciones de Cerisola, tras 10 años de silencio
Sobre estos 10 años en la mira de la Justicia, detalló: “Los he vivido normalmente, hice mi vida normal, amigos, estudios, lectura, programas de televisión, viajes cuando he podido. Digamos que quién ha vivido un poco peor fue mi familia, algunos miembros de mi familia. Cuando algún periodismo me ataca y cada cierto periodo se acuerda y saca cosas falsas sobre mi persona, falsas, mentiras, inventos, porque soy absolutamente inocente de toda esta historia que traigo arrastrando desde hace 10 años. He vivido bien, pero obviamente nadie merece injustamente que su familia sea haga algún tipo de mala sangre. He desempeñado cargos y honores y, soberbio lo digo, uno aprende a vivir”.
Cerisola también definió: “El poder es una cosa que se le presta a una persona, a menos que esa persona nacida en familias que manejan el mundo, dueñas de grandes fábricas y cosas por el estilo. Para la gente común lo que hay que hacer es prepararse si desea ejercer algún poder, si desea o las circunstancias se dan. No recomiendo a nadie que asuma un cargo si no está preparado. Por ejemplo, si a mí me dijeran siendo un contador público, y con estudios posgrado en Estadística y algo de Economía que sé, si me dijeran si quiero ser Ministro de Economía de Tucumán, diría rotundamente que no. No estoy preparado, no he trabajado nunca en la administración pública y hay que saber qué puertas tocar en Buenos Aires para que le den dinero”.
“Al poder uno tiene que buscarlo si está preparado. Yo para ser Rector primero fui Decano, me preparé mucho y a eso (el poder) se lo prestan y una vez que termina la función, se tiene que ir, se tiene que olvidar. Estoy hablando de cargos como un Rectorado. La Universidad hace mucho tiempo, unos 20 o 30 años, tuvo el mismo presupuesto que la ciudad de San Miguel de Tucumán. Creo que eran 100 millones de dólares en aquella época. Manejar algo tan importante, en la medida que uno puede, con colaboradores, y el grupo que gobierna, al menos la cabeza, debe saber que ya está cuando termina el mandato. Se hizo lo que pudo en beneficio de su Universidad porque por eso se aceptan esos cargos y ya está”, remarcó.
Respecto a las imputaciones en su contra, planteó que son “falsas” y las atribuyó a “una interna universitaria”, tal como dijo ante en su declaración indagatoria ante el fiscal Carlos Brito: “Son imputaciones falsas, producto de una interna universitaria que empezó en el año 2009, que después algún denunciante serial, un abogado (Oscar) López que no tiene nada que ver con la Universidad, la presenta en Buenos Aires en el año 2009. Queda parada en una meseta la acusación, gano la reelección en 2010”.
“En 2009 tenía como vicerrectora a la doctora (María Luisa) Rossi de Hernández. Ese año, cuando nos juntamos para empezar a hacer una campaña para ser reelegidos, ella me plantea muy correctamente que no me iba a acompañar, que iba a intentar ella, con todo el derecho, a presentarse para el Rectorado. Entonces nos separamos en dos grupos: ella con su gente, yo con mi gente. Yo era el Rector, por lo que inmediatamente comienzo a despachar, a pedirle la renuncia a los funcionarios que obedecían a la doctora, empezando por el señor José Hugo Saab”, repasó.
Sobre el histórico secretario general del Rectorado, aclaró: “Creo que él a veces es muy útil en la Universidad, no lo voy a denigrar ni de arriba ni de abajo, simplemente que en ese momento él estaba en mi contra y le pedí la renuncia inmediatamente y salió de la Universidad. Él y las personas que estaban con la doctora”.
“A la doctora, la última vez que la vi en mi vida y estuvimos conversando fue en mi despacho de Rector cuando ella me anuncia que iba a ir por su cuenta y quedamos en tener, ella me lo dijo: ‘tengamos unas discusiones afines de ver quién llega, discusiones académicas, en paz, como tiene que ser’. Quien quiera ser Rector de la Universidad o Decano tiene que hacer una campaña académica, mostrando sus valores y que tiene pensado hacer si gana. Lamentablemente, el grupo opositor inició contra mi persona una campaña feroz, ese es el término. Denuncias, me pidieron inmediatamente la rendición de cuenta de todo el dinero de YMAD y qué habíamos hecho con eso, siendo que parte de ese grupo había trabajado conmigo”, arremetió.
Cerisola respondió a aquella rendición de cuentas requerida, y subrayó que junto a quiénes lo denunciaban: “Hicimos todo un plan de obras, donde participaron todos los Decanos, se amplió la Universidad que está en la ciudad, les hicimos obras y en 2009 piden aclaración de obras que ellos mismos habían pedido, que incluso en un programa de televisión hicieron propaganda. Salieron los principales decanos opositores, encabezados por el arquitecto (Pablo) Holgado, que era el candidato a vicerrector de Rossi de Hernández y ahí empezaba con el picoteo en las reuniones del Consejo Superior y me pide informes de todo tipo”.
“Se lo hicimos en 2009, un informe completo hecho por funcionarios de la Casa, el señor (Luis Francisco) Castillo y el que contador general de la época, Castillo era Director General de Administración, y lo presentamos. Por motivos absolutamente políticos lo rechazaron y eso fue lo que simultáneamente se enteró mágicamente este doctor López y ese mismo año presentó la denuncia en Buenos Aires. En el 2010 yo gano la reelección, por amplio margen y gobierno con cierta tranquilidad hasta 2014. Ese juicio que este hombre había empezado en Buenos Aires, y con un señor (Ramón) Eudal en Tucumán, estaba en una meseta, nunca más se supo”, indicó.
Luego, Cerisola se jactó de “poner” a Alicia Bardón como su sucesora: “Cuando me voy, dejo el Rectorado, como corresponde después de dos períodos y sin apetencia de volver nunca más, sube otro Consejo Superior, otros decanos y antes de irme impongo a la doctora Alicia Bardón como Rectora. Lo digo así porque le di todo mi caudal político para que ella sea rectora y ganó. Que no crea que ganó por sus habilidades. Toda mi gente la hizo rectora, ¿está claro? Esa es la pura realidad. Yo di la orden, que está mal, dejar sucesores, pero creía que era la persona más correcta para que siga en el rectorado, que iba a dar una continuidad, no mía, sino de la política que implementamos entre los dos y pedí que se la vote. Lamentablemente, ella cambió en sus actitudes”.
“En ese Consejo Superior que me sucede, va otra gente, por ejemplo la decana de la Facultad de Derecho, Adela Seguí, un señor (Ricardo) Cisneros que ingreso por los Egresados y que empiezan una campaña política muy clara, tendrían sus intereses. De nuevo, en lugar de hacer una compaña académica, en virtud de proponer cosas, la enfocan en atacar mi persona y reviven aquel viejo juicio que estaba en una meseta. El doctor (Fernando Luis) Poviña, juez de primera instancia, me manda a juzgar en el año 2016 o 2017. Y como consecuencia de las nuevas cosas que esta gente plantea y de lo que los mueve y cosas por el estilo”, manifestó.
Cerisola brindó detalles de lo que definió como “campaña feroz” y apuntó contra Augusto González Navarro, entonces y al día de hoy director de Asuntos Jurídicos de la UNT: “Habían empezado e interpretar, en su momento, de cómo se repartieron las utilidades de YMAD precisamente. Era tan burdo que hasta hablaban en el Consejo Superior, y le comento a toda la comunidad tucumana y de profesionales del Derecho, hablaban el abogado de la Universidad, González Navarro, de que había que traer profesionales de la actividad penal para que lleven el juicio porque en Tucumán los abogados penalistas solo se dedican a trabajar con presos”.
“Antes que nada, acepté venir a su programa porque hasta ayer, el lunes empezaba mi juicio, pero después de 10 años. Es el momento en el que tengo que decir mi verdad, porque soy inocente de todas estas barbaridades que me acusan. Estuve esperando pacientemente porque antes no podía mostrar mis cartas, como dicen los jugadores de naipes. Todo lo que le estoy diciendo está respaldado por documentación. En un juicio oral se habla, y lo que usted habla lo tiene que demostrar, no se puede escudar tras un papel que se presente.”, aclaró el imputado.
“Lo del amigo, perdón, no quiero ser peyorativo, lo del doctor (González Navarro) que le acabo de comentar, que hay que traer abogados penalistas de Buenos Aires porque en Tucumán los abogados penalistas solo saben sacar presos, está en las actas de la Universidad, yo las puedo mostrar”, insistió.
En ese sentido, Cerisola se refirió al manejo del dinero de YMAD durante su Rectorado: “Hay algunos medios que siempre están insistiendo sobre qué se hizo con la plata. $300 millones, dinero recibido más intereses, está puesta en 93 obras que hicimos, grandes y chicas: la Facultad de Derecho, algo en Ciencias Naturales, algo en el centro Prebisch, la Facultad de Odontología, donde llegamos a tener el centro médico de odontológico más grande quizás de Latinoamérica para atender a la gente gratis. Hicimos íntegra la Facultad de Filosofía y letras, donde incluso se había caído, mala suerte, un día de temblor un anfiteatro: suerte que fue de madrugada y solo ha habido daños materiales (sic). Hicimos íntegra la Facultad de Odontología (sic) que eran tres o cuatro piezas y la pileta olímpica esa que tienen, vaya a ver la obra que hicimos, desde tapiar toda la vuelta. También está ahí Psicología, que está impecable”.
“En el Centro Herrera construimos mucho en Arquitectura que era muy precaria, agrandamos laboratorios en Ciencias Exactas. (“Pagani fue Decano en mi segundo período como Rector“, aclaró). Luminotecnia se agrandó en mi gestión y en Económica no construimos nada porque tengo el orgullo de decir que no había qué construir: yo fui decano dos veces y esos ocho años hicimos algunas obras con dinerillos propios de la Facultad, sin necesidad de andar pidiendo a Papá Rector para que nos haga la obra. Hicimos en ese centro anfiteatro para Derecho, algo para Medicina y Agronomía, donde también hicimos grandes obras en El Manantial, que fue para el Rector que vino después: el ingeniero García. En Facultades dispersas como Arte hicimos un gran edificio, pusimos al día todas las Escuelas con institutos nuevos como el de Simoca, el de Kinesiología que era barro y donde vienen chicos del NOA y NEA”, enumeró orgulloso.
“La plata está ahí, por lo tanto eso es un invento. Yo digo las cosas como son. Y de todo lo que digo tengo pruebas. En un juicio oral, el que va y habla algo tiene que tener pruebas”, sentenció, y apuntó: “Yo acabo de decir una cosa muy dura: que dijo el señor González Navarro que en Tucumán no hay abogados penalistas, que solamente son para andar con presos. Lo digo y lo repito porque tengo las actas, tengo todo. No hablé antes porque ahora estoy mostrando las cartas, no las voy a mostrar antes de tiempo”.
En lo que respecta a las obras realizadas durante el Rectorado de Cerisola, es importante recordar que en abril del año 2008, se dictan las Resoluciones Rectorales Nº365/08 y Nº366/08 que disponen un “Régimen Especial” para las Contrataciones de Obras de Infraestructura Edilicia y de Servicios de la UNT financiados con fondos provenientes de YMAD apartándose de la Ley de Obras Públicas de la Nación, amparándose en el criterio de que los recursos provenientes de tal ente, no constituyen fondos públicos y que YMAD es una persona jurídica empresarial del Estado, de derecho privado y que no se rige por las leyes nacionales de Empresas del Estado, ni pertenece a los cuadros de la Administración Pública.
Con anterioridad a esa fecha, las obras contratadas con fondos de YMAD se regían exclusivamente con la Ley de Obra Pública de la Nación. De la información disponible surge que las primeras 22 obras informadas en la tabla 3 del estado de cuentas de los gastos realizados hasta el 30/9/9 con fondos recibidos de YMAD, se hicieron en periodo de vigencia de la normativa nacional, mientras que las 72 subsiguientes estuvieron regidas por el régimen especial impuesto por Res. 365-08. En ningún momento desde el dictado de las Res. 365-08 y 366-08 (su reglamentación) se informó al Consejo Superior los criterios que motivaron el cambio de reglamentación, según informes preliminares de la comisión creada para analizar los mismos.
Un informe de la Unidad de Auditoría Interna de la UNT Nº22/09 sobre “Evaluación del Sistema de Control Interno de la Gestión de los Recursos Propios de YMAD” comprobó la inclusión de los ingresos de YMAD en los registros presupuestarios y contables de la UNT, por ende, esa Casa de Altos Estudios les ha otorgado tratamiento de fondos públicos sujetos a los principios de concurrencia, igualdad, publicidad y transparencia y a las normas que reglan la Administración Financiera del Estado. Sobre el particular, cabe recordar que el art. Nº59 de la Ley de Educación Superior dispone que las instituciones universitarias nacionales tengan autarquía económico-financiera que ejercerán dentro del régimen de la Ley Nº24.156 de Administración Financiera y Sistemas de Control del Sector Público Nacional.
En ese contexto normativo, el régimen de la Ley de Obras Públicas como así también el que regula las compras y contrataciones del Estado Nacional (Decretos Nros. 436/00 y 1023/01) son de aplicación obligatoria para todos los procedimientos de contratación en donde sean parte las jurisdicciones y entidades comprendidas en el art. 8º de la Ley Nº24.156, reglamentado por el art. 8º del Decreto Nº 1344/2007. (Derogado por Decreto 893/12).
Esto fue posible gracias al dictamen firmado el 6 de junio del 2007 por Augusto González Navarro, consideró que la UNT podía y puede administrar esos fondos como si fuesen privados, al margen de la Ley 13.064:
“No proviniendo los fondos destinados a financiar las obras de aportes derivados del Tesoro de la Nación a través de las partidas presupuestarias que el mismo asigna por ley a las Universidades Nacionales, sino de una empresa que constituye sujeto de derecho privado, con actividad predominantemente industrial, ajena a los cometidos estatales y sujeta a un régimen jurídico ajeno al ámbito del derecho administrativo, las contrataciones de obras a efectuar con tal financiamiento resultan excluidas del régimen de la Ley 13.064 y demás reglamentaciones de contrataciones del Estado“, alegó.
Para González Navarro “los procedimientos a adoptar no corresponde sean encuadrados en las exigencias formales y procedimentales emanadas de dicha normativa, pudiendo la UNT en ejercicio de sus potestades autónomas fijar los mecanismos que se estime adecuados a fin de obtener resultados ágiles y eficaces para responder a las exigencias edilicias que se intenta satisfacer“.
Retomando las declaraciones del ex Rector investigado por la Justicia, hoy insistió que habla ahora porque “yo pensaba que el lunes tenía el juicio” pero “se suspendió ayer”, y lamentó que “a lo largo de estos 10 años tuve que soportar que muchas veces se publicaban cosas en diarios que lo notificaban al otro día a mi abogado. O sea que primero de los juzgados salían las cosas a los diarios y después a los demás”.
“El Rector actual, el día de la marcha, antes de ayer, declaró que no hay juicio el lunes, que no va a empezar. Ahí están las pruebas, o él es un clarividente, o habrá pensado realmente que no iba a empezar o ya sabía lo que a nosotros nos comunicaron ayer. No voy a callar nada, ya no estoy en la época de callarme las cosas “, aseveró, en alusión a la publicación de eltucumano.”¿Esto sería tráfico de influencia? Tener la información antes…”, indagó Germán Valdez. “No voy a meterme en decir como la tiene antes. Este hombre dijo cosas. Ayer nos notificaron a las 14:30. El ingeniero Pagani o tenía su información o tenía un presentimiento. Yo no voy a acusarlo de lo que no sé. Pero sí le digo, que cosas que salían en la justicia se publicaron días antes y tengo las pruebas, sino no lo diría”, retrucó el economista.
Tras largos minutos de charla, Valdez le preguntó por la Ciudad Universitaria. “Necesito 10′ o 5′ para que vean las maledicencias que se dicen”, planteó Cerisola, e hizo un repaso de parte del proyecto del Rector Horacio Descole: “En la década del ’40 había una corriente universal que viene de Europa, porque hay que saber si se quieren meter a hablar, que en materia arquitectónica pensaba que había que seguir modelos europeos y construir ciudades universitarias. Una Ciudad Universitaria es una ciudad-ciudad, lejos de los centros urbanos, donde tiene que haber edificios para que se dicten las materias de la universidad, para que vivan los alumnos, docentes, pensiones, hoteles, correo, seguridad, hospitales, algo para recreamiento, pequeñas industrias, comercios para abastecer a la gente. Fue una corriente arquitectónica y cultural que llegó también a Tucumán”.
“En Tucumán (sic) gobernaba Descole, nombrado por el general (Juan Domingo) Perón ya Presidente de la República, coronel cuando asume en el año ‘46 con el 52% de los votos. Lo nombra Interventor porque había una Ley del anterior presidente que intervino las Universidades. En el ‘47 se dicta la Ley que dicta que el PEN nombra Rectores, y Perón nombra a Descole. Descole vino de afuera de la provincia, trabajaba en la Facultad de Farmacia como le llamaban en aquella época: era un hombre brillante, muy preparado, un gran científico académico que gracias a Dios hemos tenido en la Universidad. Descole se engancha con esa corriente de la época, con hacer una Ciudad Universitaria. Se reúne con sus asesores, nadie toma las decisiones sólo y yo tampoco: la Universidad compra en el año ’48 14.000 hectáreas del cerro San Javier y destinan 400 a la Ciudad Universitaria lejos de la ciudad, como eran las ciudades universitarias en Europa”, indicó.
En ese marco, consideró que “hubo algunos asesores que comentaban que para los alumnos iba a ser mejor desde el punto de vista hasta físico para no soportar los calorones acá abajo.”, y siguió: “Llega un grupo de arquitectos prestigiosos a Tucumán también: (Eduardo) Sacriste, (Horacio) Caminos, otros más, e incluso viajan a Europa a ver edificios, vuelven y empieza a recibir Descole dinero de Buenos Aires y empiezan a construir una obra extraordinaria, excepcional, una obra que de haberse hecho hubiese sido una cosa maravillosa para Tucumán”.
Cerisola arremetió: “Alcanzan a hacer algunas obras, empiezan en el ‘49 pero en el año 1951 se termina el dinero. Hicieron algunas cosas como traer el agua de Anfama a la Ciudad. Cuando Descole renuncia en el ‘51, en 1952 se nombra otro Rector, después se interviene, Perón es derrocado en el 1955 y ese proyecto fantástico de la Ciudad Universitaria en San Javier termina. A eso se quieren referir ilusos o mal intencionados, que vamos a hacer esa ciudad en San Javier hoy, porque de esa habla la Ley de YMAD”.
“En el proyecto estaba previsto hospitales, un gran estadio deportivo para 30.000 personas porque la Universidad iba a ser para 30.000 personas, línea de ómnibus con todos los servicios, seguridad. Era una ciudad-ciudad en San Javier. Muchas investigadoras de Arquitectura hicieron trabajos muy serios, pero una de ellas termina su trabajando diciendo ‘el fracaso de este proyecto utópico y maravilloso, consiste en que no se prevé lo que se quiere hacer con las reales disponibilidades‘. Otras dos que trabajaron el tema dicen que ‘lo que acá se demuestra es que una idea universalista, un modelo pragmático para ciertos lugares en el mundo, no son para todos iguales’”, sostuvo el exjefe de la UNT.
Tras ello, manifestó: “Cuando sube un gran rector en los ‘60, que fue (Eugenio Flavio) Virla, se da cuenta de que era imposible hacer la Ciudad Universitaria y quiere crear centros universitarios. Esto es un lugar, donde se aglutinan dentro de la ciudad, mire la diferencia de concepción, edificios para dar las clases y a lo sumo un edificio para servicios. Virla pensó en tener un comedor y un hospital. Le pide al Consejo Superior que lo autorice hasta la suma de 1.000 millones al BID para hacer eso. Mire cómo cambia la idea de Ciudad Universitaria”.
“¿Eso lo para Virla?”, preguntó Valdez, y Cerisola subrayó: “Eso lo para la historia en 1952 cuando deja de existir plata para la construcción. Virla ya lo deja de lado, hasta pide al Consejo autorización, pero eso no significa que se termina nunca la Universidad”.
Sobre la firma del acta que dio por terminada la Ciudad Universitaria reduciendo del 40% al 20% las regalías mineras para la UNT pero pasando éstas a ser de libre disponibilidad, se defendió: “La historia es así. La Ley de YMAD nombra a la Universidad en dos artículos: uno da la potestad de poner dos de los cinco directores, pero son independientes funcionalmente, no dependen de la UNT, los nombra y pueden actuar de forma independiente. Las decisiones de YMAD son irrecurribles para la Universidad, a menos que vaya a la justicia”.
“Cuando me empiezan a llegar grandes cantidades de dinero en el año 2006-07 cuando asumo el Rectorado, me doy con que la ciudad de San Miguel de Tucumán es una Ciudad Universitaria. Ya estaba hecha acá adentro. Tenemos dos centros universitarios, teníamos 7 escuelas en esa época, dos institutos, un teatro. ¿Qué más?”, enfatizó.
Vale recordar que la UNT recibió su primera regalía minera el 8 de agosto de 2006 por $18.360.000, pero antes, había recibido ya $3.110.000 en concepto del Fideicomiso por U$S 1.000.000 el 8 de marzo de 2005. Ello se desprende del pedido mediante nota escrita que presentaron a Cerisola los vocales por la UNT en el directorio de YMAD, Mario Marigliano y Rodolfo Martín Campero, el 13 de septiembre de 2007.
Allí, requirieron a Cerisola que les brinde la documentación necesaria “que permita ponderar la marcha de los trabajos y/o actos conducentes a obras para la construcción de la Ciudad Universitaria“, y plantearon que hasta esa fecha, YMAD ya le había entregado a la UNT $210.422.000 entre un fideicomiso, anticipos de utilidades y el fin del ejercicio 2006.
Aquel 13 de septiembre, Campero y Marigliano plantearon que “lo expuesto que se encuentra detallados en las Actas pertinentes celebradas entre la UNT e YMAD, tornan necesario contar con la citada información, toda vez que el Señor Rector en virtud de lo establecido en el inciso b)del mencionado Artículo 18, ha manifestado en cada uno de los convenios de pago celebrados entre YMAD y la Universidad Nacional de Tucumán que “a la fecha no se encuentra concluida la Ciudad Universitaria, por lo cual la recepción de los fondos se hace en el marco del precitado inciso“.
En su declaración indagatoria (13 de abril de 2016) Cerisola apuntó contra Campero y defendió la “reformulación” del concepto de Ciudad Universitaria:
“El concepto de Ciudad Universitaria responde a una idea dinámica e inagotable pero que en la práctica es un concepto estático representado por su plan de obra y su valuación. Lo contrario, sería pretender sine die seguir percibiendo el 40% por siempre lo que es ilícito e inmoral. Reconoce que habían iniciado conversaciones al respecto dentro de la UNT, que el doctor Campero insistía en la necesidad de darle corte a lo del 40% pero nuevamente niega haberle dado ningún mandato al respecto a los señores directores“, se lee en su indagatoria.
Prosiguió la declaración de Cerisola en América TV esta mañana: “Ya con YMAD, no se cumplía lo que decía la Ley de Ciudad Universitaria. Lo que coincidimos en el grupo es que no nos correspondía que nos den ningún dinero, esa es la otra verdad que le vamos a decir a la Justicia. Conseguimos decirle a YMAD, ‘sigan dándonos el 40% solo hasta que concluyamos una serie de obras acá en Tucumán’. Una vez que se nos dio ese dinero, correspondían que se les dé el 20% a las otras las universidades. Que era el objetivo de la ley, favorecer a todas las Universidades”, aseveró.
Sobre las acusaciones en su contra, respondió: “Son falsas. Yo soy inocente. Todas las cosas que se dicen: he trabajado, he construido, puedo comentar todo lo que hice en el área académica. No solo hice construcciones, que es importante pero no era el objetivo. Vi la plata y la utilizamos. Hemos creado cosas como la Editorial, fundamos escuelas como Kinesiología en Monteros desde el barro porque no hay una en todo el Norte del país, y así muchas cosas más. Recuperamos la Escuela Sarmiento, el área esa de la Legislatura, edificios en la Sarmiento, edificios por todo Tucumán, compramos propiedades a granel con todo ese dinero, hemos equipado. De todo tengo pruebas”.
Cuando Valdez le preguntó si “¿es inocente?”, respondió: “Por supuesto. Todo esto es producto de internas políticas dentro de la Universidad, que supongo que el objetivo final era ser rector o rectora, pero para eso hay que hacer un trabajo serio. Aprovecharon la situación. Todos los nombres que he dado, incluso la doctora Seguí, un señor Cisneros, vamos a plantearlo igual en el juicio”.
Hacia el final, llegó la amenaza de Cerisola: “Yo no voy a decir que es la vida, porque es un problema filosófico muy grande, la piensan los grandes pensadores, no yo. La vida se va desarrollando y no es un ovillito de lana que un día se empieza a retrotraer despacito. La vida es un elástico, se va desarrollando y cuando cambia algo y vuelve, vuelve con mucha velocidad, vuelve fuerte y pega”.
“¿Le está mandando un mensaje a alguien?”, fue indagado, y disparó: “Seguro, a todas las personas que me han puesto en esta situación y han mentido, tendrán que empezar… falsos periodistas, la gente que nombre de la Universidad, incluso denuncias que me han hecho algunas personas de la Justicia que no corresponden, que han presentado cosas que no son ciertas. Veremos entonces cómo viene el elástico… Esperé 10 años, eh…”.
Acta 498 del directorio de YMAD
El jueves 27 de diciembre de 2007 el directorio de YMAD se reunió en Buenos Aires para redactar el acta que el 2 de enero de 2008 -apenas seis días después- firmaría la compañía con la UNT, representada allí por el Rector Juan Alberto Cerisola.
En esa reunión del directorio de YMAD, los exrectores de la UNT Rodolfo Martín Campero y el ya fallecido Mario Marigliano promovieron y avalaron con su firma la decisión de condicionar la entrega de “créditos” a cuenta de “futuras utilidades líquidas” a la UNT.
Esa “extorsión financiera” por parte de YMAD no era otra que la de condicionar la entrega de fondos a la universidad pública tucumana a que Cerisola firmase un acta en la que el entonces rector de la UNT diera por concluida y terminada la Ciudad Universitaria de San Javier.
Aquel fatídico 27 de diciembre confluyeron en Buenos Aires el presidente del directorio de YMAD, Manuel César Benítez; los vocales directores por Catamarca, Carlos Ernesto Bustamante y Carlos Alberto Colombo; y los vocales directores por la UNT, los exrectores radicales Campero y Marigliano.
Todos le pusieron su firma al acta de puño y letra del designado secretario de actas, Alberto Salmuni, quien firmaría seis días después el acta del 2 de enero con Cerisola.
Acta Convenio YMAD – UNT del 2 de enero de 2008
Unos días después de aquella reunión de directorio, Cerisola y Salmuni firmaron el acta -ya redactada por el directorio de YMAD- donde determinaron que se da por “satisfecha la obligación de distribuir a favor de dicha universidad el porcentaje del cuarenta por ciento (40%) contemplado en el artículo 18, inciso b), de la Ley 14.771″, que reza que “el cuarenta por ciento restante (40%) será destinado para la terminación de la ciudad universitaria, conforme a los planos ya aprobados, además de crear un crédito a favor de YMAD por el importe entregado a la UNT por $36.000.000 “que se extinguirá en la oportunidad en que se haga la distribución final de utilidades líquidas y realizadas”.
El convenio firmado por Cerisola y el secretario del Directorio de YMAD, Diego Salmuni, el 2 de enero de 2008 acuerda:
“La Universidad Nacional de Tucumán, por intermedio de su Rector, recibe como parte integrante de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD) la suma de PESOS TREINTA Y SEIS MILLONES a cuenta de futuras utilidades líquidas y realizables correspondientes al ejercicio que cierra el 31 de diciembre de 2007.
La Universidad Nacional de Tucumán deja sentado expresamente por intermedio de su Rector: a) Que con los fondos que su mandante recibe en esta ocasión se da por satisfecha la obligación de distribuir a favor de dicha universidad el porcentaje del cuarenta por ciento (40%) contemplado en el artículo 18, incido b), de la Ley 14.771; b) Que, como consecuencia de o indicado en a) toda suma que en el futuro pudiere percibir la Universidad “a cuenta de futuras utilidades líquidas y realizables” o en concepto de “utilidades líquidas y realizadas”, será calculada aplicando el porcentaje del veinte por ciento (20%) que surge de lo previsto en el artículo 18, inciso c) de la Ley 14.771.
En base a lo convenido en el punto primero, se crea a favor de YMAD un crédito por el importe entregado a la Universidad Nacional de Tucumán, esto es, por PESOS TREINTE Y SEIS MILLONES el que se extinguirá en la oportunidad en que se haga la distribución final de utilidades líquidas y realizadas, las que se determinarán en oportunidad de la aprobación de los estados contables correspondiente al balance cerrado el 31 de diciembre de 2007“.