El fenómeno climático conocido como La Niña, que suele traer consigo períodos de sequía y olas de calor, está mostrando un comportamiento incierto en su formación. Cristofer Brito, observador meteorológico y profesor de Geografía, habló sobre los cambios recientes en las predicciones y la posibilidad de un impacto menos severo en Tucumán.
“En un principio, allá por mayo o junio, se veía que iba a comenzar en agosto o septiembre con una intensidad moderada tirando a fuerte. Todo eso fue cambiando y La Niña cada vez se retrasa más en su llegada”. Ahora, según Brito, se especula que podría formarse recién entre octubre y noviembre, con una intensidad mucho más débil de lo previsto originalmente.
El experto destacó que la duración también sería mucho menor en comparación con fenómenos anteriores: “Se calcula que por lo menos esté presente hasta febrero o marzo de 2025. Muy poco tiempo a comparación de La Niña anterior que duró tres años”, aclaró.
En cuanto a su impacto en la provincia, Brito señaló que, tradicionalmente, “La Niña nos deja olas de calor y sequía en Argentina. En Tucumán, deja pocas precipitaciones en la llanura y focaliza las lluvias en zona de montaña, siempre hablando de la época estival”. Sin embargo, con un fenómeno más débil, podrían modificarse estos patrones y llegar a registrarse algunas precipitaciones tanto en la llanura como en la montaña.
Brito advirtió que todavía es temprano para realizar predicciones precisas. “Es por eso que desde el Servicio Meteorológico son muy precavidos a la hora de dar un pronóstico de La Niña, porque literalmente es jugar con fuego”, dijo, refiriéndose a la falta de certezas sobre lo que ocurrirá en los próximos meses.