El diputado libertario protagonizó un nuevo escándalo al lanzar un agravio violento contra la hija de Cristina Kirchner. El público reaccionó de inmediato con abucheos y lo obligó a abandonar el lugar. VIDEO.
Un acto público, una frase ofensiva y una salida entre aplausos de rechazo
José Luis Espert volvió a ser el centro de la polémica este miércoles, tras insultar de manera grosera a Florencia Kirchner durante una exposición en un congreso. El episodio, que quedó registrado en video y rápidamente se viralizó en redes sociales, provocó una fuerte reacción del público que no dudó en expresar su repudio y exigirle al diputado libertario que se retirara.
Durante su intervención, Espert relató un supuesto diálogo en tono burlón con la hija de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el que lanzó la frase: “¿Y? ¿Cómo no vas a estar amargada si sos la hija de una gran p*ta?”, repitiendo luego el insulto.
La respuesta del auditorio fue inmediata: desaprobación generalizada, abucheos y un pedido colectivo para que se retirara del evento.
Un intento de provocación que le salió caro
Lejos de disculparse, Espert intentó redoblar la apuesta con ironía. Al notar el rechazo, lanzó: “¿No gustó eso?”, en tono desafiante. Pero su provocación solo encendió aún más los ánimos.
En cuestión de segundos, la incomodidad se transformó en indignación. Un amplio sector del público comenzó a aplaudir de manera sostenida, marcando su desacuerdo con los dichos del legislador. Visiblemente desbordado por la situación, y sin posibilidad de continuar, Espert abandonó el lugar en medio del abucheo generalizado.
Un historial de frases violentas y confrontativas
Este nuevo exabrupto no resulta sorpresivo para quienes siguen la trayectoria pública del economista liberal. José Luis Espert ha construido su perfil político a base de declaraciones agresivas y provocadoras, muchas veces dirigidas contra dirigentes, sindicalistas, periodistas o colectivos sociales.
Un antecedente reciente fue su declaración en televisión donde afirmó que “las paritarias son fascistas”, lo que despertó un inmediato rechazo en el ámbito gremial y político. Sindicatos, legisladores de distintos espacios y especialistas laborales calificaron esa afirmación como una agresión directa a un instrumento clave de la negociación entre trabajadores y empleadores.
