“Alfaro, ¿no va a jurar?”, fue la pregunta que hizo el por entonces candidato a senador nacional Ricardo Bussi, a lo que agregó, en alusión al intendente de Tucumán: “le pregunto si va a ser testimonial o no”. En ese momento, Germán Alfaro le responde: “no te hagás el chistoso”, a lo que el titular de Fuerza Republicana redobló la apuesta hasta lograr que el mandatario municipal de la capital dijera “y por supuesto que voy a jurar, claro”.
De esta forma, al igual que lo hiciera antes Bussi, Germán Alfaro juraba por la vida de arzobispo Carlos Sánchez, que no sería testimonial su candidatura en caso de ser elegido como senador nacional. Sin embargo, nueve días después de ese debate, tras los comicios del 14 de noviembre, en los que Alfaro resultó electo, renunció a la senaduría para continuar como intendente de San Miguel de Tucumán.
Lo lamentable del caso es que se trata de un acto de terrible gravedad, a la altura degradante de una nefasta blasfemia el hecho de que Germán Alfaro haya usado a Dios, los Santos Evangelios y al arzobispo Carlos Sánchez para realizar un juramento en vano. Con el agravante de que al intendente no le importó siquiera jurar en vano estando presente el mismísimo arzobispo, quien había organizado el debate en el Centro Cultural Virla.
De esta forma, y sin los más mínimos escrúpulos, Germán Alfaro recurrió a un engaño de tal bajeza con el único fin de lograr la confianza de la gente creyente, con la premeditación con la que lo realizó a sabiendas de que él ya sabía que lo hacía mintiendo y engañando. Dice el dicho que uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice. Pero en este caso, el propio intendente decidió llevarse puesto a la numerosa feligresía tucumana sin pudor alguno.
De esta manera, Alfaro incurrió en algo peor que un engaño. Directamente, estafó la fe de miles de tucumanos, una fe que nada le importó al intendente, una fe a la que utilizó como un trapo de piso para calmar su nerviosismo pero que no alcanzó a limpiar su conciencia de cara a los fieles que se enteraron el lunes pasado cómo el hombre al que apostaron para el Senado los estafaba como votante, pero, sobre todo, como creyentes.
En este marco escandaloso tanto a nivel local como nacional, el director de nuestro diario fue entrevistado ayer por parte de Radio 10 de Buenos Aires, a causa de que Tucumán Despierta fue el único medio de comunicación de la provincia que venía alertando acerca de esta maniobra espuria de parte de Germán Alfaro, de quien manifestó que “consolidó una estafa de Juntos por el Cambio en la provincia”.
Al respecto, aclaró la estafa electoral en la que incurrió Germán Alfaro se relaciona con el hecho de que “la candidata iba a ser su esposa, pero cuando vio que no llegaba a ganar, se puso él”. En ese sentido, mencionó que la vil estrategia del intendente de la capital tucumana consistió en el hecho de que el propio Germán Alfaro “pasó por todos los programas jurando que iba a asumir su banca”.
Fue entonces que le recordó a su interlocutor radial que el inescrupuloso Germán Alfaro “juró ante el arzobispo que iba a asumir su banca como senador y que no estaba defraudando a su electorado. Es tan caradura que hizo eso”. Es por ello que acotó que, por medio de esta nefasta puesta en escena por parte del intendente, “no solo se burla del electorado, sino que también de la Iglesia Católica. Lo hizo para tener credibilidad ante la sociedad”.
A continuación, el director de nuestro medio hizo hincapié en el hecho de que “preocupan las expresiones de la presidenta del PRO por su ignorancia manifiesta”. Y es que Patricia Bullrich “llama golpe a un concejo que democráticamente se reúne para definir sus autoridades”. Al respecto, añadió que “Bullrich vino a levantarle la mano a este sinvergüenza de Alfaro y ahora se victimiza sobre una situación que no existe”.
Acto seguido, declaró que la postulación de Germán Alfaro no sólo era testimonial desde el vamos, sino que, para colmo, “era una mentira porque él pretende que sea su mujer. Por la ley de paridad, no puede asumir su mujer, porque en su artículo 10 dice que tiene que seguirlo la persona de mismo sexo que es el tercero de la lista, que es su primo”. Esta grave situación era algo de lo que ya se venía alertando desde Tucumán Despierta.
Y es que así lo establece la Ley 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política. Cabe señalar que la misma es una legislación argentina que establece que las listas de candidatos al Congreso de la Nación (diputados y senadores) deben ser realizadas “ubicando de manera intercalada a mujeres y varones desde el/la primer/a candidato/a titular hasta el/la último/a candidato/a suplente”.
Ya nadie del espacio confía en Germán Alfaro
A partir de esta bochornosa y lamentable estafa electoral de parte de Germán Alfaro, es que en el espacio político en el que fue bendecido en su momento de parte del mismísimo Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ya nadie confía en un dirigente que no hace más que realizar una suerte de trasvestismo político cada vez que puede y según la conveniencia del caso, tal y como hizo apenas terminada la elección del pasado domingo.
En ese marco, Sebastián Murga, presidente de CREO, se manifestó con duras palabras en relación a la decisión de Germán Alfaro de renunciar a la banca, algo que cayó mal en el alfarismo, que ya empieza a ver fantasmas donde no los hay y no sería extraño que en cualquier momento denuncie una especie de golpe interno de parte de quienes fueron sus socios políticos hasta hace cinco minutos.
Mientras tanto, en un tono visiblemente decepcionado, Sebastián Murga comunicó que “CREO convoca al señor German Alfaro a que revea su negativa a asumir, (y que) no sea partícipe de una candidatura testimonial que rechaza la sociedad y que en nada contribuye a nuestro sistema representativo de gobierno”. Asimismo, el espacio que lideran Murga y la ahora diputada electa, Paula Omodeo, le realizaron una advertencia a Germán Alfaro.
Y es que le advirtieron que “asumir su banca será un elemento importante para que la sociedad, de a poco, vuelva a creer en la política como herramienta de transformación”. Además, en CREO señalaron que “desde nuestro espacio político siempre hemos manifestado la importancia de ser coherentes entre lo decimos y lo que hacemos. El valor de la palabra es para nosotros un elemento central que debemos honrar si queremos transformar nuestra provincia”.
Quien mejor definió en las últimas horas la espuria y condenable maniobra de Germán Alfaro fue la vicepresidenta segunda de la Legislatura provincial, Sandra Orquera, que salió a cruzar duro al jefe del Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de la capital. “Lo de Alfaro es una estafa a la democracia. Malversó los dineros públicos de la Intendencia otra vez. En esta oportunidad, para financiar su candidatura testimonial”, dijo la legisladora.
Y señaló que la decisión de Alfaro de renunciar a su banca puso nuevamente a Tucumán en el ojo del país. “Seguimos siendo noticia por sus discursos demagógicos, al mejor estilo peronista. Si hubiese utilizado el dinero de los tucumanos en realizar las obras de infraestructura realmente necesarias y no las pantomimas que hizo para demostrar gestión, nuestra ciudad sería otra”, finalizó Orquera, dando cuenta de una nueva estafa de parte de Alfaro que avergüenza a todos.
