El intendente de la capital Germán Alfaro está jugando con fuego. Y se puede quemar o bien incendiar a toda la sociedad debido a su terca posición de insistir con el sistema alternativo de transporte que se implementó ayer por primera vez. En el Municipio sacaban pecho ayer diciendo que “el Estado municipal de la Capital dijo basta”, tal y como expresó el secretario de Obras Públicas de San Miguel de Tucumán, Alfredo “Fredy” Toscano.
Según manifestó, la gente utilizó ayer el servicio y, supuestamente, no hubo mayores novedades sobre algún inconveniente. Sin embargo, lo que no dijo el funcionario capitalino fue se produjeron varias denuncias referidas a amedrentamientos hacia los prestadores del servicio. En ese sentido, Rodolfo Ocaranza dijo que “esperemos que la cordura que primó, siga”, pero el secretario de Gobierno de la capital olvidó un pequeño detalle.
Y es que de parte del Municipio capital es que se perdió la cordura con lo que están haciendo, en lugar de resolver el problema del transporte público de una buena vez y de raíz. En lugar de eso, Ocaranza aseguró que “el municipio es la pata débil” dentro del esquema del transporte público, el cual se sostiene, en gran parte, por los subsidios de la Provincia y la Nación. Esto significa que Alfaro sigue sin hacerse cargo de su responsabilidad en este asunto.
El funcionario municipal planteó que “el sistema actual ha fracasado y no es viable”. Tendría que haber dicho eso mismo pero en referencia a la gestión de su jefe, Germán Alfaro. “Si bien es un poco oneroso que los colectivos, pero más bajo que el uso del taxi, el servicio de combis tiene que ser un llamado de atención porque no es subsidiado, sino una prestación que llevan adelante particulares”, dijo.
Vendiendo más humo, Ocaranza indicó que la Municipalidad había avanzado en un anteproyecto para modificar el sistema actual, apuntado a un esquema diferencial. En ese sentido, mencionó que el Departamento Ejecutivo enviará esta iniciativa al Concejo Deliberante dentro de poco tiempo. Esto no es más que jugar con la gente que necesita de una vez por todas una solución de fondo en lugar de jugar para la tribuna.
Lo que Germán Alfaro no logra entender es que el ambiente está caldeado. Y es que el paro de los choferes de UTA abrió un escenario en constante ebullición. Hay broncas por todos lados. Los automovilistas que no pueden circular para ir a sus lugares de trabajo. Los pasajeros que no pueden acceder a un servicio que les permite hacer sus rutinas laborales. Los choferes que reclaman deudas salariales.
En ese contexto, al subsecretario de Tránsito y Transporte Operativo de la capital, Enrique Romero, no se le ocurrió mejor idea que echarle gasolina al fuego e incendió a los choferes de colectivos. “El transporte se ha libanizado. No solo porque está punto de desparecer, sino por la violencia de los choferes de UTA”, opinó. El intendente Alfaro será el responsable si la violencia escala posiciones y termina ocurriendo una desgracia.
