La decisión de Sergio Massa de obligar a la ANSeS y otros 100 organismos públicos a vender sus bonos en dólares, que fue oficializada ayer en el Boletín Oficial a través de dos decretos, tiene el apoyo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, pero genera resistencia entre funcionarios de línea del organismo que conduce la dirigente de La Cámpora, Fernanda Raverta. Y es que hay funcionarios de ANSeS que se negarían a avalar la decisión tomada por la Casa Rosada y el ministerio de Economía.
La situación coincide con un planteo que ayer realizó el ex jefe del organismo, Diego Bossio, que ocupó ese cargo durante la administración de Cristina entre 2009 y 2015, quien el jueves por la mañana en una entrevista radial aseguró que la vicepresidenta no le hubiese permitido tomar una medida como la que anunció Massa días atrás. Sin embargo, desde el oficialismo dejaron trascender que la vice está de acuerdo con la decisión tomada por el ministro de Economía.
Y por eso Raverta salió a apoyar la medida que involucra, entre otros organismos oficiales, al Fondo de garantía de Sustentabilidad de la Anses. “Es una medida positiva que además va a traer rendimiento positivo a la ANSeS”, se limitaron a remarcar. No obstante, hay rechazo puertas adentro del organismo con la decisión, que pone más tensión a la ya poco cordial armonía dentro del Frente de Todos.
Además de los cuestionamientos opositores a la decisión de Economía, hay ruido dentro del propio kirchnerismo por la venta compulsiva de bonos en dólares de ANSeS y otros 100 organismos públicos. Desde el sector más ultra del cristinismo, encarnado en Soberanxs, el partido conformado por Amado Boudou y Gabriel Mariotto, entre otros exdirigentes K, acusaron a Massa de permitir la fuga de dólares al exterior con la operatoria.
La operación que Massa lleva adelante implica el canje o venta de bonos en dólares que tiene el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) por un bono dual especial, en pesos ajustable por inflación (CER) o devaluación del peso (dólar-linked), de ambos el mayor. El martes desde el Gobierno dejaron trascender que la ANSeS avala esta operación con el argumento de que el canje protege al FGS de una eventual brusca devaluación o disparada aún mayor de la inflación.
Los bonos que tiene el FGS a vender en el mercado o al Tesoro tienen un valor nominal de US$ 13.500 millones, pero su valor de mercado – por debajo del 30% y en baja- ronda los U$S 4.000 millones. A cambio de esos bonos, el Tesoro emitirá un bono especial que ANSeS y otros organismos públicos recibirán a su valor técnico, con un descuento del orden del 40%, pero serán contabilizados al 100%. En consecuencia, el bono rendirá en total un 8% anual sobre el valor de compra, más el ajuste por inflación y tipo de cambio.
Según habían indicado fuentes de ANSeS el martes, el organismo apoya la operación ya que el canje le resta volatilidad al FGS y hasta podría tener una ganancia equivalente a unos U$S 2.000 millones. Pero las críticas que la medida viene enfrentando tanto desde la oposición como desde los economistas y especialistas en el tema, habrían hecho que dentro del kirchnerismo duro ahora busquen distanciarse de esta operación.