Facundo Díaz Acosta (23 años, de La Lucila, partido de Vicente López) completó una semana de ensueño en Buenos Aires, al obtener su primer título ATP. En el Argentina Open, la estación más emblemática de las cuatro que hasta aquí conforman la gira sudamericana sobre polvo de ladrillo, el zurdo, invitado al torneo ya que su ranking (87°) no le permitía ingresar en forma directa al cuadro principal, se consagró al vencer en la final al chileno Nicolás Jarry (21°; llegaba de dar la sorpresa en las semifinales, eliminando al español Carlos Alcaraz) por 6-3 y 6-4, en 1h44m.
En el Buenos Aires Lawn Tennis Club, el mismo escenario que lo tuvo como protagonista en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 (ganando la medalla plateada en singles y la dorada en dobles, en pareja con Sebastián Báez), Díaz Acosta derramó el mejor tenis de su corta carrera. Tras alcanzar los cuartos de final en Córdoba la semana pasada, ahora obtuvo el título porteño sin ceder sets, registró que potencia su hazaña. Con la presencia de Gabriela Sabatini en la tribuna del BALTC, se convirtió en el sexto argentino en ganar el ATP de Buenos Aires, después de Guillermo Coria (2004), Gastón Gaudio (2005), Juan Mónaco (2007), David Nalbandian (2008) y Diego Schwartzman (2021).
Díaz Acosta comenzó el partido con una estrategia y lo terminó con otra. Inició el desafío con cierta precaución, conteniendo los tiros fortísimos de Jarry (entrenado desde hace un puñado de semanas por Juan Ignacio Chela), pero fue paciente, esperó su momento, comenzó a cargar con impactos altos sobre el revés del rival y lo incomodó hasta hacerlo fallar. En el cuarto game, el argentino aceleró y le quebró el servicio a Jarry por primera vez, adelantándose 3-1. El rompimiento desmoralizó a Jarry, que empezó a dudar. Díaz Acosta, entrenado por Mariano Monachesi, creció, tomó confianza y no se detuvo hasta cerrar el primer set, por 6-3. Las casi seis mil personas se levantaron de sus butacas para aplaudir.
De 1,83m, 85 kilos y revés de dos manos, Díaz Acosta, que se formó en el club Comercio y a los doce años se sumó a la academia de Monachesi y Mariano Hood en Liceo Naval, frente al estadio Monumental, siguió presionado a Jarry en el segundo parcial. De hecho, le quebró el saque en el primer game y, de inmediato, sostuvo el propio (2-0). El argentino, campeón en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, tuvo dos chances de quiebre en el tercer game, pero Jarry, que había llegado al match con récord de aces en el certamen (23) y un 74% de puntos ganados con el primer saque, resistió y se escapó del asedio (2-1). Con el chileno sirviendo 1-3, Díaz Acosta exigió con sus drives picantes y profundos, tuvo otra oportunidad de rompimiento, pero no la consiguió y el chileno siguió, momentáneamente, de pie (2-3).
El de Díaz Acosta en Buenos Aires representa el trofeo número 233 en singles ATP de la historia del tenis argentino.
Jarry contó con un momento sumamente valioso para intentar alterar el destino. En el octavo game, con Díaz Acosta sacando 4-3, Jarry, que buscaba ser el segundo chileno en obtener el Argentina Open (después de Nicolás Massú, en 2002), tuvo dos chances de quiebre para igualar el score, pero Díaz Acosta se serenó, jugó los puntos con sabiduría y defendió el turno de saque (5-3). El argentino, hincha de River, sacó para campeonato. Sacó 4-0, pero no pudo concretar ninguno de los tres match points. Insistió. Tuvo un cuarto punto para campeonato, pero se le fue largo el drive. No se acobardó. Respiró profundo. En medio de una incontrolable montaña rusa de emociones, Jarry tuvo un break point, que una vez más no pudo cerrar. Un revés paralelo ancho no le permitió a Díaz Acosta cerrarlo en el quinto match point. Pero, con el reloj marcando una hora y 44 minutos, sí pudo redondear su obra maestra en el sexto punto de partido. Se derrumbó sobre el mismo polvo de ladrillo que le tiñó las medias de chico, cuando asistía al torneo con una libretita para atesorar autógrafos de los jugadores. Hoy, quien estampa su firma en las remeras, gorras y libretas de los chicos es él. “Este momento lo soñé toda mi vida”, dijo Díaz Acosta, con los ojos humedecidos.
Hace tan sólo un año, también en Buenos Aires, Díaz Acosta ganó su primer partido individual en el ATP Tour, ante Federico Coria. Doce meses después, con menos de veinte partidos en la máxima categoría del circuito, alcanzó un título, un logro para pocos (hasta aquí contaba con cinco trofeos, pero del Challenger Tour, la segunda categoría profesional del tenis). Además, por ser campeón, embolsó un premio de US$ 97.745. Admirador de Rafael Nadal, incorporó la meditación y la respiración durante los descansos de los partidos, con el objetivo de aislarse de las presiones.
“Empecé a trabajar con un coach mental hace unos años, creo que fines de 2021, y trato de escaparme un poquito de la realidad de ese momento con las respiraciones, cerrando los ojos, intentando estar en el momento presente y nada más. Es para buscar un poco de tranquilidad, de concentración, y tener los pensamientos firmes y que no se me vayan a cualquier lado”, le dijo a LA NACION, hace unos días. Ante Jarry, en el desafío más espinoso de su vida deportiva, volvió a aplicar la rutina y, dentro del court, en los momentos de exigencia, respondió como un veterano.
“Creo que la clave del partido fue que me faltó un poquito más de fuerza para poder ganarle al estilo de juego que propuso, bolas muy pesadas, muy altas, en las que tenia que generar algo extra. Han sido los últimos partidos muy exigentes para mí y no logré revertir mis incomodidades personales para hacer un buen partido”, analizó Jarry, que le dio mucho mérito a Díaz Acosta. Y añadió: “No me sorprendió el nivel de Facundo. Los partidos que ha ganado fueron muy buenos, pero me faltó hacerle daño. No logré que no pudiera mandar. Ha sido una semana muy especial desde como empecé a cómo terminé, valoro mucho haber hecho otra final de ATP, ganándole al 2 del mundo”.
“Estoy muy contento. No se puede pedir otra cosa, jugar y ganar en mi casa, con mi familia y mis amigos alentando es algo increíble. Todavía no caigo. Jugué muy bien, en algunos partidos sufrí un poco, pero pude seguir enfocado y gracias a eso hoy me llevo el mate (el trofeo)”
Facundo Díaz Acosta
Durante el encierro por la pandemia, en 2020, la imagen de Díaz Acosta, retratada por LA NACION, practicando contra un colchón en la puerta de su casa, ya que no tenía permiso para salir a entrenarse, provocó angustia y recorrió las redes sociales. También utilizó aquel período de oscuridad social para terminar el colegio secundario. Hoy, tres años y medio más tarde, saborea un momento mágico. Tiene garantizado un nuevo ranking a partir de este lunes, el más alto de su carrera, el 59°. El argentino mostró una actuación consagratoria, que quedará en los libros de historia del tenis nacional.
El camino de Díaz Acosta hacia el título:
- R1: a Daniel Altmaier (Alemania) por 6-3 y 7-6 (1)
- 8vos de final: a Francisco Cerúndolo (4°) por 7-6 (3) y 6-0
- Cuartos de final: a Dusan Lajovic (Serbia) por 6-4 y 6-3
- Semifinales: a Federico Coria por 6-2 y 6-3
- Final: a Nicolás Jarry (Chile, 3°) por 6-3 y 6-4