Opinión. “Lo que nos dejó la semana“
Pues bien… de tal palo, tal astilla; cría cuervos y tendrás cuervos. Y es que la portavoz Gabriela Cerruti se crió en esa escuela del cinismo y de la miserabilidad humana, tan propia del kirchnerismo. Evidentemente, Cristina Kirchner hizo escuela. Ahora bien, cabe preguntarse en la semana que pasó para nunca más volver: ¿Qué dice la escuelita de Cristina?
El otro es el enemigo; el otro es la derecha; el otro es un gorila. Por lo tanto, hay derecho al maltrato a la ofensa, a la injuria, al agravio, al ultraje, al escarnio, a la mofa, al ridículo. Eso hizo Cerruti con los muertos del covid, así funciona la escuelita de Cristina. En el fondo lo que hace Cerruti es replicar un modelo de vida.
Y pensar que se llenaron la boca hablando del odio; que la oposición odia; que la justicia odia; que el periodismo odia. ¿Y esto qué es? Usted, señora Cristina, y usted señora Cerruti, están enfermas de odio. Entonces, Gabriela Cerruti, debería entender que la sociedad de ninguna manera le acepta las disculpas
¿Sabe por qué? Porque usted siente lo que dijo; porque usted está convencida de que las piedras las puso “la derecha”; por lo tanto, esas disculpas de ocasión son decorativas, son protocolares, y son mentirosas, como usted. Nos tomamos el atrevimiento de intentar representar con mucha humildad a decenas de miles de familiares.
Aquellos que no tienen voz para decirle a este gobierno de insensibles y de cínicos: Basta. Primero el presidente nos encerró durante un año retándonos como si fuéramos chicos de 5 años. Después el mismo presidente dijo: “la Argentina de los vivos que pasan por encima de los bobos se terminó”.
Después el mismo presidente apareció de joda en una fiesta con su pareja; con chicas, con champagne, en el medio de la cuarentena; Mientras tanto… mientras el tipo hacía fiestas y cumpleaños; y tenía peluquero; y tenía adiestrador canino; y tenía lifting de pestañas para Fabiola…
Los argentinos no pudimos ir ni al velorio ni al cementerio cuando se murieron nuestros familiares; ¿Qué vas a decir Cerruti? Mucha imbecilidad, mucha vulgaridad, mucha ignorancia y mucha maldad; pero insistimos; el tema no es Cerruti; Cerruti es una anécdota; Cerruti es un personaje menor.
Y es que Cerruti reproduce la mentalidad, la filosofía cínica de un esquema de pensamiento reaccionario y autoritario; Los 30.000 desaparecidos son nuestros y son buenos; los 130.000 muertos son de ellos y son la derecha. Más berreta no se consigue; menos vuelo intelectual no se consigue.
Y es que más de cabotaje no se consigue; más banalización del dolor imposible. Quiere decir que para Gabriela Cerruti hay muertos buenos y muertos malos. Lo mismo que planteó el presidente cuando dijo que cuando terminara la pandemia iba a haber un “banderazo” de los argentinos “de bien”.
Conclusión: todos los banderazos anteriores a ese discurso habían sido de los argentinos de mal; Conclusión: para el presidente, los kirchneristas son argentinos de bien; y los no-kirchneristas son argentinos de mal; Misma lógica perversa que Cerruti, o como dijo alguna vez Santiago Cafiero: “los argentinos que se manifestaron no son la gente, no son el pueblo”.
Todo esto es la negación del otro como sujeto político. Peor aún, es negar la condición humana por pensar distinto. Es por ello que, en la semana que se fue para jamás regresar, cabe preguntarse entonces: ¿Cómo se puede ser tan insensible? ¿Cómo se puede ser tan abyecto? ¿Cómo se puede ser tan miserable?
¿Qué tenés que tener dentro de la cabeza y en el alma, para llamar al homenaje de los muertos por COVID, en la Plaza de Mayo, “las piedras de la derecha”? ¿Con que lógica podés presentar semejante símbolo, Gabriela Cerrutti, como una cuestión ideológica, ante una ministra de un país extranjero, la ministra de género de España, Irene Montero?
¿Y luego subirlo a las historias de tu cuenta de Instagram, sin darte cuenta del dolor y la reacción que generarías en todos los que perdieron un familiar o un amigo como consecuencia de la pandemia que no supieron administrar? ¿No hay, alrededor tuyo, Gabriela, alguien que te tenga un poco de cariño, como para ponerle un límite a las cosas que decís, así, como al pasar?
¿Te detuviste, alguna vez, a analizar y pensar, que pasó con Abigail, que pasó con Solange Muse, que le sucedió a nuestro colega Gastón Recondo, uno de los miles de argentinos que no pudieron despedir, ni enterrar como corresponde a sus muertos, como para llamarnos, tan livianamente, “la derecha”?
¿En serio, piensas, Gabriela Cerruti, que hay muertos de izquierda y muertos de derecha? ¿Qué hay víctimas de izquierda y víctimas de derecha? ¿Qué hay, como dice el procurador del Tesoro, Carlos Zannini gente que merecía ser atendida en el vacunatorio VIP y gente que no? Son todas preguntas que vale la pena hacerse.
Y si las piedras que estaban en monumento a Manuel Belgrano son “las piedras de la derecha”, las 14 toneladas de piedras que tiraron contra las fuerzas de seguridad en diciembre de 2017 que vendrían a ser? ¿…las piedras de la izquierda?
En definitiva, se trata de una muestra más del desprecio del kirchnerismo por quien piensa diferente.
