Los vaticanistas se muestran sorprendidos por los cambios implementados por el Pontífice
ROMA.- ¿Una mujer en un puesto de mando en el Vaticano, institución desde siempre dominada por hombres? Hace cien años o, incluso, hace diez, hubiera sido algo absolutamente impensable. Pero este 2025 no sólo será recordado en los anales de la Iglesia católica por otro Año Santo, el Jubileo de la esperanza, sino también -sobre todo- por la histórica llegada de mujeres al frente de estructuras de poder de la Santa Sede.
El 7 de enero pasado Francisco designó por primera vez como “prefetto”, es decir, como jefa de un dicasterio (ministerio) del Vaticano, a la monja misionera italiana Simona Brambilla, que pasó a ser la titular del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Esto es muy importante: están bajo su control las 559.228 mujeres religiosas que se contabilizan actualmente en la Iglesia y los 128.559 curas que pertenecen a las diversas órdenes religiosas.
Como si esto ya no hubiera significado una novedad enorme, la semana pasada el Papa adelantó que otra mujer, la monja franciscana Raffaella Petrini -también italiana, de 56 años- a partir de marzo pasará a estar al frente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, otro puesto crucial. Ubicado en un gran palazzo en el centro del Vaticano, el Governatorato supervisa a casi 2000 empleados, así como el funcionamiento del día a día del Estado Ciudad del Vaticano, ocupándose de su policía, bomberos, servicio de salud, los museos, el mantenimiento y el personal de oficina, licitaciones, fundraising y demás temas. El Governatorato siempre fue un puesto más que codiciado del Vaticano -el exnuncio excomulgado, Carlo Maria Viganó, lo deseaba como nunca, así como el cardenalato-, y siempre estuvo en manos de hombres.
Petrini, que desde 2021 ya era la número dos del Governatorato, reemplazará al cardenal español Fernando Vérgez Alzaga -una de las personas de más confianza de Jorge Bergoglio, a quien conoce desde hace tiempo porque fue durante años secretario del cardenal argentino Eduardo Pironio (1920-1998)-, que el primero de marzo cumple 80 años (y se jubila). Aunque se esperaba su designación en el mundillo del Oltretevere, la primera sorprendida fue ella: según pudo saber LA NACION, Petrini se enteró de su promoción a través del anuncio hecho por el Pontífice el domingo a la noche cuando fue entrevistado en el popular programa televisivo “Che tempo che fa”… Se trata de un clásico del “estilo Bergoglio”, Papa que a lo largo de su pontificado también sorprendió a varios futuros cardenales, que, según contaron, fueron los últimos en enterarse de la llegada del birrete.
Apodada simplemente “la monja”, Petrini, la mujer más influyente del Vaticano, es muy discreta y eficiente. Nacida en Roma en 1969, se licenció en Ciencias Políticas en la prestigiosa universidad de negocios Luiss de esta capital y cuenta con un máster en Estados Unidos. Se doctoró, además, en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, donde enseña y ya trabajaba desde 2005 como oficial de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Nadie duda de sus dotes de manager. De hecho, tal como recordó el diario La Repubblica, junto a Vérgez recientemente debió enfrentar no pocos incordios relacionados con el tema de los sueldos de los empleados. Estos sufrieron recortes de diversos beneficios a raíz de las medidas de austeridad y ajuste que debió implementar el Vaticano para reducir su déficit. Y hubo una serie de protestas públicas, a las que el Papa pareció aludir en ocasión de su saludo navideño a los empleados, cuando dijo: “Si alguien tiene alguna dificultad, por favor, hablen: nosotros queremos resolver todas las dificultades y esto se hace con el diálogo, no gritando ni callando, sino dialogando, siempre”. No casualmente el 19 de diciembre Francisco decidió otorgar un cheque mensual de 300 euros a los empleados con familias de tres o más hijos, en una medida que compartió con el cardenal Vergez y Petrini.
“El trabajo de las mujeres en la curia es algo que ha avanzado lentamente y se ha comprendido bien. Las mujeres saben gestionar las cosas mejor que nosotros”, explicó Francisco durante el programa televisivo. “Desde el día del Paraíso terrestre mandan ellas”, agregó, con su habitual humor porteño.
En verdad, el Papa le abrió las puertas a la llegada de mujeres en cargos dirigenciales al promulgar, en mayo de 2022, la constitución apostólica “Praedicate Evangelium”, que reformó la curia romana. En este documento por primera vez separó el poder del gobierno de la ordenación, lo que hizo posible que laicos y mujeres puedan llegar a dirigir un dicasterio y volverse “prefectos”, cargos anteriormente reservados únicamente para cardenales y arzobispos.
Aunque la apertura al sexo femenino comenzó mucho antes. El Papa nombró en 2016 al frente de los Museos Vaticanos a la italiana Barbara Jatta y en la vicedirección de la Sala de Prensa a la periodista española Paloma García Ovejero que, tras dejar ese cargo a fin de 2018, fue reemplazada por la brasileña Cristiane Murray. Nunca hubo voceras mujeres en el Vaticano.
En 2021, nombró a la religiosa italiana Alessandra Smerilli secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y a la teóloga argentina, Emilce Cuda, como secretaria de la Pontificia Comisión para América latina (PCAL). Nombró a seis mujeres en el organismo supervisor de todas las actividades económicas del Vaticano, a tres mujeres en el Dicasterio para los Obispos (una de las cuales es Petrini), a la hermana javeriana francesa Nathalie Becquart como subsecretaria del Sínodo de Obispos y a diversas subsecretarias. Entre ellas están Gabriella Gambino y Linda Ghisoni en el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; sor Carmen Ros Nortes en el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; y sor Silvana Piro en el Apsa (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), monja “que tiene dos licenciaturas en economía”, destacó hace unos días el papa Francisco al recibir en audiencia a los miembros de la Fundación Hilton. Entonces, al margen de reiterar su anuncio de que la vice gobernadora del Vaticano (Petrini) en marzo se volverá “gobernadora”, el exarzobispo de Buenos Aires volvió a elogiar la capacidad de gestión de las religiosas y de las mujeres en general: “Gracias a Dios las mujeres están adelante y saben manejarse mejor que los hombres”, subrayó Francisco, que reiteró su llamado a “superar una mentalidad clerical y machista”.
La socióloga argentina María Lía Zervino, expresidenta de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas (Umofc), destacó su labor en este sentido, sobre todo en la curia romana. “El Papa superó todas mis expectativas, nunca me imaginé que iba a designar en lugares de gobernanza a mujeres”, dijo a LA NACION Zervino, que conoce a Bergoglio desde sus tiempos de presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), cuando ella era directora institucional de la Comisión de Justicia y Paz de la CEA. En marzo de 2021, al cumplirse el octavo aniversario del pontificado, Zervino, que es consagrada de la asociación de servidoras, en una apasionada carta abierta al Papa le había reclamado “un paso más” en cuanto al rol de las mujeres en la Iglesia católica. Entonces no pidió el sacerdocio femenino, que siguiendo a san Juan Pablo II, Francisco ya dijo claramente que no es posible, sino mayor espacio.
“Lo que hizo ahora y en los últimos años supera ampliamente lo que le había pedido”, subrayó Zervino, que -junto a las monjas Petrini e Yvonne Reungoat- desde julio de 2022 es una de las tres primeras mujeres de la historia que supervisa la selección de los obispos, ya que fue nombrada para ser parte del Dicasterio del Clero. Además, por decisión reciente del Papa, integra junto con Simona Brambilla el Consejo del Sínodo, otro hecho sin precedente.
“Aunque con la designación de una mujer ‘prefecto’ y una ‘gobernadora’ se supera ampliamente el clericalismo en la curia romana, en toda la Iglesia aún falta mucho para superar el clericalismo”, advirtió, de todos modos, Zervino. “En la medida que logremos que lo que se planteó en el reciente sínodo sobre sinodalidad, donde por primera vez las mujeres tuvieron derecho a voto, se vaya aplicando, el clericalismo va a decaer”, pronosticó, al auspiciar, finalmente, que “ojalá que todas las diócesis del mundo puedan tomar como ejemplo al Santo Padre”.