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Germán Alfaro y el cinismo que caracteriza su gestión

El municipio de San Miguel de Tucumán sigue sin hacerse cargo y ahora culpa a la naturaleza por medio del funcionario Carlos Arnedo

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Germán Alfaro - Parque Avellaneda
Descacharreo

Cuando se creía que ya se había escuchado todo en materia de disparates, Carlos Arnedo, el Secretario de Servicios Públicos Municipalidad de San Miguel de Tucumán, volvió a insistir con que el municipio capitalino no tiene responsabilidad alguna en el trágico hecho que tuvo lugar el domingo pasado en el parque Avellaneda. Todo con tal de deslindar responsabilidades de parte del alfarismo.

Y es que, para el funcionario municipal, lo que ocurrió el domingo “pasó por cuestiones de la naturaleza particularmente”. Pero no sólo manifestó tamaña estupidez, sino que hasta se dio el lujo de redoblar la apuesta y aseguró que “es un árbol que está en condiciones, pero el gajo tenía mucho peso y comenzó a ceder, no es que se cayó de una”. Esto significa que hubo una reevaluación de parte del oficialismo capitalino.

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Y es que, cuando vieron que echarle la culpa al emprendimiento gastronómico de la zona era un despropósito a todas luces, ahora empezaron a operar mediáticamente para intentar convencer a la opinión pública que la culpa, en realidad, la tuvo nada menos que el clima. De esta manera, la irresponsabilidad de la gestión Alfaro sólo es medible con el cinismo propio de quienes dirigen el municipio de San Miguel de Tucumán.

En este marco, cabe mencionar que se debería bregar por un control real y efectivo de la gestión municipal, siempre dentro del marco democrático y de las leyes vigentes. En esa línea, también habría que decirle con claridad al intendente que no puede amparar funcionarios que declaran desde la más absoluta ignorancia ante un hecho gravísimo como el sucedido. Tal es el caso de Carlos Arnedo.

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Pero, además, de las irresponsables e insensibles declaraciones, está más que claro que la Municipalidad de la Capital no cuenta con personal que monitoree el estado de los cerca de 400.000 árboles que hay en la ciudad, de acuerdo a las mismas cifras oficiales difundidas por el propio municipio. Y es que no la única verdad es la realidad y la misma indica que no hay inspectores que supervisen el estado de los árboles.

Por el contrario, lo que existen no son más que empleados que van y realizan la poda o la tala según corresponda y cuando les indican. La Subdirección de Arbolado Urbano solo cuenta con algunos pocos administrativos. Para colmo, existe una guardia que funciona las 24 horas pero que sólo accede a partir de denuncias que formulan particulares. Es decir, todo muy atado con alambres, como todo en lo que tiene que ver con la gestión de Alfaro.

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Ya el jueves 2 del mes en curso un árbol cayó sobre dos personas que hacían ejercicio en el parque Guillermina y los lastimó. Y aunque no se trató de lesiones graves, igualmente fue necesario que los asistieran: los equipos de seguridad los rescataron y en camilla fueron trasladados al hospital. Está claro que todo lo ocurrido no puede entenderse de otra forma si no es por la inoperancia de los funcionarios municipales.

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