Una vez más, el kirchnerismo da la nota debido a que considera que exportar alimentos es una maldición para Argentina. Así lo manifestó la diputada nacional del Frente de Todos, Fernanda Vallejos. Y es que de esa forma aludió al impacto que los precios internacionales de las commodities tienen en los precios internos. Es por ello que ni lerdo ni perezoso, desde el kirchnerismo intentarían otra vez atacar al campo.
Y es que el oficialismo, a través de esta legisladora, planteó que es imperioso desacoplar precios internacionales y domésticos, ya que los domésticos deben regirse por la capacidad de compra en pesos de los argentinos. Ahora bien, cabe resaltar que las declaraciones de Vallejos se conocieron en medio del retroceso del gobierno en la decisión de prohibir las exportaciones de maíz, con la intención supuesta de asegurar el abastecimiento interno y evitar subas de precios.
En ese marco, tras fuertes reclamos del sector agropecuario y una resistencia pacífica que analizamos ayer desde este medio, llegaron incluso a un cese de comercialización impulsado por la Mesa de Enlace. Fue entonces que el Gobierno finalmente desistió ayer de la prohibición de exportar, negoció con la cadena de valor del maíz reemplazar las restricciones para exportar por un monitoreo del saldo exportable que tiene el sector.
Pero en los dichos de Fernanda Vallejos, se esconde una nueva tensión con el campo, debido a que avanza con un esquema de control a los cortes de carne. En ese sentido, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, dijo que esperan tener resultados “en el corto plazo” pero los frigoríficos esperan la letra chica de la propuesta para definir su postura. ¿Acaso existe la posibilidad de que el Gobierno implemente un cepo a la exportación de carne?
Y es que en el 2020 los cortes llegaron a aumentar por encima del 90% y se trata de uno de los dos rubros de la alimentación que el Gobierno tiene fuera del radar, junto con productos frescos como verduras y frutas, que además tienen un componente estacional. Pero si detrás de esta realidad el oficialismo intenta embestir nuevamente en contra del campo, las víctimas serán los ciudadanos que no pueden consumir carne.
Está claro que luego de que el campo lograra torcerle el brazo al Gobierno nacional en materia de levantar las restricciones a la exportación de maíz, el kirchnerismo duro quiere redoblar la apuesta. En ese contexto se enmarcan las palabras de la diputada Fernanda Vallejos, quien pretende que se cumpla la voluntad de Cristina Kirchner de controlar todo aunque eso implique ir en contra de la misma libertad de la gente.
El rencor es el motor que moviliza al oficialismo, que no da en la tecla con ninguna medida que haya implementado hasta aquí. Sin embargo, se da el lujo de considerar una maldición que nuestro país exporte alimentos. Ignora el kirchnerismo que si no tuviésemos la posibilidad de exportar alimentos, tendríamos la obligación de tener que importarlos a precios internacionales, tal y como sucede en Venezuela.