“La Municipalidad no hizo nada al respecto y la verdad quiero destacar el gesto realizado por parte del Gobierno”. Con esa frase, el titular de la UTA Tucumán, César González, desnudó lo que terminó siendo una victoria para el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro. Y es que el levantamiento del paro de colectivos previsto para hoy, tuvo dos dignificados: que la UTA arrugó y que las cosas cambian cuando los funcionarios se ponen firmes.
Y es que lo que en realidad pasó no fue que la administración de Juan Manzur logró destrabar el conflicto como lo hicieron ver la mayoría de los medios de comunicación. Lo que en realidad les frenó el ímpetu a los sindicalistas fue la decisión de Germán Alfaro de quitarles la concesión a las empresas de transporte y proceder a realizar un llamado a licitaciones, lo cual, pondría en aprietos a los gremialistas que guardarían complicidad con los empresarios.
Y es que los gremios pueden “tener cautivos los ciudadanos siempre y cuando existan funcionarios obsecuentes”. Justamente, eso fue lo que decidió hacer el intendente capitalino, decidir hacerse cargo del problema del transporte público, dejando en claro que iba hacer cumplir las disposiciones municipales para que la gente pueda continuar movilizándose, sin temer que un sindicato en connivencia con los empresarios decida dejar sin transporte a toda una provincia.
Tanto los empresarios que sólo por ahora conservan las licencias para continuar trabajando en Tucumán, como los gremialistas de UTA, entendieron que se les vendría la noche en caso de que nuevas compañías se hicieran cargo del transporte de pasajeros. Es por ello que no tuvieron más remedio que dar marcha atrás con la posibilidad de arrancar este viernes con un paro que podía establecerse de manera indefinida en el tiempo.
Además, tal y como adelantamos ayer en Tucumán Despierta, la idea del intendente capitalino de quitar licencias a empresarios ineficientes llegó a oídos del mismísimo gobernador provincial que sacó de la galera el dinero que otorgará a modo de un adelanto de subsidios provinciales a las empresas por un valor de $300 millones, para que las firmas abonen la deuda salarial con los choferes de colectivo.
Claramente, el gobernador Manzur no quiere que Germán Alfaro le gane de mano, resuelva el problema del transporte y quede bien de cara a las elecciones de este año y se proyecte al 2023. Sin embargo, no le funcionó al oficialismo provincial, debido a que la firmeza del intendente fue lo que terminó de doblegar a los gremialistas. Pero no deberá confiarse el mandatario municipal ya que ahora tendrá que cumplir su promesa en caso de que un nuevo paro de UTA se produzca.
No le resultará barato a Germán Alfaro ser responsable de que el transporte de pasajeros deje de brindar este servicio esencial debido a que ya dijo que no le temblará el pulso para hacer cumplir su decisión. En definitiva, quedó preso de sus propias palabras, por lo que no tendrá más remedio que cumplir con la quita de concesiones y el llamado a licitación. Cabe preguntarse entonces: ¿Cumplirá su promesa Germán Alfaro si vuelve el conflicto?