El intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, utilizó políticamente la destitución del juez Enrique Pedicone por parte de la Legislatura de la provincia aprovechándose de un tema tan sensible en lo que hace a la institucionalidad de Tucumán. Y es que no se le ocurrió mejor idea que criticar a su ex partido político, es decir, el peronismo, al tiempo que su gestión sólo gana en sumar más deterioro.
Concretamente, el intendente capitalino dijo que al Partido Justicialista le quedó grande la provincia más chica. En este sentido, cabe preguntarse entonces ¿Por qué razón Germán Alfaro decidió de la noche a la mañana desconocer y negar sus orígenes políticos? Tal parece que la especulación todo lo puede en un año electoral pero que también será clave pensando en la gobernación del 2023.
Cabe recordar que Alfaro se alejó del PJ para aliarse al macrismo, siendo cómplice de las políticas implementadas durante ese tiempo. Además, recibió una cuantiosa cantidad de dinero de las arcas nacionales, mientras Macri estuvo en el poder, para luego desconocer a Juntos por el Cambio haciendo que su esposa, Beatriz Ávila, que abandone ese espacio opositor para forma un bloque autónomo.
Pero, una actitud lamentable como la expuesta por Germán Alfaro no sorprende debido a que no se puede esperar más de quien no estuvo al lado de los vecinos en los momentos más difíciles de la pandemia. Y es que el intendente de San Miguel de Tucumán no hace más que hablar con liviandad con la finalidad de ensuciar a un partido político al cual perteneció y durante un largo transcurso de tiempo.
En ese sentido, sería que mejor que ocupe su tiempo en la gestión municipal a la que tanta falta le hace. Por lo tanto, si el intendente Alfaro tuviera respeto por aquellos que lo votaron, abandonaría la tribuna de la politiquería y se ocuparía alguna vez de su gestión, al tiempo que debería mostrar un mínimo de respeto y agradecimiento por el partido que supo usufructuar por más de 20 años, es decir, demasiado tiempo para obviarlo.
Pero cabe resaltar que, a estas alturas de los acontecimientos no sorprende que el intendente Germán Alfaro trate una vez más de tapar su total ineficiencia en la gestión municipal atacando a su ex partido político. Y es que el jefe municipal militó en el mirandismo cuatro años, luego, otros once años en el alperovichismo, más tarde en el macrismo, y ahora continúa negociando un frente con la Sociedad Rural.
Cabe recordar una serie de pendientes en su administración a la que Germán Alfaro lo tendría que mantener ocupado. El transporte público, el tránsito caótico, las cuevas de recaudación paralelas que tiene y que se reprodujeron en su pésima gestión, la limpieza de la inmundicia de la ciudad, la finalización de las obras que paralizan el microcentro y demuestran su falta total de planificación y gestión. ¿Acaso está en condiciones de exigirle a los demás?