Tras dos horas de sesión, el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán resolvió renovar por un año el mandato de la actual mesa directiva del cuerpo vecinal. De esta forma, en caso de asumir como senador nacional, el intendente Germán Alfaro no tendrá un sucesor provisorio de su confianza en la sede de Lavalle y 9 de Julio. Es por ello que el mandatario municipal rompió su promesa y renunció a la banca que ganó.
De esta manera, apenas 24 horas duró su elección como senador nacional y traicionó el voto popular de la gente que lo eligió y que nuevamente fue decepcionada por una traición más de parte de Germán Alfaro. Y es que en el alfarismo habían propuesto que el Concejo fuera encabezado por Rodolfo “Jhonny” Ávila, concejal de confianza del intendente, y que completaran la mesa Fernando Juri y Belén Espinosa, del bussismo.
Sin embargo, en Fuerza Republicana declinaron de esta opción, y finalmente acompañaron la moción del Frente de Todos. Así, con los ocho votos del peronismo y los cuatro aportados por el bloque republicano, se ratificó la continuidad de Juri como presidente del cuerpo vecinal, por lo que se frustró el objetivo de Alfaro de poder contar con un sucesor de su confianza en la Intendencia en caso de pasar al Congreso de la Nación.
Pero eso no ocurrirá a pesar de que el intendente de la capital había confirmado en el debate de candidatos que tenía decidido asumir en diciembre próximo como miembro de la Cámara alta. Sin embargo, ahora el alfarismo cuenta con un elemento institucional clave para buscar que su líder permanezca en la Intendencia, pero la realidad es que se trata de una verdadera estafa a los votantes de parte de Germán Alfaro.
Esto, a su vez, le abriría el camino a la esposa de Alfaro, la diputada saliente Beatriz Ávila, para desembarcar en el Senado de la Nación. De esta forma, se consuma lo que veníamos advirtiendo desde hace tiempo desde Tucumán Despierta en lo que hace a la búsqueda desesperada del poder de parte de este matrimonio que no cesa de engañar a la sociedad mintiéndole sobre sus verdaderas intenciones.
El alfarismo acusa al PJ y FR de planear un golpe en un vano intento de echar la culpa a donde no debe en vez de hacerse cargo de su actitud mentirosa hacia los tucumanos que decidieron apoyarlo y lograron que fuera elegido como senador y él prometió que iba a asumir, así que era de esperar que Alfaro respetara la voluntad popular porque la misma ha dicho que ya no lo quiere como intendente, sino que lo quiere como senador.
Es por ello que el todavía intendente debería dejar de buscar excusas para no cumplir con lo prometido. En definitiva, la realidad indica que todos sabíamos que Germán Alfaro era candidato testimonial mientras que ellos se llenan la boca del mandato popular, pero a la hora de tener que dejar el poder, lo desoyen logrando que el intendente tenga una actitud más propia de un okupa que de un dirigente político.