En lo que fue una verdadera barbarie lo sucedido en la provincia de forma ayer, cabe mencionar que el presidente Alberto Fernández tiene la responsabilidad central en los abusos por parte del gobernador Gildo Insfrán. Y es que lo acontecido este viernes no es ni más ni menos que la crónica de un final anunciado. Para entender lo que pasó, es necesario poner la lupa en el hecho de que los que se manifestaron espontáneamente son los padres con sus hijos, comerciantes.
En ese sentido, la reacción de la sociedad se dio luego de ocho meses sin abrir tanto el rubro gastronómico como otros sectores, y además, pequeñas y medianas empresas destruidas. Y es que la política que siempre implementó el Gobierno fue la del encierro. Es decir, ¿cómo frenamos al virus? Si sos asintomático o con síntomas leves, reclusión, prisión y privación de la libertad en centros de aislamiento.
¿Cómo frenamos los contagios? Cierre de comercios, con una mirada desde este Estado que lo controla todo. Como si fuera que con el Estado y fundamentalmente la dependencia de la sociedad con el sector público alcanza. Y no alcanza. Y la sociedad se cansó. El supuesto gobernador ejemplo del presidente, transformó Formosa en un Estado de control social a un Estado policiaco donde el autoritarismo y la represión terminó de la peor manera.
En el transcurso de más de un año de pandemia, 15.000 multas del gobierno de la provincia por no utilizar barbijo, por circular un día que no correspondía con el par o impar, por sancionar a un padre que estaba con su hija en la plaza a las 18.00 o 20.00 horas cuando vencían los plazos. ¿Por qué no puede ingresar el periodismo? Para no mostrar la realidad. ¿Por qué Formosa se constituyó en una república aparte? Porque no había límites, sino fronteras.
Entonces, los varados tuvieron que llegar a la Corte Suprema, pero el punto es que no alcanza con la Corte. ¿Qué vamos a esperar? ¿Que la Corte cuando se reúna en acuerdo la semana que viene en función de la respuesta de la provincia brinde algún estado de previsibilidad a los formoseños? No. Ahí está la responsabilidad del Gobierno nacional. La responsabilidad central en los atropellos y en los abusos en Formosa tiene el sello de Alberto Fernández y su gabinete.
Y es que el mismo protegió con complicidad y connivencia a Gildo Insfrán con todos los atropellos que se han cometido en Formosa. Como si todo esto fuera poco, el presidente Fernández no dijo absolutamente nada de la barbarie y represión contra el pueblo que sólo buscaba manifestarse de manera tranquila y en contra de la tiranía que se vive en la provincia de la mano de su gobernador.
El “protegido” del presidente se encuentra desde 1995 al frente de Formosa, la provincia más pobre del país y convertido en un virtual feudo. Pero la desvergüenza del kirchnerismo llevó al Presidente a sobreactuar una vez más y defender a un déspota que no merece seguir más en el cargo. Pero cabe preguntarse: ¿Se animará el mandatario argentino de ordenar la intervención federal o respaldará a Gildo Insfrán?
