“He escuchado el discurso de la intendenta Rossana Chahla, que denunció irregularidades. No se puede convocar a un sospechado de actos de corrupción”. Esas fueron las palabras de Ricardo Bussi con las que se refirió a Germán Alfaro en la semana que pasó para jamás volver. Sin embargo, se trata de una frase que comienza a ser vox pópuli cada vez con más fuerza en el mundo de la política en Tucumán.
Y es que Germán Alfaro se transformó en una suerte de mancha venenosa y cada vez comienza a quedarse más solo. De hecho, desde el entorno del ex intendente se filtró la información que da cuenta acerca de que está muy preocupado porque teme terminar preso, tal y como lo señalamos desde Tucumán Despierta hace una semana. Lo cual motivó que fuera de rodillas a buscar ayuda a la Casa de Gobierno.
Ahora bien, ¿Qué es lo que llevó al camaleónico Germán Alfaro a pensar eso? Una sencilla palabra es la que viene a representar para el ex mandatario municipal la peor de sus pesadillas: AUDITORÍA. Y es que el nerviosismo exhibido por el ex intendente capitalino en su entorno en la semana que se esfumó para nunca retornar tiene relación directa con el análisis de su gestión que equivaldría a abrir la Caja de Pandora.
Esto se debe a que dejaría al descubierto las irregularidades de casi una década al frente de la ciudad más importante del norte argentino y que terminó detonada por la pésima administración de Germán Alfaro.
¿Acaso teme que el resultado de la auditoría lo lleve a la cárcel? Sí, la respuesta es tan sencilla como contundente. Que se haya filtrado desde su propio entorno habla a las claras acerca de lo aterrado que está de terminar en prisión.
Para entender el presente, hay que conocer el pasado. En ese sentido, ya el primero de agosto del año pasado, David Mizrahi, actual concejal de San Miguel de Tucumán, dijo una frase sobre la cual tuvo que brindar explicaciones. “Que no nos dejen caballos de Troya”, expresó en su momento en relación a la gestión que se iría en octubre, es decir, el alfarismo. El tiempo pone todo en su lugar y terminó teniendo razón.
“Algunos problemas no resueltos en ciertos servicios van a pasar a la próxima gestión, de la doctora Chahla, ya que son imprescindibles para la vida de la ciudad”, agregó el concejal capitalino. “Por ejemplo, con el tema de la limpieza y recolección de residuos que no se quiso avanzar el proceso”, añadió. Finalmente, Mizrahi sostuvo en su momento que era importante que Rossana Chahla haga una auditoria de cambio de gestión. La cual oportunamente llevó a cabo la ex ministra de Salud.
Es por ello que, no en vano, ni lerdo ni perezoso, Germán Alfaro intentó convertirse en diputado nacional el año pasado, pero no pasó de las primarias que perdió con Mariano Campero. En su momento, desde Tucumán Despierta adelantamos que la intención del ex intendente era contar con los fueros en el Congreso. Está más que claro ahora la desesperación de Germán Alfaro de contar con ellos, es decir, para poder refugiarse en el Senado.
Y tal y como lo hicieron otros tantos condenados por la Justicia, desde Carlos Menem hasta Cristina Kirchner. También señalamos desde este medio que serían interminables todas las investigaciones que debería soportar Germán Alfaro una vez que Rossana Chahla asumiera la intendencia capitalina. Asimismo, desde este medio indicamos, además que, a lo largo de casi una década, desde el alfarismo se ocultó sistemáticamente en qué se gastó el dinero de los contribuyentes.
Lo cual se debió a que el mismo nunca estuvo debidamente transparentado. Por lo que muchos temas polémicos serán investigados debido a que esto recién comienza y apenas se empieza a sacarle la careta al nefasto ex intendente capitalino. Tal es el caso del cierre del Mercado del Norte, el presunto negociado detrás del estacionamiento medido o el tardío anuncio de una renovación del Palacio de los Deportes.
No en vano, a fines del año pasado, estuvo varias veces paseándose por el estudio de televisión del diario de mayor tirada de nuestra provincia. Allí habló de lo que fueron las denuncias contra su gestión en torno a presuntos manejos espurios del Consorcio Metropolitano para la Gestión de los Residuos Sólidos (Girsu) y el desvío de fondos para obras de su gestión. Apuntó contra Rossana Chahla y declaró: “A mí nadie me pasa por encima”.
Evidentemente, ya sabía lo que se le vendría y comenzó a amenazar a diestra y siniestra. De hecho, hasta ese mismo medio, La Gaceta, resultó blanco de sus ataques la semana anterior. Lo cierto es que el Consorcio Metropolitano fue utilizado como una verdadera unidad de negocios ya que está confirmado que se detectaron pagos desde la Capital cinco veces por arriba del monto establecido, por lo que están comprobadas las irregularidades por funcionarios de la actual gestión municipal que las hicieron públicas a las auditorías que siguen avanzando.
Si Germán Alfaro niega el uso discrecional del Consorcio, está mintiendo porque está comprobado. En esa línea, el contador municipal, Marcelo Albaca, dijo en la semana que se marchó para nunca retornar que “al comienzo de la gestión, a partir de una auditoría de corte para saber cómo recibíamos el municipio, detectamos que en el 2022 se habían realizado pagos por más de $5.100 millones al Consorcio”.
“Esto nos llama la atención porque el Consorcio se financia a través de la cuota que pagan los municipios y el concepto de la cuota que debiéramos haber abonado en ese período ascendía a $1.100 millones, es decir cinco veces menos que lo se había pagado. Ante esto, encomendamos a través de un estudio contable privado de mucha trayectoria, una auditoría sobre qué se había hecho con ese dinero. Desde la contaduría podíamos respaldar las salidas, pero no qué se hacía”, repasó.
En ese sentido, subrayó: “Esta auditoría detecta que el 90% de esos pagos se habían destinado a obras que no tenían nada que ver con el objeto del Consorcio, que es específicamente el tratamiento y disposición final de los residuos sólidos: se tercierizaban obras de distintas índoles como poda de naranjas y se contrataban con tres cooperativas que también tenían obras contratadas de forma directa por la Municipalidad. El Consorcio fue utilizado como una verdadera unidad de negocios”.
En definitiva, más nervioso no podría estar Germán Alfaro, un personaje siniestro de la política tucumana que sólo será recordado por haber dinamitado la ciudad más importante del norte argentino. Ahora bien: ¿Pasará a la historia como el primer intendente capitalino en terminar sus días encerrado en la cárcel?
Sólo el tiempo y la Justicia determinarán el futuro del ex mandatario, el cual aparece más oscuro que su propia gestión…
¿Será Justicia?
