Durante el transcurso de las últimas horas, se conoció un trabajo a cargo de una encuestadora que abarcó los primeros meses del corriente mes de septiembre y culminó con la publicación de un interesante ranking federal, pero de intendentes. El informe realizado por CB Consultora Opinión Pública, eligió un jefe comunal por provincia, de ciudades importantes, y evaluó la imagen entre sus vecinos.
En ese sentido, cabe mencionar que el estudio incluyó un relevamiento de 385 a 501 casos en 23 municipios. Según explicaron en la consultora, priorizaron a las ciudades más grandes del país, que en muchos casos coinciden con las capitales provinciales. Al respecto, la conclusión más impactante fue la que da cuenta acerca de que, si se divide el ranking en tres, tenemos los mejores, los del medio y los peores intendentes.
El dato que los ordena es el de la imagen positiva y, en esa línea, resulta que Germán Alfaro se ubica dentro del ranking de los peores intendentes de la Argentina. Y es que, al ser evaluados por sus propios vecinos, el mandatario capitalino evidenció un alto nivel de rechazo al punto de que Germán Alfaro es el segundo peor intendente a lo largo y ancho del país considerando que sólo seis de los 23 intendentes terminaron con más imagen negativa que positiva.
Germán Alfaro posee un 56,7% de imagen negativa. Cabe mencionar que semejante desaprobación pasa por la pésima gestión en el municipio. Pero eso no es todo debido a que, además, de 2021 a 2022 han bajado el porcentaje de recursos para obras públicas, principalmente, con el mantenimiento de las calles. Y es que la capital tiene los accesos hechos un desastre.
Y se encuentran llenos de basurales, tránsito desorganizado y las calles destruidas, cuando la Municipalidad local tiene una responsabilidad exclusiva del bacheo, es una obligación primaria. No en vano, el estado de abandono brutal en el que se encuentra la ciudad capital puede ser plasmado en muchas áreas. Pero, sin duda alguna, la desidia y la falta de vergüenza de la gestión que encabeza Alfaro es más patente a la hora de recorrer las calles del municipio capitalino.
Además, existe un hecho todavía más grande que no encargarse de arreglar las arterias de esta ciudad. Peor es que, en realidad, jamás hizo nada por el estado de la ciudad, nunca existió inversión para que a nivel estructural San Miguel de Tucumán diera un salto de calidad. El intendente sólo gasta dinero, y demasiado proveniente de los contribuyentes, apenas para realizar meras intervenciones cosméticas.
Sino por el hecho de que apenas si pretende aparentar que hace algo cuando no es así. En ese marco, si para muestra basta un botón, se puede contemplar en retrospectiva algunas acciones que no son más que apenas maquillaje como poner pelotas de cemento en las calles del microcentro en lugar de una verdadera peatonal. Pero luego las sacó tirando el dinero de los mismos habitantes de la ciudad que lo votaron mayoritariamente.
Como si esto fuera poco, procedió a cerrar la plaza principal durante mucho tiempo. Y durante todo ese tiempo, Alfaro destinó miles de millones a obras públicas pero que lamentablemente no llegan a las calles, las cuales parecen territorio en guerra o la misma superficie lunar. Todo indicaría que, tal parece, la secretaría de obras públicas municipal, a cargo actualmente de Alfredo Toscano, parecería un saco roto donde no se saben a dónde van a parar los miles de millones destinados a la obra pública.
Justamente, Toscano es nada menos que el titular de la Secretaría de Obras Públicas de la capital, una que, lejos de exhibir infraestructura que descomprima la descomunal saturación de la ciudad, sólo cuenta emprendimientos polémicos como la de la plaza Independencia que costó $400 millones, la obra de la peatonal o la de las esferas de piedra inútiles de calle 25 de Mayo que luego fueron retiradas.
Germán Alfaro se tiene que hacer cargo de aclarar estas cuentas, al tiempo que es responsable de esta deplorable gestión. En ese sentido, a lo que apunta el mandatario municipal es al hecho de lavarse las manos, debido que conduce una corporación de inservibles a nivel municipal y lo único a lo que atina es a echar culpas a otros, al tiempo que no se hace cargo de nada, debido a que es un pusilánime dirigente político.
Y es que la ambición personal del intendente hace que todo quede reducido a sus espurios y egoístas intereses. Es por ello que prefiere destinar millones de pesos en obras innecesarias en el microcentro tucumano. Mientras que deja desprotegidos a la inmensa mayoría de los ciudadanos que viven fuera de las cuatro avenidas como en cada época veraniega en la que dejan en evidencia la desidia en la gestión de Germán Alfaro.
No es casualidad semejante imagen negativa debido a que a Alfaro la ciudad sólo le ha servido de trampolín, uno en el que no teme haber pisado varias cabezas de los propios vecinos de quienes se supo valer para construir poder. Que Dios y la Patria se lo demanden antes de que deje el poder el mes próximo, tal y como hoy lo hacen un estudio de CB Consultora Opinión Pública que ubica al mandatario capitalino en el top ten de los peores intendentes del país.
