El exsenador Esteban Bullrich, que fue diagnosticado hace un año y medio con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), fue internado hoy en el Hospital Austral en Pilar.
El dirigente de Juntos por el Cambio, que renunció a su banca por el avance de la enfermedad neurodegenerativa progresiva que lo afecta, ingresó al centro de salud de alta complejidad bajo un estricto hermetismo.
A las 19.20, se difundió un parte oficial en el cual se informa: “En el día de la fecha, el paciente Esteban Bullrich ingresó a las 16 al Hospital Universitario Austral por un cuadro de dificultad respiratoria”.
“En conjunto con su equipo médico de cabecera, se decidió ingresarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos, realizarle una traqueotomía percutánea e iniciar ventilación mecánica. El paciente se encuentra estable, sedado e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos”, agrega el parte, y cierra: “La familia solicita, como siempre, que los acompañen con sus oraciones. En función de su evolución, se evaluará la emisión de un nuevo parte médico”.
Quienes firman el parte son los doctores Pablo Pratesi, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos, y Fernando Iúdica, director médico del hospital universitario.
Una de las primeras en expresarse públicamente sobre el tema fue Patricia Bullrich, quien escribió: “¡Fuerza, querido Esteban! Estamos a tu lado”.
En la misma línea, Diego Santilli escribió: “#FuerzaEsteban. Estamos con vos y tu familia”.
Qué es la ELA
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta los músculos y, a medida que avanza, quienes la sufren pierden independencia en su movilidad, e incluso para hablar, respirar y alimentarse.
Los nervios que controlan los sentidos, tales como el tacto y la vista, conocidos como neuronas sensoriales, generalmente no son afectados por la ELA.
Cuáles son las consecuencias
- A medida que las neuronas motoras se deterioran, se incrementa la pérdida de la movilidad en las extremidades y se producen dificultades con el habla, la deglución y la respiración. Los primeros músculos que se ven afectados son comúnmente los de las manos, pies o la boca.
- La ELA generalmente no afecta los sentidos, la vejiga e intestinos, o la función sexual.
- Los efectos de la ELA pueden variar enormemente de una persona a la otra. Cada individuo vive una experiencia muy diferente, desde los síntomas y la progresión de la enfermedad hasta el período de supervivencia luego del diagnóstico.
¿A quiénes puede afectar?
Estudios internacionales sobre ELA indican que:
- Puede afectar a adultos de cualquier edad, pero la mayoría de los diagnosticados con la enfermedad tienen más de 40 años, con la mayor incidencia entre los 50 y los 70 años de edad.
- En términos de la distribución por género, aproximadamente dos hombres por cada mujer se ven afectados, pero esto puede variar según el tipo de ELA, y se empareja a partir de alrededor de los 70 años.
- La incidencia o cantidad de personas que desarrollarán ELA cada año es aproximadamente dos por cada 100.000 personas.
- La prevalencia o cantidad de personas que viven con ELA al mismo tiempo es de aproximadamente siete por cada 100.000.
¿Cómo se diagnostica la ELA?
De acuerdo a la Asociación ELA Argentina, el diagnóstico de la enfermedad es muy difícil, porque los síntomas varían según la persona, y pueden ser atribuidos a una variedad de causas diferentes. No todos los síntomas necesariamente les suceden a todos y es poco probable que todos ellos se desarrollen al mismo tiempo, o en algún orden específico.
- La enfermedad afecta a cada individuo de maneras diferentes, dado que no todos los síntomas se experimentan o aparecen en la misma secuencia.
- No existe un examen específico para probar que alguien tiene ELA, lo cual significa que el diagnóstico requiere la eliminación de otras enfermedades potenciales.
¿Qué causa la enfermedad?
- En cuanto a la causa de la ELA, no se trata de una patología infecciosa ni contagiosa y el porcentaje de casos hereditarios es inferior al 5%, la mayoría son no hereditarios o esporádicos. Aún se investiga qué es lo que la dispara y hasta el momento los estudios apuntan a los neurotransmisores que comunican a las neuronas entre sí.
- El ácido glutámico es un importante neurotransmisor. Se cree que su exceso en el espacio extracelular es la causa de esta enfermedad. También se habla de un daño oxidativo por exceso de radicales libres y de proteínas con errores en su plegamiento.
Descubrimiento de la enfermedad
En 1874, un doctor francés llamado Jean-Martin Charcot describió por primera vez la Enfermedad de la Neurona Motora (ENM). El término cubre un grupo de enfermedades relacionadas que atacan las neuronas motoras (también llamadas motoneuronas). Estas son células nerviosas que se encuentran en el cerebro y la médula espinal. Controlan el funcionamiento de los músculos. Los mensajes gradualmente dejan de llegar a los mismos, lo cual lleva a tener debilidad, rigidez y atrofia.