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Finito Gehrmann, el primer pivote revolucionario argentino

Mañana jueves cumple 75 años el hombre que cambió las chances de Argentina en los 60 y 70. Misionero, caballero y activo, Gehrmann sigue siendo una leyenda de nuestro básquet.

Gehrmann
Descacharreo

Finito Gerhmann es una institución del básquetbol argentino. Desconocido seguramente para los jóvenes, fue el primer pivote de nuestro país con altura internacional (2.11) que se destacó en torneos importantes, siendo cuarto goleador del Mundial de 1967. Jugó en Gimnasia La Plata, Palmeiras y hoy, a un día de cumplir 75 años, sigue activo con un deporte nuevo llamado newcom, una especie de vóleibol. Hijo de alemanes (papá de Hamburgo, mamá de Dusseldorf), Finito se presta a la charla con gusto. 

– Se imaginará que muchos jóvenes no lo conocen. ¿Cómo les explicamos quién fue Finito Gehrmann?
. Y, es lógico, y difícil. Se podría decir que estuve 14 años en la selección argentina, más por la altura, en un tiempo que no había tantos lungos. Por ahí creo que va la cosa. 

Negocios

– Usted nació en Oberá, pero empezó en Tokio de Posadas a jugar. 
. Sí, porque mi familia se mudó a Posadas cuando yo empecé el secundario. Ahí justo había un vecino mío que iba  al básquet. Nosotros estábamos a dos cuadras del club Tokio y ahí empezó todo. 

-¿Siempre fue muy alto?
. Sí, con 12/13 años ya estaba bastante acomplejado. No quería salir a la calle, porque los pibes me cargaban. Eso en Oberá no me pasaba. Me acuerdo bien que a mi vecino, cuando me dijo de ir a Tokio, le dije que se iban a reir de mí, pero cuando me vieron llegar, por mi altura, los entrenadores y dirigentes enseguida me dijeron que tenía que jugar al básquet. Y me enganché.

SEPARA

-¿Cuánto medía en esa época?
. Y, tendría 1.90 más o menos. En esa época no había minibásquet, así que debuté directamente en cadetes. Empecé un poco tarde. Nunca jugué con aros chicos. Te cuento una historia. Yo estudiaba en el industrial mañana y tarde, pero al mediodía ni volvía a mi casa a comer, porque me quedaba en el club. Me sentía tan cómodo y útil por la altura que no me quería ir de ahí. Servía. El básquet era mi vida. Mi escape. Eso me ayudó mucho. 

-¿Cuándo lo vieron fuera de Misiones?
. En 1962 se hizo el campeonato argentino acá en Misiones y el entrenador me quiso poner porque se había lesionado uno, pero yo me asusté y me fue al interior de la provincia y volví cuando el torneo ya había empezado. Ya en 1963, en el Argentino de Mendoza, fui y ahí me querían llevar todos: de Córdoba, de Chaco, de Buenos Aires. Como yo estaba terminando el industrial, no quería dejar, pero me terminaron convenciendo de La Plata, porque mi idea era estudiar ingeniería, entonces terminé el industrial en La Plata y me fui a Gimnasia. Roberto Bianchi era el técnico. 

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-¿Ahí ya lo habían llamado a la selección?
. Por un tema reglamentario, por el pase, no pude jugar dos años en primera, pero jugaba en la reserva y en la cuarta de Gimnasia. Y ahí me convocaron para la selección.

-¿Cuándo debutó en la selección?
. Debuté en un torneo en Cosquín que se llamaba Confraternidad Americana. Yo tenía 18/19 años. Pero formalmente fue en el Sudamericano de Mendoza en 1966 con Los Cóndores. Salimos campeones y estaban Ricardo Álix, los hermanos Sándor, Battilana, Ballícora, Mariani, Feresín… empecé con ellos y terminé con Cortijo y Romano, así que mirá todo el tiempo que estuve. 

– Al año siguiente, en el Mundial de 1967, ya cambia el plantel y están Cabrera y otros y usted se destaca.
. Sí, ahí me fue muy bien y quisieron llevarme a Estados Unidos, a la Universidad de Detroit. Fue un error que lamento hasta ahora. Les dije que no, que era muy lejos. En ese momento no había dinero de por medio, pero fue una equivocación mía. 

– Ahí usted tenía 22 años y fue el cuarto goleador del torneo. Fue un buen campeonato para Argentina. 
. Sí, salimos sextos. Perdimos contra Polonia, pero nos clasificamos para la ronda final. 

Contra Sergei Belov (URSS) en 1967

– Recién hablaba de la posibilidad de ir a Estados Unidos, pero digamos también que en esa época quizá no se hablaba mucho del básquet de allá. ¿Usted sabía algo de eso?
. No, no. A mí me parecía importante porque sabía alemán, bastante inglés, y me interesaba la parte de la Universidad, no del básquet, pero fue algo que ya pasó. Años después me ocurrió lo mismo cuando me quisieron llevar a Europa del Estudiantes de Madrid. Me vinieron a buscar 2 o 3 veces, pero yo estaba en el Palmeiras de Brasil y no me quise mover. Son pasitos que uno podría haber dado para mejorar el currículum, pero no se dio.

– Después del Mundial de 1967 usted sigue en Gimnasia hasta irse a Brasil.
. Sí, en 1971 me fui al Palmeiras y estuve seis años. Me acuerdo que me vino a buscar el padre de Carioquinha, que era el director. Me fui mal de Gimnasia, porque no me querían dar el pase, pero después de 3 meses me habilitó la Confederación Sudamericana y pude jugar. 

-¿Se ganaba una buena plata ahí o no?
. Mirá, te soy sincero, lo poco que tengo lo hice ahí. Porque fui bastante bien cotizado y el dinero de ellos en ese momento valía en la Argentina. En el Palmeiras después compartí equipo con el Gallego González.

– Ahí le fue bien.
. Sí, me querían nacionalizar para que juegue para la selección de Brasil. El primer año que jugué fui el goleador del estado. En el momento que yo fui, Brasil era bicampeón del mundo, porque había ganado los mundiales de 1959 y 1963, así que era un torneo con muchos nombres: Ubiratán, Menón, Mosquito y toda esa barra. Yo después jugué con Ubiratán. También con Simoes, Carioquinha, Ze Geraldo, Adilson, varios de la selección brasileña. Wlamir incluso fue técnico mío en Palmeiras después. 

– Estando en Palmeiras usted jugó el Mundial de Puerto Rico, con la otra camada de jugadores: Raffaelli, Cadillac, etc. 
. Sí, Perazzo, Aguirre, Martín. El Lungo Benítez. Ahí también terminé entre los máximos goleadores del torneo. 

-¿Y cuándo fue que lo tentaron de España?
. Yo estaba jugando en el Palmeiras y fuimos a jugar a Filipinas. Cuando volvimos, me vino a buscar el Estudiantes de Madrid. Vino el técnico y un dirigente. Le dije que no, que hablara con los dirigentes de Palmeiras. Hablé yo al final y el que ponía la plata era medio mi padrino. Y él me dijo que me iban a dar lo mismo que me ofrecían en España, así que me quedé. Ahora siempre le aconsejo a los chicos que cuando tienen esas oportunidades la tomen. 

– En esa época, ¿nunca le atrapó el tema de la NBA? Porque no había tanta gente grande como usted. 
. Cuando no quise ir a la Universidad, nunca más tuve contacto con Estados Unidos o la NBA. No había agentes, ni televisión, entonces era muy difícil. 

– Después de Palmeiras usted se vuelve a Gimnasia. 
. Sí. Yo me quería quedar en Brasil, porque tenía un buen trabajo en una empresa, estaba instalado, tenía departamento propio, pero Amadeo Cejas me terminó convenciendo. Yo quería volver en algún momento a Misiones y me dije que quizá era un buen momento para jugar 2 o 3 años más en Buenos Aires y luego irme a Posadas, y así fue. Cuando volví a Gimnasia estaba muy en auge el básquet. Salimos campeones. Me acuerdo los clásicos con Obras y Ferro, que tenían grandes equipos. 

– No hubo ningún base como Metcalfe Fino.
. Metcalfe jugaba conmigo, pero yo le tenía un poco de bronca, porque jugaban entre ellos los extranjeros, con Daniels y Jackson. A nosotros, los argentinos, nos dejaban un poco de lado. Pero reconozco que individualmente era un fenómeno. 

– Si bien usted ya tenía una edad, agarra la época gloriosa del básquet de Capital de los 80.
. Sí, era un torneo muy importante, el mejor antes de la creación de la Liga Nacional. Casi todos los jugadores buenos del interior terminaban ahí: Romano de Tucumán, Cortijo de Santiago…todos. 

– Antes no le pregunté, ¿cómo jugaba Beto Cabrera?
. Era muy práctico, muy inteligente. Siempre se anticipaba a lo que iba a pasar. Además éramos íntimos amigos. Yo siempre paraba en su casa. Y jugamos en Gimnasia cuando él fue un tiempo corto a jugar a La Plata. 

– En Brasil usted me decía antes que además de jugar, trabajaba.
. Sí, estaba en una inmobiliaria y gerenciaba un shopping que construyó nuestra empresa. Era medio relaciones públicas, porque era bastante popular allá también. Yo vendía y alquilaba los locales. 

-¿Y cuándo se entrenaba?
. Bueno, yo trabajaba a la mañana y a la tarde iba un rato y después iba al entrenamiento. Era bastante cansador. A veces entrenábamos 4 días por semana, pero cuando había algún torneo se entrenaba todos los días. 

-¿Y cuándo se retiró?
. Mirá, yo vine a Posadas y seguí jugando, pero a los 45 años tuve un desprendimiento de retina y ahí dejé. Con Tokio llegué a jugar la Liga B y los torneos provinciales. Me pude retirar en el club que me inicié. Y ahora vivo a 5 cuadras del club. 

-¿A qué se dedicó cuando dejó de jugar?
. Estuve un tiempo en un club con jóvenes, y después varios años en Deportes, pero ahora administro propiedades. Tengo 20 departamentos que alquilo y entonces estoy ocupado con eso. 

– Hace poco lo ví participando en los Juegos Evita de veteranos, pero no con el básquet, ¿cómo es eso?
. Sí, juego al newcom ahora. Es un deporte parecido al vóleibol con el que ando viajando por todo el país. Hasta me quieren llevar a la selección argentina. Juego en mayores de 60. Es la cancha y la pelota de vóley, pero se juega agarrando la pelota, no saltando. Se juega mixto, 3 varones y 3 mujeres en cada equipo. Es un deporte relativamente nuevo, pero bastante popular. En Buenos Aires pegó menos, pero en el interior se juega mucho. 

– Está impecable físicamente. 
. Sí, es que todos los días hago gimnasia, corro, troto. Ahora no puedo porque no puedo salir, pero me mantengo flaco. 

– Más allá de haber dejado de jugar, ¿siguió mirando básquet?
. Sí, miro bastante, por televisión. En su momento iba a ver a Luz y Fuerza también cuando estuvo en la Liga.

-¿Y a la selección la sigue?
. Sí, pero me voy perdiendo un poco con los más nuevos. Seguí a la selección de Scola, Ginóbili y todos esos. Con Manu estuve una vez en Foz de Iguazú, que ellos fueron con la selección. Yo estuve muchas veces en Bahía Blanca, en la época en la que jugaba el padre. Ahí muchas veces se concentraba la selección de Provincia, para la que jugué muchas veces. 

-¿Con Scola habló también?
. Menos. Yo jugué en la época del padre. Con Mario hablé mucho, pero el hijo todavía no jugaba. Muy buena gente el padre. 

– Yo no llegué a verlo jugar, pero por lo que tengo entendido usted no era un pivote que solo jugaba cerca del cesto. Tenía un tirito. 
. Sí, sí, yo jugaba en zona uno, zona dos. Cuando empecé jugaba más adentro, pero después empecé a jugar por todos lados, entonces amagaba con el tiro y cuando me soltaban, me mandaba. Y era doble o foul. Tenía buen porcentaje en tiros libres. 

– Hoy tiraría de tres puntos. 
. Jeje. Sí, de tres puntos ya jugué cuando estaba en Tokio y me animaba de vez en cuando. Alguna que otra metí.

– Y jugaría en la NBA. 
. Jaja, no sé, yo tuve mucho potrero. No tenía un básquet de laboratorio. Tenía mucho potrero entonces hacía goles por abajo del aro, de zurda, de derecha. 

-¿La volcaba? Porque no se estilaba tanto en esa época.
. Sí, la volcaba fácil. Yo me entrenaba abajo del aro y hacía 10/15 volcadas seguida solo para entrenar. Desde abajo del aro, que es bastante difícil. 

-¿Qué le impactó de ver en esta selección argentina de estos últimos años que llegaron tan lejos? 
. Son camadas que tienen un secreto. Lo mismo que pasó, salvando las distancias, cuando Misiones salió tercera en un Argentino. Tenía jugadores que estábamos en un medio fuerte: Sfeir, yo, Leoni, jugábamos en La Plata y estábamos en otro nivel. Estos chicos jugaban todos en Europa y estaban en un nivel superlativo. Entonces cuando integraban la selección argentina venían del máximo orden mundial. Ahí yo veo gran parte del éxito que tuvieron. Jugaban en un medio de altísimo nivel. Cuando se juntaban con la selección, ya tenían experiencia de enfrentarse contra los mejores. 

– Hace poco lo leí elogiando mucho a Scola.
. Sí, ¿cómo no voy a elogiar a un representante argentino de ese nivel? Aparte sé de la cuna de la que salió y para mí es un orgullo que haya llegado tan lejos. 

– Me decía que a los más pibes no los conoce tanto. 
. Y no, porque tampoco tengo a nadie cerca que esté en contacto y con la que conversar sobre eso. O informarme. Acá ahora no hay nadie. A Campazzo lo ví por televisión, leí que lo están ojeando de la NBA. A esos los conozco. Ví el Mundial, madrugué todos los partidos. La verdad esta gente nueva tuvo un rendimiento extraordinario. Aprovecharon el juego de equipo. 

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