Los abogados Juan Colombres Garmendia (h) y Carlos José Varela Soria denunciaron penalmente al juez de la Corte Suprema Antonio Daniel Estofán por múltiples delitos, que supuestamente habría admitido el magistrado en una entrevista periodística.
“Surge de las expresiones de Estofan, la confesión de al menos los delitos de abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público, tráfico de influencias, negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, exacciones ilegales, prevaricato, encubrimiento agravado por el cargo de funcionario público, y que oportunamente se deberán encuadrar la conducta o conductas del denunciado que surjan de la investigación penal, en el o los tipos penales, según corresponda”, señalaron los denunciantes.
Explicaron que en la citada entrevista Estofán se negó a revelar “el nombre del poderoso miembro de la Corte al que calificó como monstruo y que, según él, garantizaba la impunidad a empleados incapaces, corruptos o con causas de cesantía”.
También reconoció, entre otras violaciones a la ley, negociaciones incompatibles con el desempeño de la función pública al admitir que los jueces supremos cultivaban un modus operandi que genera escalofríos: “para obtener alguna acordada, había que negociar. ¿Estamos? Y ahí era cuando especulaban con algún empleado”.
Los denunciantes dicen que las declaraciones de Estofan “traslucen confesiones de conductas ominosas de su parte, que alcanzarían a otros miembros de la Corte que compartieron con este esos cargos, y que las manifestaciones en la nota periodística, serían sólo la punta de un iceberg”.
“Estofán confiesa con absoluto desparpajo e impunidad haber participado en sendos delitos en perjuicio de la administración pública, presuntamente con la participación de los demás miembros de la Corte, negociando Acordadas para especular con algún empleado. Va de suyo que el sentido que imprime el acusado a la palabra negociar Acordadas, se entiende por contubernio”, agregan.
“Los acuerdos de la Corte, van desde un simple traslado de un empleado o de su nombramiento, hasta la contratación millonada para la construcción de la ampliación de los nuevos edificios del Poder Judicial (de público y notorio), por ejemplo. Los negociados pudieron y pueden ser cientos de cientos”, remarcaron en su escrito.
Añaden que las expresiones de Estofán “de tinte mañosas, exceden cualquier subjetividad, ya que estamos objetivamente ante un miembro de la Corte que participó o participaría presuntamente de una mafia judicial que ahora se revela, con negociados y prebendas para acordar resoluciones del Alto Tribunal, ya que las Acordadas debieron y deben ser refrendadas por todos los miembros de la Corte y expresar los fundamentos con sus votos”.
