Una maniobra de estafa digital con ribetes violentos y amenazas de muerte sacudió esta semana los tribunales tucumanos. La Unidad Especializada en Usurpaciones, Estafas y Cibercriminalidad I del Ministerio Público Fiscal imputó a dos hombres de la comunidad gitana, de 23 y 32 años, por haber defraudado a un comprador con la venta simulada de una camioneta Toyota Hilux modelo 2024, ofrecida en Facebook Marketplace.
La víctima, oriunda de Santiago del Estero, fue engañada en un encuentro presencial en San Miguel de Tucumán y entregó $ 42.500.000 por la compra del vehículo, que nunca recibió. Según la investigación, los acusados vendieron la misma camioneta a otro comprador por $ 45.000.000, mientras seguían promocionándola en redes sociales.
La operación fue concretada a través de un perfil falso en Facebook bajo el nombre de “Ezequiel Rizo”, desde el cual se ofrecía la camioneta blanca, Toyota Hilux SRX 4X2, modelo 2024. La fiscal María del Carmen Reuter formuló cargos por el delito de estafa en calidad de coautores.
Pero el caso se agravó. Mientras el damnificado se encontraba radicando la denuncia en la División de Delitos Telemáticos y Económicos, recibió una llamada desde un número privado. Quien hablaba era el imputado de 32 años, que le reprochó haberlo denunciado ante la policía y le ofreció $20 millones a modo de compensación. Ante la negativa del denunciante, el acusado lo amenazó de muerte, diciéndole que sabía dónde vivía y que “lo iban a arreglar a las balas”.
La amenaza fue escuchada en altavoz y grabada por el personal policial, lo que permitió sumar un nuevo cargo: amenazas coactivas en calidad de autor para el imputado mayor.
Tras la formulación de cargos, la fiscal Reuter solicitó —y el juez interviniente autorizó— medidas de coerción de menor intensidad, con vigencia por seis meses. Incluyen la prohibición de acercamiento y de hostigamiento por cualquier vía hacia la víctima, así como también la prohibición de portar armas de fuego, especialmente para el acusado que realizó las amenazas.
El vehículo fue vendido por segunda vez en un domicilio ubicado en la intersección de avenida Francisco de Aguirre y 25 de Mayo, en la capital tucumana, lo que confirma que los acusados continuaban explotando la estafa tras el primer engaño.
La Fiscalía continúa analizando elementos probatorios y no se descarta que haya más víctimas de esta maniobra, ejecutada bajo la fachada de una operación comercial en redes sociales.